Pedro Pablo Pichardo acaba de sellar una semana de ensueño, siete días para enmarcar. De viernes a viernes, de La Habana a Doha. Después de estar alejado de las pistas ha firmado un regreso meteórico, prodigioso. Con tan solo 21 años ya se puede sentar a la mesa con los más grandes saltadores triples de la historia. Su salto de 18.06 m le dio entrada al banquete, una marca que pone su butaca junto a las del británico Jonathan Edwards (18.29 m) y el estadounidense Kenny Harrison (18.09).
Hace unos meses Jorge Luis Sánchez, comisionado nacional de atletismo, me había dicho: “Pichardo se ausentó a los entrenamientos con la selección nacional y tomamos la decisión de imponerle una sanción, estará separado del equipo y de toda competencia nacional e internacional durante seis meses”. Esos seis meses quedaron atrás y mientras ellos transcurrían el hombre de las tres P se la pasó entrenando bajo el sol y el calor de su natal Santiago de Cuba.
“Fueron meses duros, soy el subcampeón mundial al aire libre y el bronce bajo techo, verme separado del equipo Cuba fue complejo. Pero entrené fuerte, le puse el extra, quería volver por mi lugar”, expresó hace una semana en el Estadio Panamericano, un par de horas después de destrozar el récord nacional que estaba en poder de Yoelvis Quesada (17.75 m) desde el 8 de agosto de 1997.
En Cojímar, frente al mar -y verán ahora por qué les doy este dato-, Pichardo tuvo una secuencia de saltos de lujo. Su primer intento fue de 17. 33 m, luego llegó hasta los 17. 52 m y en el tercer salto vino el resultado: se estiró hasta los 17. 94 m para imponer una nueva marca en casa y dejar atrás su registro personal de 17.76 m.
Dice Triple P que “sabía que estaba bien, esperaba más de 17.50, pero no un salto tan grande, teniendo en cuenta que llevaba un año sin saltar y me faltaba un poco de ritmo”, declaró tras la imponente marca. Pero el descomunal brinco sucedió en La Habana, en un torneo de poca monta, silencioso, sin caché, en un estadio donde el mar puede dar un empujón. Muchos se alarmaron con el resultado tan asombroso, incluso despertó sospechas en algunos de los rivales internacionales de Pichardo.
Al punto que el actual campeón olímpico Christian Taylor deslizó unas polémicas declaraciones: “Esa fue una gran sorpresa, es muy temprano en la temporada. Soy un estudiante de este deporte y eso no es lo habitual. No es una sorpresa si ves algo como 17.50m o 17.60m o si estuviéramos a finales de febrero o principios de marzo, pero casi 18 metros, es inusual. Esa es una razón por la que estoy deseando que llegue Doha, más que nunca, para ver lo que trae por aquí”.
Las palabras de Taylor dejaron la pista caliente y trajeron mucho más morbo al regreso internacional de Pedro Pablo. La cita era Doha, primera parada de la Liga del Diamante en esta temporada atlética. Allí aterrizó Pichardo, con los ojos encima, con el peso de haberse quedado a solo 6 cm de la barrera de los 18 metros cuando la temporada recién abre sus compuertas y cuando hasta allí solo habían llegado tres hombres (Edwards, Harrison y Teddy Tamgho -18.04 m-) en la historia.
Así arrancó el duelo en Doha. Se citaron todos los actuales cracks del salto triple en el mundo. No faltó nadie. Taylor, Tamgho, Pichardo y compañía. Al final, a nivel de resultados, terminaría siendo la competencia de mayor rango cualitativo de la historia del salto triple con dos hombres por encima de los 18 metros.
Uno de ellos fue Triple P quien en su tercer intento (puede que sea una cábala) clavó los pinchos en los 18.06 m, tercera marca histórica del deporte. “No paro de pensar en ese salto, me veo por los aires todavía. Esta ha sido la mejor semana de mi vida. Salté en La Habana y me superé, ahora también en Doha, este año pinta grande”, comentó Pichardo en exclusiva a OnCuba a través de las redes sociales.
Pero Taylor, también hizo de las suyas y en el último intento de la competencia llegó hasta los 18.04 m (récord personal) para sumarse a la lista de los que han sobrepasado la barrera de los 18. El tercer cupo fue para el francés Tamgho que marcó 17. 24 m y el cubano Alexis Copello se ubicó detrás con 17.18 m.
Sobre la competencia, Pichardo remarcó: “Hace años que no se daba una pelea de este modo en el triple salto, ha sido espectacular, la temporada está comenzando y la rivalidad ya se puede sentir, los años de mundiales son así”.
El espectacular regreso de Triple P lo ha puesto en boca de todos. Dos competencias en una semana y dos marcas de respeto, un par de saltos de canguro. “Es bueno haber regresado de esta forma, así no dejo dudas, eso influye en el salto triple. Es raro porque aún no estoy en mi mejor forma, estoy regresando. Pero si esto es ahora, puede que siga sorprendiendo”.
Una frase que mete miedo, sonó la alarma y el mundillo del triple salto está en vilo. La PPP airlines está lista para volver a despegar.
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