Juan Kubala
Es un hecho: también en el ajedrez se pusieron de moda los “cambios de bandera”. Tanto, que de habernos quedado dormidos unos años atrás (al mejor estilo Ruperto), despertaríamos ahora boquiabiertos al revisar las listas de inscripción de la Olimpiada.
Veamos. El próximo retador a la corona de Magnus Carlsen, Sergey Karjakin, es un ucraniano nacionalizado ruso. El germano Arkadij Naiditsch defiende actualmente los colores de la sede, Azerbaiján. El rumano Liviu-Dieter Nisipeanu es, desde hace algún tiempo, alemán. La vietnamita Hoang Thanh Trang pelea en la primera mesa húngara. La georgiana Anna Matnadze es española. Yuliya Shvayger vio la luz en Ucrania, pero tiene pasaporte israelí.
Y como a tablero revuelto ganancia de norteamericanos, los Estados Unidos han sido quienes más jugo le han sacado a la avalancha de mudanzas. Así, hoy por hoy cuentan con un trabuco que se ha postulado para campeón en el sexo masculino, pues junto a HIkaru Nakamura –nacido en Hirakata, Japón– se gastan el alarde de alinear con el exitaliano Fabiano Caruana, número tres del universo, y el exfilipino Wesley So, que ancla en la plaza siete.
Sus muchachas no se han quedado atrás. A saber, tienen dos ucranianas, una rusa, una rumana y una checa. Cinco integrantes, cinco “legionarias”. Average perfecto, si estuviéramos hablando de pelota.
Se trata de una moda y los cubanos –tan entusiastas para eso de emigrar– no faltan al convite, como lo corroboran las matrículas…
Neuris Delgado permanece como pieza vital en el armado de la selección de Paraguay. Nelson Pinal compite por República Dominicana, y Reinier Vázquez, por la Madre Patria. Héctor Leyva y Roberto Carlos Sánchez, en tanto, dirigen respectivamente los conjuntos de Guatemala y Panamá.
Todo eso, en el caso de los hombres. Sin embargo, tampoco nos pasamos con ficha entre las damas, donde Jacqueline Bosch juega para Ecuador y Niala Collazo ha tomado en España el lugar que hasta hace poco ocupó su compatriota Yudania Hernández. Por su parte, Lexy Ortega lleva las riendas de las trebejistas italianas.
Y ya que hablamos de participaciones por otro pabellón, quiero dejar constancia de la nota pintoresca que aporta el equipo femenino sueco. Su mejor jugadora es la veterana Pia Cramling, y la suplente es su hija Anna Cramling Bellón. ¿Le suena el segundo apellido? Pues sí, el padre de la chiquilla no es otro que el conocido Juan Manuel Bellón, de España, quien oficia en Bakú como capitán de la plantilla nórdica.
Al parecer, en Suecia el ajedrez es un problema estrictamente familiar.
Hay una tendencia entre los periodistas cubanos (no se si de otras latitudes tambien) a criticar, a veces sutilmente, a los depportistas que compiten bajo banderas distintas de las de sus paises de nacimiento. Los periodistas cubanos ademas, casi siempre incluyen alguna no tan sutil referencia a que Estados Unidos es el principal beneficiario de esos cambios de nacionalidad. A mi me parece que esas criticas reflejan la falta de reconocimiento a un factor cada vez mas presente en el mundo actual: la gente emigra, el mundo es cada vez mas global, y por supuesto las immigraciones se mueven de lugares con menos oportunidades a lugares donde la persona piensa que va a encontrar mejores condiciones. Yo soy Cubano y Canadiense. Mas del 25% del equipo de Canada a las Olimpiadas era nacido fuera de Canada. A nadie se le occurriria pensar que esos muchachos no eran Canadienses. Estoy seguro de que todos ellos se sienten orgullosos de su nacionalidad de origen, pero tambien se sienten muy orgullosos de representar a su nuevo pais. Tratar de ver maquinaciones siniestras o criticar la ambicion de una persona por vivir (y naturalizarse) en un lugar que considera mejor para su bienestar es, en mi opinion y con todo respeto, un error. Disculpen la falta de acentos.
Acabo de releer el articulo. Me gustaria saber que quiere decir el autor con “legionarias”. Como usa el termino entre comillas parece que la intencion es peyorativa. Si es asi, parece que para el autor emigrar y nacionalizarse en otro pais as algo criticable. Es esa la intencion?