En definitiva, los Alazanes de Granma ganaron su último partido en la fase clasificatoria de la Serie del Caribe y pasaron como primeros a las semifinales de este miércoles.
Su rival será República Dominicana, que tras su última derrota (8×1) frente a los Tomateros de Culiacán –ya eliminados– cayó hasta el cuarto lugar pese a terminar igualada en victorias y fracasos (2-2) con los representantes de Puerto Rico y Venezuela.
La fórmula de desempate puso a las Águilas Cibaeñas frente a los cubanos en el partido nocturno de la jornada, un cruce de vida o muerte para el que poco importa ya lo hecho en la ronda preliminar. La ecuación es sencilla: quien gane discutirá el título y quien pierda tendrá que ver la final desde las gradas.
Para Granma el desafío carga el morbo de enfrentar al único equipo que los derrotó en la clasificatoria y tener que descifrar las serpentinas de un coterráneo: Yuniseki Maya, de excelente actuación en la liga dominicana. No obstante, ahora los cubanos tendrán sobre el box a su principal carta, el derecho Lázaro Blanco, y gozarán de la ventaja del home club, un plus nada despreciable en un partido definitorio.
Una cábala positiva: los Alazanes ganaron los dos juegos cuando se enfundaron el traje blanco con letras de Cuba.
Además, llegan con el pitcheo descansado y los bates en forma, luego de su triunfo de este martes frente a los Criollos de Caguas (6×3). Vencer a los boricuas garantizó la localía, aunque no estaba definido aún quién sería el contrincante.
Frente al campeón de Puerto Rico, los Alazanes mostraron el ímpetu de sus anteriores victorias para asegurar la garantía del home club en semifinales. Fue este el segundo éxito de los granmenses frente a los Criollos en Series del Caribe, lo que le permitió repetir el balance de tres victorias y una derrota en la primera ronda alcanzado el pasado año en Culiacán.
Esperemos que, a diferencia de entonces, el buen desempeño inicial no se malogre con una derrota en el cruce que impida a los cubanos discutir la corona.
Victoria luchada frente Puerto Rico
Como era previsible, el de este martes no fue un partido fácil para los granmenses. Los maderos boricuas mostraron su poder frente a Ulfrido García, quien permitió jonrón de Anthony García en la primera entrada y otros dos vuelacercas consecutivos en la quinta, a la cuenta de Ruben Dotay y el cubano Dayron Varona.
Estos dos bambinazos sirvieron para empatar un juego que Cuba dominaba hasta entonces 3×1 y parecieron decretar la salida del zurdo santiaguero. Pero Ulfrido sorteó momentáneamente el temporal y, en una sorpresiva decisión del mentor Carlos Martí, volvió al montículo en el sexto inning, cuando explotó estrepitosamente y puso en riesgo el resultado.
Ulfrido dejó hombres en las esquinas sin outs, y el relevo nuevamente llegó en una situación desesperada. Por suerte, Leandro Martínez tuvo un performance extraordinario y pudo contener al equipo boricua, al que no permitió hits y solo regaló una base por bolas.
El zurdo granmense no es un lanzador de realce mediático pero siempre cumple su cometido. Lo demostró como caballo de batalla de los Alazanes en la primera fase del torneo, y en el play off de comodines ante Villa Clara. En la postemporada también cumplió como relevista. Su experiencia y sus dos Clásicos Mundiales a cuestas casi siempre resultan armas efectivas.
La ofensiva cubana tuvo sus pilares en el receptor Frank Camilo Morejón, el antesalista Raúl González y el jardinero central Roel Santos. Esta tanda entre octavo y primero en el line up bateó de 12-6 con cuatro impulsadas. El enmascarado capitalino conectó un tubey y un jonrón con dos carreras empujadas, y el tercera avileño un triple.
Mientras, Roel Santos mostró otra vez sus excelentes habilidades como hombre proa al machucar la pelota en el quinto inning, y embasarse con dos outs para impulsar a Frank Camilo desde tercera. “El bailarín” Santos ha sido de lo mejor de Cuba en la Serie del Caribe por su velocidad en bases, y su astronómico promedio de embasado. Nadie le discute la condición de mejor primer bate del béisbol cubano actual.
La tranquilidad en el marcador llegó en la séptima entrada cuando Guillermo Avilés sopló doble con las bases llenas y despegó a Cuba en el marcador.
Finalmente, los Alazanes solo utilizaron a dos lanzadores y tienen a la mayoría de sus serpentineros listos para el partido semifinal. La suerte de Cuba cuelga, por segundo año consecutivo, del brazo de Lázaro Blanco, quien debe tener como relevistas principales a Alain Sánchez, Miguel Lahera y Raidel Martínez.
¿Clasificarán los Alazanes a la final de la Serie del Caribe? ¿Podrán emular a los Vegueros de Pinar del Río que se coronaron en 2015? ¿La varita de los buenos resultados seguirá tocando a Carlos Martí en este 2018?
Esta noche tendremos las respuestas.
Lo más positivo: El excelente relevo de Leandro Martínez que no toleró indiscutibles en cuatro entradas de labor.
Lo más negativo: Los tres jonrones que permitió el abridor Ulfrido García.
Incomprensible: Que el zurdo santiaguero abriera la sexta entrada después de haber sido bateado con comodidad en el quinto capítulo.
Preocupante: La arcaica estrategia de traer a los relevistas con hombres en bases y no iniciando entradas como manda el béisbol moderno. ¿Se repetirá la fórmula en el partido del cruce?