Por disímiles razones, la Gran Maestra Lisandra Ordaz no olvidará el torneo abierto Don Modesto Castellón Castellanos, porque rompió varios récords del ajedrez femenino cubano. Por su resultado, cuando la Fide publique su lista Elo de noviembre, de no competir más se convertirá en la primera cubana en romper la barrera de los 2400 puntos Elo..
Con los 20,4 puntos sumados en el evento, la ajedrecista pinareña llegó a 2414– puesto 64 del mundo entre las mujeres y tres en América– y pudiera incluirse entre las primeras 50 mujeres del ranking en la próxima actualización.
Además, al sobrepasar la mágica cifra cumple con el requisito que le faltaba para convertirse en la primera mujer de la Isla en ser Maestra Internacional sin distinción de sexo.
Después de dos años casi sabáticos, regresó a la competición con la mirada puesta en este título, aún no oficial hasta que el expediente se tramite con la comisión nacional de ajedrez y se presente a la FIDE.
Las tres normas requeridas de MI las obtuvo en el XLV Capablanca, el Panama Chess Open y el XXV GM Carlos Torre Repetto in Memoriam Magistral.
Lisandra destroza marcas destroza e impone distancias con sus coterráneas. Solo con su coeficiente actual de 2394, saca 101 unidades a su más cercana perseguidora en activo de la Isla, Lisandra Llaudy.
Después de ella, los registros históricos más altos entre las cubanas los tienen Oleiny Linares (2378) y Sulennis Piña (2372).
En el Don Modesto Castelló, la cubana enfrentó a cuatro rivales muy superiores en Elo. Entre estos dos Grandes Maestros, con quienes entabló: Aramís Álvarez (Cuba) y Juan Carlos González (México). Los restantes fueron tres Maestros Internacionales, incluido el cubano Juan Carlos Obregón, a quien derrotó, gracias a lo cual adicionó 13,6 unidades.
Ordaz fue reconocida como Maestra Internacional Femenina en 2004 y Gran Maestra Femenina en 2011. Su estabilidad es tal que desde noviembre de 2010, cuando se ubicó en el puesto 100 del ranking, hasta la fecha solo salió de las 100 primeras en diciembre de 2016 (posición 101).
Lisandra es una ajedrecista más madura que aquella joven que, con solo 22 años, defendió el primer tablero de la escuadra antillana que alcanzó el histórico cuarto lugar en la Olimpiada de Khanty- Mansisk, Rusia, en el 2010.
Que el resultado llegue en un torneo donde solo enfrentó hombres, trae a colación el eterno debate sobre las capacidades de la mujer en el ajedrez, porque hasta la aparición de las hermanas Polgar, entre los 500 mejores del mundo no había ninguna mujer. Cada vez, sin embargo, son más frecuentes los torneos mixtos y muchas mujeres tienen títulos sin distinción de sexo, como el que próximamente ostentará Ordaz.
La más famosa de las Polgar, Judit, desde los 14 años solo compitió contra hombres y fue capaz de derrotar a Garry Kasparov en 2002, durante el torneo Rusia contra el Resto del Mundo. El mítico Ogro de Bakú había dicho que: “Ella tiene un talento fantástico para el ajedrez pero, después de todo, es una mujer. Ninguna mujer puede sostener una batalla prolongada”.
Lisandra Ordaz alterna su residencia entre Pinar del Río, Cuba, y Campeche, México, pero como atleta activa representa a Cuba, y a su provincia natal, Pinar del Río.