Frank Lombardi, Julie Lederman y Bill Morande fueron los jueces de la última disputa de un cubano en el boxeo profesional, y quienes, para beneplácito de muchos, mostraron tarjetas coincidentes de 120-108 a favor de Rancés Barthelemy (21-0, 12 nocauts) en su tope para nada amistoso ante el experimentado argentino Fernando “El Vasco” Saucedo (52-6-3, 8), en su primera defensa del cinturón superpluma de la Federación Internacional (FIB).
La pelea, desarrollada en el Teatro Fox, del hotel-casino Foxwoods en Mashantucket, Connecticut, fue un solo del caribeño durante los doce asaltos, y el fallo por unanimidad dicta a las claras la superioridad ejercida por el “El Niño Explosión”; aunque el fuera de ejercicio nunca llegó en un duelo que por momentos resultó algo aburrido.
La depurada técnica – nada novedoso en los pugilistas nacidos en la mayor de las Antillas-, el alcance del golpeo, la exigua capacidad deportiva de su rival y el magnífico momento de Barthelemy repercutieron como algunos de los factores que se fusionaron para la consumación del hecho. Un paso que lo mueve, desde ya, en la órbita de los mejores de la división, y le asegura un ticket para superiores compromisos en recintos de envergadura y bolsas económicas más suculentas.
El gaucho arribaba con una racha ganadora de 14 pleitos (el último triunfo lo consiguió frente a su coterráneo Luis Armando Juárez, el 27 de julio en Buenos Aires); sin embargo fue frenado en seco sin muchos miramientos mientras que el oriundo del municipio capitalino Arroyo Naranjo mantuvo su invicto en el panorama rentado desde su debut el 8 de agosto de 2009 como adversario del norteamericano Jamal Clay en el Centro de Convenciones de Columbia, Carolina del Sur.
Entre los posibles opositores de cara al futuro se encuentran algunos de los más encumbrados de las 130 libras: Orlando Salido (42-2) y Miguel Ángel “Mikey” García (34-0). Este último tuvo en sus puños una confrontación con el gran Manny Pacquiao, pero su paupérrima actuación como contendiente de Juan Carlos Burgos lo sentenció y despejó esa agradable idea. También estuvo en la mira del criollo Yuriorkis Gamboa. No obstante, sus elevadas exigencias financieras nuevamente dieron al traste con un duelo taquillero.
Además, en esta categoría brilla con luz propia el japonés Takashi Uchiyama, sin olvidar, por respeto, a otros destacados como Sergio Thompson y Román ‘Rocky’ Martínez.
Con este panorama, Barthelemy se mueve en su salsa en pos de empeños más exigentes. Sus cartas credenciales y la faja universal de la FIB destinan que más temprano que tarde su boxeo intentará seguir los pasos de otros tantos que glorifican en la arena profesional el prestigio de la escuela de pugilismo de Cuba. ¿Podrá mantener el sendero correcto? No sé usted, yo me apunto.