Hace solo unos días finalizó la Liga Italiana de voleibol, el torneo profesional más prestigioso en el mundo de la malla alta. Por tercer año consecutivo, los jugadores cubanos emergieron como protagonistas en el desenlace del certamen, al punto que tres hijos de la Isla caribeña terminaron celebrando el título con la Lube Civitanova.
Los experimentados Robertlandy Simón y Osmany Juantorena, junto al joven y prometedor Marlon Yant, se proclamaron campeones con la Lube, que extendió a tres su racha de coronas en el circuito transalpino, superando siempre en la final al Sir Safety Perugia, eterno retador de los últimos tiempos.
Pero la historia de los cubanos campeones en el voleibol italiano no es nueva, de hecho, comenzó a escribirse hace más de 20 años con la estelar dupla de Ihosvany Hernández y Osvaldo Hernández, quienes también fueron pioneros en la inserción de jugadores antillanos en torneos profesionales a nivel de clubes a finales de los años 90 del siglo pasado.
En la temporada 1999-2000, el central y el opuesto subieron a lo más alto del podio con el Piaggio Roma, elenco moldeado a imagen y semejanza del entrenador Gian Paolo Montali, quien logró combinar el poderío de los caribeños con la experiencia de tres italianos multicampeones del orbe como Marco Bracci, Paolo Tofoli y Andrea Gardini, este último incluido en el Salón de la Fama del voleibol mundial.
Osvaldo Hernández era el máximo bombardero de aquel equipo, al punto que terminó la ronda clasificatoria como el mejor sacador de la liga con 57 aces y tercero entre los anotadores con 408 unidades, solo superado por el fenómeno ruso Roman Iakovlev (470) y el belga Wout Wijsmans (439).
El opuesto cubano era un espectáculo, un jugador de época, capaz de levantar a la grada con su impresionante poder de salto y una fuerza descomunal en el remate y el servicio. El Modena lo sufrió en la “final del fin de siglo”, en la cual Osvaldo marcó 68 puntos en tres partidos para encumbrarse como la figura determinante del Piaggio Roma.
No hay constancia de premios individuales en aquellos torneos, pero de seguro el atacante cubano se hubiera quedado con el galardón de Jugador Más Valioso en esa final del 2000. En el primer duelo facturó 22 cartones, 21 en el segundo y 24 en el tercero, definido en cinco sets con una remontada heroica de los romanos. ¡Simplemente imperial!
Ihosvany Hernández, quien venía de ser el séptimo voleibolista con más bloqueos (54) en la temporada regular, no se quedó atrás y también brilló en la final, precisamente liderando a los capitalinos en la net. Durante la final, levantó 13 veces la muralla en los tres encuentros decisivos, en los cuales el Piaggio Roma consiguió casi un cuarto de sus puntos por el bloqueo.
Una y otra vez frenaron a la fuerte artillería del Modena, que no pudo explotar del todo su variado arsenal ofensivo con el argentino Juan Carlos Cuminetti, el ruso Alexei Kazakov, el húngaro Sandor Kantor y los miembros del Salón de la Fama, Andrea Giani (Italia) y Bas Van de Goor (Holanda).
Al final de la historia, el central antillano logró 40 puntos en total, tercero entre los máximos anotadores de la Roma en la final, justo detrás de Marco Bracci (42).
Estos fueron los primeros títulos de Cuba en la Liga Italiana de voleibol, donde Ihosvany y Osvaldo se mantuvieron compitiendo durante varios años, aunque no lograron volver a escalar a lo más alto del podio.
Ángel Dennis, el “zurdo de oro”
A finales del 2001, varios voleibolistas decidieron romper sus vínculos con el movimiento deportivo cubano, luego de una polémica decisión que les impedía contratarse en circuitos profesionales. El temor a que un supuesto desgaste competitivo provocara un bajón en su rendimiento con la selección nacional fue el sustento de aquella teoría absurda y arcaica, la cual el tiempo se ha encargado de destruir.
Ángel Dennis fue uno de esos hombres que continuó su carrera lejos de la Isla, luego de triunfar plenamente en la escuadra de las cuatro letras, con la cual logró el título de la Liga Mundial en 1998, el bronce en la lid global del propio año y el cetro en la Copa de Campeones del 2001 (reúne a los mejores países de cada continente más Japón y un invitado).
No obstante, esa corona del 2001 fue la última que consiguió con Cuba antes de quedarse en Bélgica en el 2001, decisión que le costó más de dos años de inactividad para poder desvincularse de su Federación y poder jugar bajo el amparo de la Federación Internacional.
Cuando finalmente tuvo luz verde, regresó a la Liga Italiana, donde ya había competido entre 1998 y el 2000. Allí se mantiene activo en la tercera división tras casi 20 años de exigencia profesional y aventuras en Qatar, Brasil y el Líbano.
De todas estas temporadas, una de las más especiales para Dennis debe ser la del 2005-2006, cuando obtuvo el título en Italia con Lube Banca Marche Macerata. Aquella fue una corona sonada en suelo transalpino, porque rompió la seguidilla de la dinastía del Treviso, campeones en cuatro de las cinco temporadas desde el 2003 hasta el 2007, e invencibles en el período 2003-2005.
Aunque nadie podía discutirle el cartel de líder en el equipo al serbio Ivan Miljkovic —puntero del campeonato con más de 500 puntos—, Dennis no era un simple actor de reparto. El cubano fue el segundo con más unidades (321: 26 en servicio, 26 en bloqueo y 269 en ataque) de la Lube y el número 26 de un torneo con amplio protagonismo cubano, pues tres jugadores de la Isla (Ramón Gato, Leonel Marshall y Osvaldo Hernández) quedaron entre los 12 mejores anotadores.
En la fase decisiva el guion no cambió, con Miljkovic como figura más importante de la Lube, que perdió dos de los tres primeros partidos de la final frente al Treviso. No obstante, reaccionaron a tiempo y obraron una remontada espectacular para subir a lo más alto del podio, con apoyo decisivo de Dennis.
El zurdo cubano fue uno de los héroes del cuarto partido, con 14 puntos, cuatro aces y dos bloqueos en la victoria 3-1 de la Lube, mientras en el quinto y decisivo duelo, solo anotó seis unidades, pero logró un 87 % de recepciones positivas. De esta manera, contribuyó a la histórica caída del Treviso, el gran dominador del voleibol italiano entre 1994 y 2007, lapso en el que ganaron nueve coronas y disputaron 13 finales.
La pegada de Leonel Marshall
Desde que Leonel Marshall debutó como una de las mayores promesas del voleibol cubano, se podía intuir que en algún punto del camino explotaría todo ese talento natural. Con un poder de salto impresionante —llegó a registrar un monstruoso brinco de 3.83 metros— y una potencia en el golpeo al alcance de muy pocos mortales, el atacante tenía las cualidades necesarias para convertirse en una estrella mundial.
De hecho, con solo 20 años era una de las piezas del equipo cubano que se codeaba en la élite a finales del siglo pasado y principios del presente, y hasta llegó a ganar el subtítulo de la Liga Mundial de 1999 o la corona en la Copa de Campeones del 2001.
Pero, como Ángel Dennis, Ihosvany Hernández y otros tres jugadores de la selección nacional, Marshall también decidió cortar vínculos con el movimiento deportivo cubano en diciembre del 2001. A partir de ese momento, se enfocó en triunfar en la arena profesional y no se puede decir que le haya ido mal.
Durante 15 años, el antillano mantuvo un rendimiento sólido en la primera división italiana y en los circuitos de Turquía y China, con resultados relevantes y sus vitrinas llenas de premios, incluida la corona del voleibol transalpino durante la temporada 2008-2009. Ese curso, Marshall brilló con luz propia vistiendo la casaca del Copra Nordmeccanica Piacenza, club al que retornó en el 2008 tras un breve paso por la Roma en la contienda anterior.
El cubano fue el noveno anotador de la liga y el mejor de su equipo con 409 unidades, la segunda marca más elevada de su carrera tras los 421 cartones que consiguió en el curso 2005-2006 en su primera etapa con el Piacenza. Marshall, en total, registró ocho partidos con más de 20 puntos y uno de 37, formando una pareja letal con el búlgaro Hristo Zlatanov, la otra gran estrella del plantel.
La combinación entre estos dos atacantes y el protagonismo de la pareja de centrales compuesta por el checo Michal Rak y el croata Novica Bjelica fueron un impulso vital para el Piacenza, que en la final logró desquitarse de la derrota sufrida ante el Trentino en la disputa del cetro del 2008.
No obstante, el camino a la cima fue empinado, con una final disputadísima, en la cual el Trentino salió delante tras vencer en cinco sets. Marshall partió de titular, consiguió 22 cartones y lideró a los suyos junto a Zlatanov (18), pero el esfuerzo no fue suficiente para detener a los anfitriones del primer duelo por la corona.
En los dos encuentros siguientes la historia cambió. El Piacenza reaccionó y en gran medida tienen que agradecerle al cubano. Marshall anotó 17 puntos (un bloqueo) en el segundo duelo y 22 (un ace y tres bloqueos) en el tercero, cuando fue reconocido como MVP. Entre los dos choques, tuvo un 50 % de efectividad en ataque (34 de 68) y colocó a los suyos a un paso del título.
Después, el atacante cubano vivió un bajón en el cuarto pleito, con solo nueve tantos y un pobre 26 % de efectividad en ataque, muy inusual para un hombre que en esa faceta había tenido un 54.40 % de remates positivos durante toda la temporada. Ese rendimiento incidió en la derrota del Piacenza, que se la jugó todo en un quinto y decisivo desafío, en el cual el cubano regresó a su nivel con 18 cartones, aunque el héroe indiscutible fue el búlgaro Zlatanov, quien anotó 30 puntos.
Marshall jugó una temporada más en Piacenza antes de marcharse a Turquía, donde conquistó tres títulos de liga, dos Supercopas y una Copa.
Osmany Juantorena, el “Emperador”
Probablemente peque de absoluto, pero no dudaría ni un segundo en otorgarle a Osmany Juantorena la distinción de mejor voleibolista cubano de la historia. El santiaguero ha sido un referente durante casi 20 años, en los que se ha cansado de ganar títulos y premios individuales donde quiera que ha llegado.
Rusia, Italia, Turquía, la selección cubana, la selección azurra, Juantorena ha brillado con luz propia como un jugador total, al punto de convertirse en un claro referente del voleibol universal, brillante en ataque, letal desde la línea de servicio y muy efectivo en labores defensivas, tanto en la recepción como en el juego en la net.
Para tener una idea más fiel, desde su debut en la Liga Italiana en el 2009 hasta la fecha, Juantorena es el jugador con más puntos anotados (3 226) y el séptimo con más recepciones perfectas (1.353), a pesar de que estuvo dos temporadas en Turquía.
En el circuito profesional italiano, el santiaguero es una leyenda para el Trentino y la Lube Civitanova, los dos clubes que han tenido el privilegio de contar con sus servicios. Con los primeros jugó cuatro finales y ganó par de coronas en 2011 y 2013, lapso en el que formó un tridente de lujo con el central checo Jan Stokr y el atacante búlgaro Matey Kaziyski, comandados todos por el laureado entrenador Radostin Stoytchev, ganador de cuatro Mundiales de Clubes y tres Champions.
Su segundo período en Italia ha sido todavía más exitoso, pues ha ganado cuatro coronas con la Lube Civitanova, tres de ellas consecutivas contra el Perugia entre 2019 y 2022. Sin embargo, la vida quiso que su primera final en esta nueva etapa fuera ante su antiguo equipo, el Trentino, y Juantorena no tuvo piedad, pues marcó 56 puntos en tres partidos y fue elegido como MVP del segundo duelo, en el cual la Lube logró quebrar el dominio del Trentino en su feudo del BLM Group Arena.
Civitanova volvió a la carga en el 2019 y se desquitó de la derrota en la final del 2018 frente al Perugia, pese a que estos se habían reforzado con otro estelar cubano: Wilfredo León. Juantorena retomó su rol de estrella y se ganó el premio de Jugador Más Valioso en el cuarto y quinto partido de la discusión de la corona, cuando la Lube estaba contra la pared.
En el 2021, tras varios meses sin jugar por culpa de la pandemia, la Lube y Juantorena retomaron las cosas donde mismo las dejaron. El santiaguero registró dobles dígitos en cada uno de los cuatro partidos de la final y terminó como MVP del primero y el cuarto encuentro. Por cierto, en cada uno de los choques de esta definición los premios de Jugadores Más Valiosos siempre quedaron en manos cubanas, dos para Juantorena, uno para Yoandy Leal y otro para León.
Ya en el 2022, el estelarísimo jugador indómito no ha tenido el mismo protagonismo, de hecho, fue suplente en cada uno de los partidos de la final, pero igualmente celebró el título de la Lube, su sexto en Italia.
La “piedra” Robertlandy Simón
A las puertas de cumplir los 35 años y luego de tres lustros brillando en las canchas, Robertlandy Simón Aties tiene todos los requisitos para ser considerado un voleibolista del Salón de la Fama. Cuando finalmente decida retirarse, el antillano completará los trámites para un viaje expedito rumbo a la inmortalidad, derecho que se ha ganado por ser uno de los mejores centrales del mundo en la última década y uno de los más prominentes de la historia.
Simón forma parte de la camada caribeña que, contra todo pronóstico, consiguió el subtítulo del orbe en el 2010, pero las páginas más brillantes de su palmarés las escribió después de aquel rutilante éxito y a nivel de clubes, con triunfos repetidos en Italia, Qatar, Brasil y Corea del Sur, plazas en las que es considerado una auténtica leyenda.
En el circuito transalpino vivió una primera etapa del 2012 al 2014 en el Piacenza, con quienes ganó un título de Copa. Sin embargo, su boom en Italia ha llegado en los últimos años con la Lube Civitanova, donde recaló a partir de la temporada 2018-2019. Desde ese momento hasta la actualidad, Simón es el quinto jugador con más puntos (119) por su servicio y el sexto con más bloqueos (154) en la Liga.
Pero, al margen de resultados individuales, el central antillano no conoce otro resultado que la victoria en la mejor liga del mundo desde su reinserción en el 2018, pues ha ganado tres cetros consecutivos con la Lube.
En su primera final (2019), tuvo un rendimiento discreto en los tres encuentros iniciales, al punto que no consiguió más de cinco unidades en ninguno de ellos. Sin embargo, en el cuarto desafío despertó y fue el segundo anotador de la Lube (11 cartones y tres bloqueos), un preludio de lo que lograría en el quinto y decisivo duelo.
En el Pala Barton, cuartel general del Perugia, Simón se creció hasta niveles insospechados y marcó siete puntos con el bloqueo, la segunda mayor cantidad lograda en finales durante la pasada década, solo superado por el bosnio Mitar Djuric, quien levantó ocho veces la muralla en el primer choque de la final del 2013 entre el Piacenza y el Trentino.
Para el 2021, el central cubano volvió a aparecer contra el Perugia, con dos partidos de más de 20 puntos en la final. En total, Simón logró 60 unidades en cinco choques, 14 de ellos por concepto de bloqueo.
Pero nada de eso se compara con su rendimiento en la final que concluyó hace solo una semana, en la cual fue seleccionado de manera unánime como el jugador más destacado, luego de ganar el MVP en cada uno de los partidos en los que la Lube salió por la puerta ancha. Simón se burló del tiempo y demostró su más alto nivel, con 54 unidades en cuatro choques. ¡Indetenible!
A vueltas con Yoandy Leal y Marlon Yant
No se han robado titulares ni han logrado el alcance mediático de Juantorena o Simón, pero Yoandy Leal y Marlon Yant también forman parte del grupo de ocho cubanos campeones de la Liga Italiana de voleibol, distinción que no les ha caído del cielo.
Leal aterrizó en la Lube Civitanova en el 2018 tras una larga y exitosa etapa en el Sada Cruzeiro de Brasil, con quienes ganó de todo a nivel doméstico, sudamericano y mundial. Nada más llegar, el antillano le dio un plus de calidad a los italianos, que consiguieron esa temporada un histórico doblete con los títulos de Liga y de la Champions League, torneo que no habían ganado en casi 20 años.
En la lid local, el auxiliar cubano ofreció más equilibrio a la ofensiva de la Lube, muy repartida entre él, Juantorena y el búlgaro Tsvetan Sokolov, todos con más de 300 unidades durante la fase clasificatoria. Ese ataque coral ofreció la misma exhibición en la postemporada, al punto de que ese tridente culminó entre los cinco mejores anotadores de los play off.
Leal fue el cuarto de esa lista con 160 puntos y tuvo como cumbre el segundo partido de la final ante el Perugia, cuando marcó 20 cartones y se quedó con el premio de Jugador Más Valioso. En total, terminó la discusión de la corona con 60 rayas en cinco desafíos, a pesar de dos partidos malos en los que no pasó de las tres unidades.
Para el 2021, tras varios meses de inactividad por la pandemia, tuvo la oportunidad de otro viaje a la final y fue mucho más constante. En los cuatro choques logró dobles dígitos (58 en total) y se ganó la distinción de MVP en el tercer duelo. Con esta corona, Leal se despidió de la Lube y firmó un nuevo contrato con el Modena, plantel que busca regresar al trono (llevan seis años en blanco) con una constelación de estrellas que incluye, además del cubano, al brasileño Bruno Rezende, al francés Earvin Ngapeth, al serbio Dragan Stankovic y al holandés Nimir Abdel-Aziz.
El otro cubano que también presume de dos títulos en Italia es el joven de 20 años Marlon Yant, quien se coronó en el 2021 como suplente y repitió ahora, ya en rol protagónico pese a su corta edad.
El villaclareño ha dado muestras de madurez y crecimiento, justo como se pudo ver en la postemporada, instancia en la que fue uno de los diez jugadores que consiguió superar el centenar de puntos. Los otros nueve que lograron esa marca fueron Wilfredo León, Kamil Rychlicki, Robertlandy Simón, Nimir Abdel-Aziz, Matthew Anderson, Ricardo Lucarelli, Ivan Zaytsev, Earvin Ngapeth y Matey Kaziyski, todos con un nivel contrastado y muchas horas de vuelo.
Marlon ha logrado colarse en ese grupo y hacer sentir su nombre, que ya resalta en la prensa italiana por sus cualidades y su juventud. Un “diamante en bruto”, coinciden varios especialistas cuando califican al portentoso auxiliar, quien no se arrugó en la final contra el Perugia, a quienes les marcó dobles dígitos (53 en total) en cada uno de los cuatro desafíos.
Yant tiene un mundo por delante y no se puede descartar que sume otros scudettos a su palmarés. De momento, ha comenzado pisando fuerte y a su favor juega la carta de contar con la asesoría de leyendas como Juantorena y Simón, quienes se han encargado de conducirlo y aconsejarlo en estas primeras experiencias en el voleibol profesional europeo.
Junto a Marlon, otra generación de jóvenes de la Isla podría llegar a Italia en el futuro cercano y aspirar igualmente a la corona del mejor circuito del mundo, donde, más temprano que tarde, el estelar Wilfredo León también debe hacer la cruz y pasar a engrosar la exclusiva lista de cubanos campeones de la Liga Italiana.
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*Todas las estadísticas consultadas para este artículo están disponibles en el portal oficial de la Liga Italiana de Voleibol.
Hola. Que lugar ocupa quien fuera el principal atacador de la escuadra cubana Joel Despaigne? Duelos de Despaigne contra Andrea Zorzi son antologicos. Creo que Despaigne fue el primero que jugo en la liga italiana.