Cuando se supo que Ronaldo Veitía no continuaría al frente de la selección femenina cubana de judo, me costó hacerme la idea de que no lo vería más guiando a sus muchachas al borde del tatami, el trono desde donde transmitía un torrente de energía capaz de poner a vibrar toda una sala.
“A los contrarios les molestaba mi forma de ser, mi carácter, pero nací con ese carisma. Yo siempre digo que no es tan importante decir lo que sientes, sino que se haga sentir lo que estás diciendo. Lo que yo decía, se hacía sentir”, asegura Veitía en un contacto telefónico con OnCuba, solo unas horas después del cierre de las competencias individuales en el judo de los Juegos Olímpicos de Tokio.
Todavía hoy, casi seis años después de su retiro, me parece verlo exaltado, haciendo fuerza para tumbar a las rivales junto a sus discípulas. Su enorme figura, su manera sui generis de proyectarse, su palabra aguda y sus indudables conocimientos lo convirtieron en uno de los entrenadores más destacados de la historia, al punto de merecer la estatuilla “Jigoro Kano” como miembro del Salón de la Fama del judo mundial.
A Veitía se le extraña y él es consciente de ello. “Que la gente te respete, te considere, que todavía pregunten por mí, por lo que estoy haciendo, es lo máximo. Eso tiene un valor incalculable”, dice.
Sin embargo, da la impresión de que “El Gordo” —como muchos le conocen—, no disfruta la distancia, da la impresión de que quisiera estar ahí, cerca del tatami y de las judocas cubanas. Pero un golpe del destino lo alejó del puesto que había ocupado durante 30 años, y desde entonces las cosas no han sido igual.
“Un amigo me decía que, cuando no estuviera, se iba a extrañar mi presencia, pero más se iba a sentir mi ausencia. También me decía que había dejado el listón muy alto. Quizás sea cierto, pero no me gusta hablar del trabajo que han hecho otras personas después que me fui, no me parece ético”, dice el preparador de 73 años, quien se sentía totalmente capacitado para continuar en las labores de entrenador de la selección nacional al retirarse.
“Sin dudas, estaba plenamente convencido de que podía seguir, pero ya llevaba 30 años en el cargo y eso parece que molestaba. Comenzaron a manifestarse incomprensiones, de mucha gente que quería hacer lo que entendía y se llegó a cuestionar mi trabajo y mis métodos. Fue entonces cuando me di cuenta que era hora de terminar”, recuenta Veitía, quien se involucró en un proyecto comunitario tras el retiro.
“Ha sido un cambio drástico. Extraño a las muchachas, que siempre me han dado mucho cariño. Según ellas, era como un padre, por lo que ha sido difícil estar lejos. Poco a poco me he ido adaptando a la nueva vida, trabajando con niños como parte del Proyecto Primavera, en el cual invertía todo mi tiempo, pero vino la pandemia y hubo que recogerse”, dice “El Profe”, ganador de más de 20 medallas olímpicas, entre ellas cinco títulos.
Precisamente, ahora que estamos en ambiente estival, “El Gordo” rememora varios pasajes de su larguísima historia en seis citas bajo los cinco aros, desde Barcelona 1992 hasta Londres 2012.
“Los Juegos Olímpicos siempre son muy fuertes, lo máximo. Te encuentras a muchos atletas bien preparados, no solo las grandes estrellas o favoritos, sino otros que casi no se conocen. En ese escenario no hay enemigo pequeño, por eso cuesta tanto trabajo ganar medallas. Hacer historia no es nada fácil.
“Yo recuerdo cuando nosotros nos llevamos las primeras preseas en Barcelona, fue lo más grande, lo más sentido, y lo celebramos por todo lo alto. Imagínate si estaba emocionado que una persona, de la cual me reservo el nombre por ética, me dijo que si por ese entusiasmo y por la victoria de Odalis Revé me iban a dar algo. Yo me viré y le contesté que no sabía si me iban a dar algo, pero que sí estaba seguro de que, cuando pasara el tiempo, iba a tener una campeona olímpica que él no tenía”, recuenta Veitía.
Esa es una de las mil historias que “El Profe” vivió en el concierto estival, donde alternó alegrías y decepciones a la par. “Sydney 2000 marca el punto más alto del judo femenino cubano en Juegos Olímpicos con los triunfos de Legna Verdecia y Sibelis Veranes, y las platas de Driulis González y Dayma Beltrán. Yo pienso en eso y me dan ganas de llorar, tú sabes, la añoranza por los grandes momentos”.
“Pero no todo es felicidad. Me acuerdo también de los malos momentos, de las derrotas, porque, como ya te dije, los Juegos Olímpicos son muy duros. Mira, en Atenas nos fuimos sin títulos y en Beijing también, aunque ahí una mala decisión de los jueces nos quitó la medalla de oro de Yalennis Castillo. Son experiencias que nunca se van a olvidar”, destaca.
Al margen de derrotas y tragos amargos, no se puede negar que Ronaldo Veitía dio forma a uno de los equipos de judo más consistentes de la historia de esta disciplina a nivel mundial, y sentó las bases para hablar de una Escuela Nacional de judo en Cuba.
“Desde que yo llegué a la selección, sabía que podíamos armar una banda fuerte y nos esforzamos para lograrlo. Cuando se trabaja para ganar, no se vislumbra la derrota. Eso siempre lo decía y lo digo, y nos ayudó mucho.
“Creo que también fue muy importante la confianza que desarrollamos entre atletas y preparadores, porque a muchas personas no les gustaba que las muchachas hicieran entrenamientos ‘de hombre’. Si ellas me hubieran dado la espalda, no estaríamos hablando hoy. Todo se logró en base a seriedad, responsabilidad y disciplina, mucha disciplina”, relata.
Como es lógico, Veitía ha sido un espectador más en estos Juegos Olímpicos de Tokio. “He seguido todo lo que he podido y no me siento satisfecho con la actuación cubana, de ninguna manera. Entiendo que la pandemia ha afectado, pero todo el mundo la ha sufrido. No obstante, sí ha sido muy emocionante seguir a Idalys. La he visto muy bien, muy madura, impetuosa, me ha hecho recordar muchas cosas que vivimos juntos”, afirma Veitía, quien no olvida los primeros pasos de la estelar artemiseña en la selección nacional.
“Mira, ‘el que sirve para violín, desde el monte suena’. Idalys siempre fue una gente muy dispuesta, muy entregada y se le notaba a simple vista que sería grande. Cuando ella llegó al Cerro Pelado, recuerdo que le dije que se quedaba a entrenar conmigo, que ya no iba para ningún otro lugar. Tenía como 16 o 17 años nada más, pero vi muy claro que rápido iba a ser una de las mejores”, rememora “El Profe”.
Veitía, como muchos cubanos que siguen el deporte, también está expectante por conocer qué pasará con Idalys en el futuro, pero nos dice que, si todavía fuera su entrenador, no intentaría imponerle ningún criterio sobre la continuidad de su carrera. “Yo la dejaría decidir. Es su vida, que piense lo que quiere y decida. Ese es su espacio y hay que respetárselo”, asegura.
Casi al final de la conversación le vuelvo a preguntar a Veitía por la salud del judo cubano, que de no ser por Idalys estaría sin medallas en los dos últimos Juegos Olímpicos. Su respuesta es casi idéntica a la del inicio de la charla, prefiere dejar trabajar a los que ahora están al frente de los equipos nacionales, aunque quiso mandar un mensaje:
“El que no atiende el futuro queda huérfano. Eso deben tenerlo presente. Necesitamos recuperar la solidez y la estabilidad, de lo contrario, el camino es incierto.”
CLARO QUE LE MOLESTABA A ALGUIEN A BEKALI EL MINISTRO DE DEPORTE DE CUBA QUE TUVIERON QUE QUITAR POR CORRUPCIÓN PERO AL LLEGAR A SU CARGO Y SER MASTER EN JUDO AL PARECER EXISTÍAN ROZES ANTIGUOS Y DESDE SU POSICIÓN DE FARAÓN ELIMINÓ AL HOMBRE QUE MÁS GLORIA LE HA DADO EL JUDO CUBANO.
Primero el saludo respetuoso y cariñoso al profe,nada quitarse el sombrero ante el y sus acertados planteamientos ,creo que los que dirigen el judo cubano hoy ,deben tener en cuenta la sapiencia de quién supo formar una escuela Cubana de judo .
Honor a quien honor merecen. El Profe va a seguir siendo el Profe para Cuba y para el mundo, eso, no hay quien se lo quite.
Por favor, no politizen el asunto, el Profe, no habló de nombres ni personas, no era relevante para el hacer menciones, aprendan de su hombría y caballerosidad
VEITIA. LO MÁS GRANDE DEL JUDO CUBANO. HAY VECES QUE EL CULTO A LA PERSONALIDAD TIENE QUE CERRAR LOS OJOS EN ESTE CASO Y HACERLE UNA ESTATUA DE SU TAMAÑO O MÁS GRANDE EN EL CERRO PELADO. NUNCA ABANDONO EL BARCO. HONOR A QUIEN HONOR MERECE.
El mejor entrenador de judo cubano en todos los tiempos, debería tener mejor participación actual en el desarrollo de este deporte en nuestro país, así como alguna invitaciones especial a estas grandes competencias, se lo ha ganado por méritos propios.
Estoy de acuerdo, el profesor Ronaldo Veitia es el mejor entrenador de Judo Femenino de Cuba, incluso de América y del mundo,sus resultados lo avalan, y puedo afirmar mi criterio por que ningún equipo del mundo de primer nivel entrena con las condiciones que tienen los equipos de Cuba, en cualquier disciplina deportiva.
Creo justo dar paso a los nuevos entrenadores. Nadie es eterno.
Hubiera sido magnífico que el hubiera preparado su relevo y nuestro deporte estarían en mejores condiciones.
El sabe que los tiempos cambian, ya no es igual. Como el mismo dijo, los entrenadores de equipos femeninos de Judo se dieron cuenta de que a las mujeres se les podía aumentar la preparación física, incluso triplicarce.
Ahora debemos ánalizar nuestros logros y deficiencias y trazarnos nuevás metas. Creo que una dificultad es no tener las pre EIDE en los municipios que tienen posibilidades y los equipos juveniles.
Por último, creo que ningún entrenador de Judo dejaría caer en saco roto las opiniones, de un profesor de tantos méritos, brinde usted profesor sus experiencias y todos estaremos agradecidos de sus enseñanzas, atletas y entrenadores. Saludos para la familia del Judo Cubano.
Amigos estamos hablando de Deportes, yo si creo que ningun Cubano esté fuera o dentro no quiere lo malo para su Pais, yo si creo que Cuba deveria era crear condiciones con todas estas Catedras de Deporte(Hablo de los Profesores) hay Deportes que no podemos dar nos el lujo de perder y uno de ellos es el Judo, por ejemplo veamos aquella Delegación de Cuba a las Olimpiadas del 92. se ganaron medallas en Deportes incontables Cuba siempre fue una isla de Deportes, acuerdense de la esgrima,espada,sable(teniamos buenos equipos), llegamos a tener Campeones Mundiales, donde están esos profesores o los antiguos atletas(que hoy pueden ser profesores), otro deporte que se perdio en Cuba (El Polo Acuatico), ya ni se habla, aqui en Africa un brasileño me preguntó por un Guardameta muy famoso (Cajuso o Casuso) ja no me acuerdo del nombre el dice que fue su profesor en Brasil. Los equipos Cuba en esta Olimpiada no llevó nigun Deporte de Salon en ningum sexo digamos Voleivol, Balonmano, Baloncesto, otros como el Beisbol,Soffbol(aqui es más dificil por nuestra zona es muy fuerte pero con trabajo a serio se puede) tenemos tanto deportista fuera del pais en todos estos Deportes que no dudo que Cuba já chegó a tener “Dream Teams” no lo dudo en Voleibol (M y F), el único que sufre con esto es el pueblo que se le priva de ver buen deporte cubano pensando que los mejores son los otros, cuando los nuestros tambien pueden solo que hay hacer las cosas bien hechas y crear condiciones para ellos.Fuiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii