Después del 17 de diciembre, de las declaraciones de Barack Obama y Raúl Castro, muchos miraron esperanzados al futuro y observaron la posibilidad de que los peloteros cubanos jugarán en las Grandes Ligas sin renunciar a su país de origen, como parte del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba.
Sin embargo, lo cierto es que transcurrido poco más de un mes no ha variado mucho el panorama, salvo que ahora los jugadores antillanos disfrutarán de mayores facilidades para declararse agentes libres, aunque igualmente deberán renunciar a todo vínculo con su nación si desean acogerse a la reciente normativa. La misma deja bien claro que los cubanos no tendrán que solicitar un permiso oficial al gobierno de Estados Unidos para firmar contratos con organizaciones de la Gran Carpa, solo presentar una declaración jurada que confirme su residencia permanente fuera de la Mayor de las Antillas.
Esto simplifica enormemente el anterior proceso, en el cual los peloteros antillanos, además de establecer residencia en un tercer país, tenían que obtener una licencia de la Oficina de Control de Activos en el Extranjero (OFAC), del Departamento del Tesoro, para negociar como agentes libres con cualquier franquicia de las Mayores, evitando así entrar en el draft, donde jamás percibirían contratos millonarios.
La buena nueva para los 30 clubes de las Grandes Ligas fue enviada el pasado martes en la tarde a modo de memorándum, en el que el vicepresidente ejecutivo de MLB, Dan Halem, explicó que la nueva normativa obedece a las enmiendas a los Reglamentos de Control de Activos Cubanos, anunciadas el mes pasado por la OFAC, de acuerdo a un reporte de AP.
Es prudente no malinterpretar la medida, pues para nada significa que cualquier pelotero cubano puede firmar en Estados Unidos. Los jugadores que se desempeñan en el certamen doméstico en el archipiélago, los miembros de la selección nacional, siguen obligados a abandonar Cuba para materializar el sueño de saltar a los diamantes del Big Show.
El propio Halem, funcionario de la Oficina del Comisionado, indicó a las franquicias que todo cubano que presente su confesión jurada es elegible a ser firmado, y MLB adjuntó una copia del documento denominada “declaración de residencia permanente fuera de Cuba”, la cual versa:
“Por este medio declaro que he asumido residencia permanente fuera de Cuba. Además, por este medio declaro que no pretendo volver a Cuba, ni me permitirán volver. Por este medio declaro que no soy funcionario prohibido del Gobierno de Cuba… y no soy miembro prohibido del Partido Comunista de Cuba”.
¿Beneficia en algún sentido la medida? Pues sí. Con un papel similar, más la indispensable residencia en un tercer país, cualquier jugador se pone en el radar de las Grandes Ligas, algo que ayuda, y mucho, a aquellos que decidieron abandonar Cuba y han tenido contratiempos para recibir la licencia de la OFAC, como Andy Ibáñez y Héctor Olivera, todavía con complicaciones tras establecerse en naciones del Caribe.
Honestamente, la medida va justo en el camino opuesto del restablecimiento y normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, pues se trata de una clara incitación a los jugadores de la Isla a que abandonen el país y vayan a cumplir su sueño en las Mayores, ahora sin grandes impedimentos legales.
De igual forma, con la enmienda no se logrará que los cubanos puedan jugar en Estados Unidos y regresar a su país a torneos nacionales, o a representar a Cuba en certámenes internacionales, justo como ocurre con los peloteros de República Dominicana, Venezuela, México, Panamá o Nicaragua, por solo mencionar algunos.
Por ahora, el gran beneficiado, además de Olivera e Ibáñez por su situación con la OFAC, será el prospecto Joan Moncada, declarado recientemente agente libre y pretendido por varios equipos como los Dodgers de Los Ángeles, los Yankees de Nueva York o los Medias Rojas de Boston.
Se especula que su adquisición podría superar los 80 millones de dólares, al incluirse el monto que deberá desembolsarse en el momento de firmar y el dinero extra que deberá pagar el equipo que lo contrate por exceder el límite fijado para los fichajes de peloteros internacionales aficionados.
Los cubanos mayores de 23 años y con dos campañas disputadas en la Serie Nacional de Cuba no están sujetos a los requisitos de fichajes internacionales, pero Moncada no cabe en esa categoría debido a su edad y a la falta de experiencia en el torneo local.
También pudieran resultar favorecidos por la nueva medida Dainer Moreira y Vladimir Gutiérrez, quienes desertaron de la delegación cubana que participa en la 57 Serie del Caribe en San Juan, Puerto Rico.
Aqui tenemos al gran paladin de la libertad y la democracia, obligando a que las personas renuncien a su pais de origen, incluso obligandolos a jurar que: “No me permitiran volver” (inconmesurable mentira), para que puedan ser bienvenidos en “tierras de libertad”. Bravoo bravoo… aplausoso ….