Si bien es cierto que el clímax veraniego para el boxeo cubano quedó detrás, tampoco debe existir margen a dudas de que por momentos las temperaturas suben cuando alguno de la prestigiosa escuela del pugilismo escala el encerado. Precisamente, ello sucedió este sábado con el pinareño Yoan Pablo Hernández (29-1, 14 nocauts), quien revalidó su título mundial crucero de la Federación Internacional (FIB) ante el alemán Firat Arslan (34-8-2, 21).
Tras el segmento “Verano Caliente”, o sea, la etapa del mes de julio que acogió peleas importantes y casi simultáneas de varios criollos, con matices de júbilo y desconsuelo, el antillano expuso su corona con la mente puesta en peleas de mayor rango, espectáculos más atractivos y contratos superiores.
Sonó el gong y Hernández comenzó con un trato de usted; ese sigilo a veces necesario en los primeros compases, sin embargo, tras el paso devorador del tiempo y el decursar de los minutos aumentó el ritmo y pasó a tutear a su adversario, hasta llegar a faltarle el respeto por momentos. Rounds iniciales donde su golpe de derecha resultó como un rompimiento quebrado en el béisbol, logró penetrar la guardia, y pegarle como si fuese un enemigo de toda la vida, con una precisión de cirujano. Cada recto llevaba un odio visceral profundo.
Sin embargo, los instantes de desesperación llegaron en los últimos asaltos con el ataque incesante del europeo, evitando el despliegue técnico y mayor alcance del subtitular panamericano en Santo Domingo, República Dominicana en el año 2003.
Arslan, de 43 años, estuvo a punto de arrebatarle la faja, tras las bocanadas de aire de los primeros segmentos, y causó estrago en varias ocasiones a la anatomía de su oponente en la recta final.
Aun así, el cartel efectuado en la Arena Erfurt, Alemania, demostró que Hernández, quien retuvo por cuarta ocasión consecutiva la primacía, está listo para venideros empeños. Finalmente, el desenlace llegó con votación dividida 115-113, 116-113 y 113-115 para el cubano.
De esta manera, la mayor de las Antillas mantiene sus cinco campeones del boxeo profesional. Sume al magnífico Guillermo “El Chacal” Rigondeaux, y cuente igualmente a Erislandy Lara, a Richard April y a Ramcés Barthelemy.
Yoan Pablo Hernández era considerado uno de los grandes prospectos del boxeo en la Isla, tras sus medallas universales en las categorías cadetes y juveniles, aunque debió bajar de división, hasta los 81 kilogramos, por la presencia del rey olímpico Odlanier Solís en la inmediata superior. En la actualidad reside y entrena en la ciudad alemana de Halle.