Nadie en el fútbol canta el himno como los italianos. Hasta la muerte quisiera ser sorda para no escuchar su nombre en ese rito. Los aficionados brasileños siguen recitando a capella los versos nacionales cuando se acaba la música. El grito de los uruguayos antes de empezar el partido también desgarra. La emoción se cuenta por decibelios, a raja garganta, a soltar el alma por la boca. Pero, ay, cuando 11 jugadores no tienen más victoria que el silencio.
Aparece un sentir distinto, el que solo genera la contención suprema. Ese que provocó el equipo iraní en el estadio Al Rayyan al negarse a entonar las notas del himno islámico, en apoyo a las protestas que remueven su país. En las gradas, pancartas con las palabras “Mujer, vida y libertad”. Sus compatriotas silbando, llorando, liberándose por unos segundos de un régimen opresor que asesina deliberadamente.
🇮🇷 | Los jugadores del seleccionado de Irán guardan silencio durante el himno, antes del encuentro con Inglaterra, debido a la represión hacia las protestas en el país. pic.twitter.com/Dub8FjkEcl
— Mundo en Conflicto 🌎 (@MundoEConflicto) November 21, 2022
Minutos antes, la FIFA a través de un comunicado había prohibido el uso del brazalete pro LGBTI+ que Inglaterra, el rival de Irán, pensaba utilizar. La amenaza oficial consiste en una tarjeta amarilla desde el minuto 1 para el capitán y una multa económica para el jugador y la federación. Harry Kane tuvo que salir al campo con la estafeta de “no discriminación”, el contrapeso de Infantino ante el escándalo coercitivo.
Pero, como supo Borges, la paradoja es una verdad que parece una mentira. Hubo una persona en el campo con el “One Love” colgado al hombro: una mujer, en un país como Qatar, que prohíbe, entre otras cosas, que personas de su sexo vayan a los estadios. Fue Alexa Scott, exjugadora británica y actual presentadora de televisión. El Emir y los dólares no pueden controlarlo todo.
Después de esto, poco importa la goleada 6-2 de los ingleses contra los persas. Ni que Bukayo Saka se haya convertido en el más joven de su selección en anotar un doblete en los Mundiales. Ni que el gol de penalti de Mehdi Taremi, la estrella iraní del Porto (a los 102 minutos y 29 segundos) sea el más tardío jamás anotado en un partido de estas lides. Ni que Jude Bellingham vuelva a demostrar que puede ser uno de los mediocampistas más completos del planeta. Ni siquiera que esta es la segunda peor derrota de la nación islámica en su historia futbolera. Nada. Quizá reafirmar que Qatar será el mundial de los jóvenes. Como horas después, en el Senegal-Países Bajos, evidenciaron Cody Gakpo y Frankie de Jong.
Aunque antes habría que decir que Van Gaal tiene ojo clínico, cínico, quizá hasta cítrico. Parece que nadie exprime mejor la Naranja Mecánica que él en estos tiempos. Saca jugo de donde a simple vista hay sequía absoluta. Desde Brasil 2014 aún los ticos recuerdan cuando trajo al cancerbero Tim Kruul en la tanda de penaltis de los cuartos de final.
Hoy puso a debutar en Mundiales al meta del SC Heerenveen, Andries Noppert. Y este tumbó los dientes y melló las garras a todos los leones de la Teranga, quienes extrañaron como nunca a su macho alfa, Sadio Mané. Noppert, a sus 28 años, fue convocado en septiembre por primera vez con Países Bajos. Juega en el club de su ciudad natal y fue portero una temporada con el Foggia de la Serie B italiana. Ante Senegal tapó remates de media distancia, de larga, a bocajarro, a puros reflejos, a total estirada. Casi era el mejor Van der Saar que se recuerde, porque esto jamás se lo vimos a Cilissen ni a Stekelenburg.
Los partidarios del viejo proverbio de que “el fútbol se gana en las áreas”, después de este choque no van a necesitar más propaganda en toda la Copa. Si Noppert fue el Tulipán negro, Eduard Mendy representó el Boxtel de los africanos. La crisis del guardameta, que perdió titularidad en el Chelsea, continúa en Qatar: una salida de feria (que no de fiera) y un rebote absurdo condenaron a los dirigidos por Alou Cisse.
Gapko y De Jong llenan las estadísticas y los reflectores, pero el portero salvó el día.
Con Gales y Estados Unidos cerró la jornada y se abrió el casillero de los empates (1-1). Los 22 jugadores sobre la cancha debutaban en Mundiales. Los norteamericanos renovaron completo luego de no poder asistir a Rusia 2018, y los británicos regresan después de sesenta y cuatro años a la magna cita del balompié. No por gusto Pulisic es el nuevo intérprete del Capitán América, ni Gareth Bale ostenta el título de príncipe domador de dragones. La inexperiencia le pasó factura a los de las barras y las estrellas, que fueron incapaces de cerrar el encuentro tras dominarlo en muchos tramos.
Países Bajos e Inglaterra pasan la primera prueba. Aunque es temprano, el liderato de los grupos A y B parece cerrado; la lucha por el otro cupo, como las heridas de los que callan y lloran, sigue abierta.
Emotivo el himno Gales, canción patria que vuelve a sonar en un Mundial luego de ¡64 años! #FIFAWorldCup #Qatar2022 pic.twitter.com/KCW9FSF39N
— Jairo A. Castillo ⚽ (@Jairocastillo88) November 21, 2022
Héroe de jornada: Andries Noppert, portero de Países Bajos.
Villano de la jornada: Eduard Mendy, portero de Senegal.
Lo mejor: La valentía y solidaridad de los jugadores iraníes.
Lo peor: La FIFA plegada a las órdenes de los organizadores al prohibir que el capitán que lo desee porte un brazalete a favor de la comunidad LGBTI+.
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