Quienes tuvimos el privilegio de cubrir la Vuelta a Cuba, el ascenso a la Gran Piedra se antojaba algo temible, heroico, añorado y prohibitivo: tramo emblemático del clásico giro cubano hasta 1989, la exigente escalada jamás volvió a hacerse, pues se temía que la Vuelta se quedara sin ciclistas en la segunda o tercera etapa.
Por eso ante el anuncio de que la Piedra acogería de nuevo la meta de una competencia ciclística, los amantes de la ruta sentimos una mezcla de sorpresa, alegría y esperanza: sorpresa porque nadie cree que ahora las bicicletas sean mejores; alegría porque se hace más rigurosa la porfía; y esperanza porque si ya volvió la Piedra, podemos soñar con que más temprano que tarde regrese la mismísima Vuelta.
La buena nueva la divulgó Joel García, cronista e historiador de la Vuelta. Según publicó en el semanario Trabajadores, la segunda etapa del Clásico de Ciclismo Guantánamo-La Habana, previsto del 11 al 22 de febrero próximo, consistirá en trepar este puerto de montaña de categoría A, otrora uno de los más exigentes del mundo.
Me contaban los veteranos que en algunos tramos el ascenso es casi vertical, que no pocos ciclistas bragados desmontaban, que los “innovadores” de los equipos nacionales le ponían platos de velocípedo a las piñoneras, y que hasta los jeeps lloraban. Afrontar esa subida sin piezas de repuesto, o peor, sin un bagaje proteico, era casi un suicidio…
La última vez que un pelotón ciclístico subió la Gran Piedra fue en 1989, cuando la coronó el habanero Israel Torres tras pedalear 114 kilómetros desde Guantánamo. Amén de la distancia, el tramo es duro pues la meta está a más de un kilómetro sobre el nivel del mar, y la falta de oxígeno se sufre más.
Siempre y cuando uno no vaya pedaleando, subir a la Gran Piedra es un placer: vista espectacular desde una mole de origen volcánico, con 51 metros de largo, 25 de alto y 30 de ancho, y un peso superior a las 63 mil toneladas. Varias webs especializadas en viajes lo ubican entre los cinco sitios más espectaculares de Santiago de Cuba.
No solo la Gran Piedra regresará en el cercano Clásico Guantánamo-Habana. Héctor Ruiz, comisionado nacional de ciclismo, informó a Trabajadores que también volverá la prueba contra-reloj por equipos, prevista para el segmento Cauto Cristo-Holguín, en tanto se mantendrá la tradicional crono individual Varadero-Matanzas, el ascenso a Topes de Collantes y el cierre en el Prado habanero, con meta en el Capitolio.
De acuerdo con los organizadores, participarán 15 sextetas nacionales y quizás equipos de Ecuador, Panamá y Guatemala, interesados en un certamen que podría ser preámbulo del esperado regreso de la Vuelta, aunque en este caso, soñar si cuesta, y mucho…
saludos charly. es evidente que la vuelta te pico. aun no he conocido a nadie que no haya pasado por esa sensacion. es muy cierta tu acotacion sobre el ascenso santiaguero, pero tambien el asfalto estuvo maltratado por un largo periodo. esa es la etapa de la vuelta a cuba, por eso siempre he creido que la mejor manera de hacerla es al reves, de pinar a santiago (pasar cerca de la capital oriental hasta baracoa y despues culminarla en ella), como casi se ha hecho solo una vez, mi primera. son demasiados los recuerdos que tengo de esa etapa, muchos con rene navarrro, de ver a grandes ciclistas desmontarse y a choferes curtidos con el terror reflejado en el rostro. pero muchas mas… deportivas. cosas de la vuelta. bien por la vuelta, bien por la piedra y bien por mi ciudad. el giro cubano debe ser ubicado donde merece, en el sitial de las grandes grandes grandes competencias nacionales. un abrazo.