Parece mentira pero es la cruda realidad. Los organizadores de la Serie del Caribe de béisbol denegaron la solicitud de Cuba de participar como “liga invitada” y de paso le cortaron de tajo su posible regreso al tradicional torneo regional.
El pedido de la Mayor de las Antillas radicaba en concursar en calidad de invitado en lugar de miembro permanente, por la imposibilidad de ejecutar el desembolso económico inmediato para obtener la membresía.
Cuba se rige hoy por una política de austeridad económica en todas las esferas, incluida la deportiva, por lo que hubiera sido paradójico abonar la suma de dinero –superior al millón de dólares- para ingresar en la Serie del Caribe.
Para el futuro quedará abierta la puerta de esa competición para Cuba, y otros aspirantes, sin embargo en la edición mexicana de Hermosillo-2013 intervendrán solo los equipos tradicionales, o sea, República Dominicana, Venezuela, Puerto Rico y México.
En el plano deportivo esta decisión priva a la fanaticada caribeña de ver competir a los clubes campeones cubanos con los otros equipos monarcas de la región, compuestos todos por jugadores profesionales de excelente nivel e incluso por peloteros de las Grandes Ligas de Estados Unidos, que utilizan el certamen como inicio de su preparación para la temporada de la Gran Carpa.
El prestigio del béisbol cubano en harto conocido a escala mundial, por lo que siempre será un comodín a utilizar para presionar de cara a un futuro ingreso en la lid. Ojalá este strike-out sirva para trazar nuevas estrategias. Ojalá no expire nunca la renta de ese crédito moral y Cuba pueda regresar a la Serie del Caribe, un torneo del que fue amo y señor durante la década del 50 del siglo pasado.
Cuba ganó 7 títulos en las 12 ediciones que participó en ese prestigioso certamen, dos con los Alacranes del Almendares (1949, 1959), dos con los Elefantes del Cienfuegos (1956, 1960), dos con los Tigres del Marianao (1957, 1958), y uno con los Leones del Habana (1952).