Más temprano que tarde llegó para Cuba su primera corona en el Campeonato Mundial de Lucha que se celebra Budapest, Hungría, hasta el próximo domingo. En la segunda jornada, el guantanamero Yowlys Bonne (61 kg), representante del estilo libre, firmó el título 29 para su país en la historia del evento universal, al que esta vez asisten once gladiadores por la Isla, entre ellos Alejandro Valdés (65 kg), Franklin Marén (70 kg) y Lianna Montero (55 kg), recientemente medallistas de bronce.
A la par de ese grupo, compiten en territorio húngaro ocho luchadores nacidos en Cuba y formados como atletas en ella, los cuales decidieron conquistar nuevos resultados bajo las banderas de cinco países: Italia, Chile, Canadá, Jamaica, Guatemala y España. Ese conjunto es liderado por el librista Frank Chamizo (74 kg), de impresionante aval con el equipo italiano.
Mientras permaneció en Cuba, el matancero obtuvo bronce en el certamen universal de Moscú 2010, con apenas 18 años, y en la temporada siguiente recibió una fuerte sanción de dos años que influyó en su decisión de asentarse en Italia. A ese país le ha regalado un sinfín de preseas en eventos internacionales desde el 2013, con destaque para sus dos cetros del orbe, un bronce olímpico y par de títulos europeos. Una parte considerable de esos éxitos los vivió con Filiberto Delgado, hoy entrenador de la selección cubana femenina.
Al igual que Chamizo, en el estilo libre combate por esa nación europea el villaclareño Abraham Conyedo (97 kg), muy popular en el panorama deportivo cubano en 2010, al ser uno de los medallistas cubanos en los primeros Juegos Olímpicos de la Juventud en Singapur, donde culminó con plata. A inicios del 2018 comenzó a ofrecer sus prestaciones al equipo italiano y el pasado martes tributó la presea de bronce.
Con total seguridad, entre los gladiadores insulares que contienden por estos días en Budapest en defensa de otros territorios, el que más dificultades ha enfrentado tras dejar atrás a la Isla ha sido el grequista Yasmani Acosta (130 kg). En 2015, el matancero aprovechó un torneo en Chile para darle un vuelco a su vida y a su carrera deportiva, hasta ese entonces no muy fructífera, tras permanecer a la sombra de Mijain López.
Después de colgarse la medalla de bronce en suelo sudamericano, abandonó la comitiva antillana, en lo que constituyó el preludio de una vida verdaderamente de película. Favorecido por sus casi dos metros, trabajó como seguridad en centros nocturnos, ofreció clases de lucha en una nación en la que su deporte no es de los más notorios y cuando podía, entrenaba.
Todo por el sueño, o más bien la necesidad de recibir con celeridad la nacionalidad chilena, algo que parecía una quimera. Con la negativa de Cuba de eximirlo ante la Federación Internacional de Lucha, la vía más razonable era dejar pasar un lustro y conseguir la nacionalización por la manera habitual.
Sin embargo, la suerte decidió tenderle una mano a Acosta, discípulo del habanero Néstor Almanza, as del orbe en Estocolmo 1993, y el pasado enero obtuvo la procurada condición. Ha competido por Chile en diez lides oficiales y en todas ha subido al podio, incluyendo el pasado certamen del orbe en París, donde se agenció la medalla de bronce, primer metal para esa nación sudamericana en Campeonatos Mundiales.
En este grupo, el gladiador que acumula más años representando a otro país es el habanero Haislan Veranes García, con más de una década vistiendo la trusa de Canadá. En la vigente cita global de Budapest, el librista de 35 años, quien antes estaba en los 65 kg, subió a los 70 kg, división en la que ha competido apenas en tres eventos internacionales.
Veranes emigró legalmente hacia la nación norteña en 2004. Allí se unió a sus padres y tres años después recibió la ciudadanía, condición que le permitió estrenarse bajo su nueva bandera en el Campeonato Panamericano de 2008 en Estados Unidos, donde quedó segundo, al perder en la final con el santiaguero Geandry Garzón.
Desde su debut en la selección nacional canadiense, ha sido un atleta estable por su rigor en los entrenamientos, virtud que le ha favorecido la participación en los últimos tres Juegos Olímpicos, en ocho Campeonatos Mundiales y ser quinto en Moscú 2010, así como medallista de bronce en su territorio, durante los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, y doble subcampeón en eventos continentales del deporte.
Y si Veranes suma ocho experiencias mundialistas, el reverso de la moneda son el librista Yoandri Grant Collazo (65 kg) y el grequista Lesyán Osvaldo Cousin (87 kg), binomio camagüeyano que aparecerá en los anales como los primeros exponentes de Jamaica en una cita global.
En Budapest, la atracción entre la ciudad de los tinajones y la tierra del reggae se intensifica aún más con la presencia de Manuel Rubio, preparador de la dupla y otrora entrenador del conjunto nacional de México.
Gracias a su asistencia a la actual lid universal, Cousin, bronce en el Campeonato Nacional celebrado en Santiago de Cuba en 2017, suma cuatro competiciones por la isla caribeña, todas este año, entre ellas los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Barranquilla, Colombia, donde perdió en su segundo combate ante el habanero Daniel Gregorich, presente en Budapest también.
Por su parte, Grant, natal del municipio de Florida, nunca había concursado por Jamaica y perteneció al equipo cubano durante algunos años, sin resultados de interés.
Otro luchador agramontino que pudo acudir a la cita magiar fortaleciendo el plantel jamaicano fue el doble medallista de bronce mundial Pedro Isaac Mulens. Sin embargo, el deportista de 33 años explicó a OnCuba que “para estar en el certamen del orbe debí ir al Panamericano de la disciplina y al no ser así, no tenía cupo. Reconozco que todavía no estoy en condiciones, llevo muy poco tiempo de preparación y el objetivo principal son los Juegos Panamericanos de Lima. Ya tendré oportunidad de estar en el próximo Mundial”.
Igualmente de Camagüey y debutante en torneos planetarios es Reinier Jiménez Terry (77 kg), de 28 abriles y concursante de la modalidad clásica en representación de Guatemala. A ese país le aportó su única medalla en el Campeonato Panamericano desarrollado en mayo en Perú. Allí concluyó en el tercer lugar, se clasificó para la cita continental del próximo año y en cuartos de final cedió contra el avileño Ariel Fiss.
Una fuente cercana al ahora guatemalteco informó a esta revista que Jiménez se inició en la lucha a los siete años en el municipio de Florida, continuando así los pasos de su padre Reinaldo Jiménez, doble titular panamericano, bronce mundial en Hungría 1986 y ex entrenador de los equipos de Guatemala y Puerto Rico. Reinier conformó el elenco nacional juvenil cubano y en julio del 2016 se trasladó al país centroamericano.
El octavo gladiador cubano que compite en la lid europea en defensa de otra nación es el oriundo de la localidad matancera de Pueblo Nuevo, Juan Pablo González Crespo (65 kg). El librista, actual campeón de España, reapareció en certámenes mundiales, luego de ausentarse a la edición de París 2017 y asistir a Las Vegas 2015 en los 57 kg.
En breves declaraciones a OnCuba, el yumurino aseguró que nunca compitió por su país de origen, a pesar de permanecer tres años en el conjunto nacional juvenil. En 2012 fue promovido para el equipo de mayores, mas optó trasladarse en diciembre de ese año a la Madre Patria con su familia.
“Lucho por España desde el 2013. Estoy en mi segundo Campeonato Mundial. En 2017 estaba en la categoría de 61 kg y al no ser un peso olímpico, la Federación Española de Lucha no me convocó para competir en París por cuestiones monetarias”, dijo el ibérico de 26 años.
Aunque no acudió a este evento en Hungría, el natural de la localidad pinareña de Las Ovas, Yoan Blanco, compitió cuatro veces por Ecuador en certámenes de este tipo y acabó en la séptima plaza en Taskent 2014. Por otro lado, el habanero Alexis Rodríguez, bronce olímpico en Sidney 2000 y rey del orbe hace dos décadas, estuvo cerca de debutar en un Campeonato Mundial con Azerbaiyán, país al que defendió en tres eventos.