Intratable. Ismael Borrero se vistió de ese frac áureo exclusivo del olimpismo. Seguro, rápido, firme. Fino en cada acción, sin importar el color de su licra: azul o roja. Cincuenta y nueve kilogramos bastaron para hacer del estilo grecorromano una tendencia de moda. Borrero es nuestro trending topic.
El japonés Shinobu Ota, luchador de ojos rasgados que mató a gigantes camino a la final, chocó en el último tramo de su recorrido contra una muralla cubana. Cada entrada fue negada. Cada acción no autorizada. Ismael fue un SuperBorrero hasta el 8-0 definitivo.
“Es un sueño. Me preparé muy bien para darle el alegrón a mi gente y me sentí muy fuerte”, manifestó el medallista de oro.
Antes, el santiaguero, titular mundial 2015, había derrotado a Arsen Eraliev, de Kirguistán (6-3), al chino Lumin Wang (8-0) y en semifinales al ubeko Elmurat Tasmuradov (4-1). Una marcha perfecta, digna de un verdadero campeón. El primero de Cuba en Río de Janeiro 2016.
No obstante, y a pesar de la euforia, Borrero no olvidó mencionar algunos detalles, como si los tuviera guardados, listos para el instante oportuno. Su séptimo lugar en los Juegos Panamericanos de Toronto2015, cuando era el favorito, no pasó por inadvertido aquella vez y ahora tampoco.
“Todavía tengo la espina, cuando equivoqué la estrategia. Muchos me atacaron en ese momento, a ellos también dedico esta medalla de oro. Además, eso me marcó como atleta, gané en tranquilidad, crecí mentalmente, y aprendí a minimizar mis errores”.
A la vieja usanza, el estilo clásico cubano mostró carácter, deseos, fogosidad y decisión. Cero pose, como antaño Héctor Milián o Filiberto Azcuy o en el presente Mijaín López. Las fisuras, si existieron fueron mínimas. Mucho derroche de calidad le impregnó el gladiador indómito al colchón de la Arena Carioca 2.
Nada. La lucha (entre greco y libre) no para de sumar al menos un título a las delegaciones cubanas desde Barcelona 1992. Y esto apenas comienza, este lunes sale Mijaín.
Lázaro, “El Príncipe” destronado
Antes del encendido del pebetero en el Maracaná, una de las medallas de oro más seguras de la delegación cubana era la de Lázaro Álvarez. “El Príncipe” era el favorito de todos en los 60 kilogramos –me incluyo. A quien pensara diferente se le tildaba de “loco”.
Sin embargo, el pinareño, triple monarca mundial (2011, 2013 y 2015), pasó del sueño a la pesadilla. Nueve minutos de combate destrozaron literalmente cuatro años de esfuerzos, de dominio, de poderío absoluto. Lázaro no quiso enredarse en un duelo en la corta distancia, tiró menos que su rival, el brasileño Robson Conceicao, y bajó cabizbajo del cuadrilátero.
“Quise hacer mi pelea no tan enredada para no darle oportunidad a los árbitros, pero quizás los jueces se la dieron porque es la única esperanza de Brasil en el boxeo”, puntualizó en exclusiva a OnCuba.
-Entonces, ¿te viste ganador? ¿Sientes que fue una injusticia?
Por supuesto, que no quede duda. Si pierdo digo que perdí, nunca diré otra cosa, pero lo hice mejor que él y el mundo entero me vio.
-¿Satisfecho con ese bronce?
No. No logré lo que quería. Pero así es el deporte y yo sigo siendo el campeón. No soy de los que se caen fácilmente y en la vida hay que ser fuerte. Seguimos en combate, siempre confío en mí.
“El Príncipe” repitió su actuación de Londres 2012.
Minutos después de la cuarta derrota de Cuba, Julio César La Cruz (81) aseguró medalla de bronce tras imponerse 3-0 al local Michel Borges, tras un triple 30-27. El camagüeyano no se esforzó ante un rival que poco hizo por la victoria.
Durante la cartelera vespertina, Robeisy Ramírez (56 kg) continuó su camino al disponer 2-1 del marroquí Mohamed Hamout, y Yasniel Toledo, bronce olímpico, debutó victorioso contra el británico Pat McCormack.
Osleni Guerrero: “Contento, pero resta trabajo”
El bádminton cubano debutó en Juegos Olímpicos. Osleni Guerrero hizo historia al ubicarnos nuevamente en el mapa mundial de esta exigente disciplina. El habanero, de 26 años, no avanzó a la ronda de 16 mejores, pero tampoco se fue sin nada en la bolsa y su balance de una victoria y una derrota dejó agradables sensaciones.
“Una linda oportunidad el poder estar entre los principales jugadores del planeta. Me siento feliz por clasificar y posteriormente competir. Sé que luché para poder triunfar, y eso me hace sentirme orgulloso. Nada ha sido fácil”, expresó a nuestra revista minutos después de su última presentación en Río de Janeiro.
¿Conforme?
No, eso nunca. Nunca.
-¿Orgulloso de abrir el camino del bádminton cubano en JJ.OO.?
Seguro, más que contento. Pero resta mucho trabajo por hacer para seguir llegando lejos.
¿Cómo valoras el trabajo realizado en Río?
Desde el punto de vista técnico estuve muy bien. Hice una excelente preparación, pero choqué contra un competidor que suma mucha experiencia y es uno de los mejores del mundo. Todavía puedo lograr mejores cosas. No estoy apurado. Hasta ahora todo ha sido paso a paso y creo que todavía restan lindas sensaciones.
El indonesio Tommy Sugiarto, siete en el ranking del orbe, derrotó este domingo dos sets por cero (21-12, 21-14) al cubano Osleni en partido del grupo eliminatorio J. Esa fue su segunda y última presentación. Un día antes, el sábado venció a Howard Shu, de Estados Unidos, 21-11 y 21-16. Así, dijo adiós el Guerrero de Cuba a Brasil. La mirada, desde ya, está sobre Tokio2020. “No me rindo nunca”, le repitió a OnCuba.
El título de Ismael Borrero mandó a Cuba hasta el puesto 29 de la tabla de posiciones.