La gente esperaba más de ellos. Porque la gente siempre suele pedir el máximo. Pero en esa ambición, lógica de este archipiélago, la gente obvia el soberano esfuerzo consumado para concretar semejante reto. La gente sigue sin entender qué significa que Cuba haya estado en una Copa del Mundo de fútbol sub-20, porque la gente es olvidadiza, y además, porque la gente no logra concebir aún, cuál es el significado real de “ser futbolista” en Cuba.
Los jóvenes que se sumergen en esta utopía, saben de antemano que es muy difícil y extremadamente complicado que los futbolistas cubanos se acerquen a los cánones culturales contemporáneos que sugiere la mega industria del fútbol, a la ilusión perentoria de sobrevolar el viejo continente a golpe de taconazos. Pero ellos, los que lo intentan, tienen una fuerza doble, el extra de asumir las dificultades para fraguar las alegrías presas en sus añoranzas.
OnCuba ha contactado con uno de sus integrantes para conocer de primera mano algunos de los detalles de esta experiencia mundialista. Allá por el medio Oriente, anclado en uno de los hoteles lujosos de la ciudad de Kayseri se encuentra Andy Baquero.
Baquero es uno de los cuatro defensas titulares que emplea el DT Raúl González Triana. Es derecho pero usualmente lo ubican en la izquierda para custodiar ese carril de la zaga. Luce el dorsal número 2 en la espalda y un peinado con los pelos empinados como un frondoso arbusto de pequeños pinos que le llaman “yonky”.
A través de facebook Baquero me responde todo lo que le pregunto a ráfagas como si su apellido se escribiera con v. Por el chat parece un tipo inteligente y sencillo, incluso me tutea sin conocerme. Por supuesto yo también, a la larga eso es mejor porque pude preguntarle de cualquier cosa sin tapujos.
Primero hablamos sobre el clima de Turquía y me dijo que “ahora mismo aquí hay la misma temperatura que en Cuba, un calor insoportable”, después le pregunto por la comida y sin pensárselo me advierte que “eso aquí no falta man, uno no tiene porque preocuparse por eso, en el hotel hay un restaurante exclusivo para cada uno de los cuatro equipos del grupo que está especializado en las comidas de cada uno de los países.”
Después de ese preámbulo necesario para entrar en confianza y romper la seca frialdad del chat, inclino el diálogo hacia las cuestiones que me interesan en definitiva. Cuba ya ha quedado eliminada, sucumbieron ante la agilidad de gato de los coreanos de sur, ante la potencia física de unos nigerianos que se abastecieron del sol como paneles solares y ante las filigranas de unos lusos soberbios, pero haber llegado aquí, lo repito nuevamente, es un mérito impostergable.
“Participar en un Mundial de fútbol es disfrutar del sueño de toda una vida hecho realidad, es a todo lo que aspira un atleta y en especial un futbolista por lo que representa un evento de esta magnitud. Esto es un paso de avance para el fútbol cubano y puede servir de ejemplo, por así llamarlo, para el desarrollo futbolístico del país.”
Más allá de los rivales, en la lid el conjunto cubano no ha mostrado la misma cara que exhibieron en las eliminatorias de la CONCACAF. “Nos ha faltado ese juego armónico de toque y manejo con criterio del balón que veníamos mostrando. Pero hemos dejado claro el talento que tenemos. Si algo te puedo asegurar es que en los Juegos Centroamericanos de 2014 en Veracruz, esta generación podrá darle un gran alegrón a la afición cubana.”
Sin dudas la selección cubana se ha encontrado con el máximo nivel del fútbol para jugadores de esta edad. “La diferencia entre nosotros y ellos radica en la calidad de las canchas y en que estos jugadores constantemente intervienen en partidos de primer nivel mundial, porque por lo otro a nosotros nos sobra rapidez y fuerza.”
Como muchos de los jóvenes futbolistas uno de los mayores sueños de Andy Baquero es jugar en el Barcelona de España. “Quisiera sustituir a mi ídolo brasileño Daniel Alves. Llevo el número 2 de dorsal por él y aunque mi posición natural sea el lateral derecho, he tenido que adaptarme a jugar también a pierna cambiada.”
Después de estas palabras, Baquero me dice “algo más”, pienso un instante y le respondo que no que gracias por dedicarme un tiempo. Y en seguida me llega su chat como la bala de una magnum 38 que dice: “man, no hay de que, gracias a ti.”