El equipo Cuba que competirá en el III Clásico Mundial de Béisbol culminó la primera parte de los topes de preparación por tierras asiáticas con saldos diametralmente opuestos en las áreas de bateo y pitcheo, amén de los resultados cosechados: dos triunfos e igual cantidad de reveses.
Víctor Mesa, manager de la selección, proyectó un excelente modelaje competitivo en Taipei de China, donde probó a la totalidad de los jugadores y pudo sacar conclusiones más cercanas a la realidad, en cuanto al desenvolvimiento en momentos puntuales de cada una de sus piezas.
La noticia más alentadora para el timonel antillano es el impresionante estado de forma del slugger Alfredo Despaigne, quien disparó cinco cuadrangulares y remolcó 11 carreras en los tres desafíos que intervino, y psicológicamente aceptó su posicionamiento en el sexto turno del lineup, un puesto de menos responsabilidad y presión que su habitual sitio como cuarto madero.
En líneas generales, la escuadra mostró excelentes prestaciones ofensivas, aunque la mayoría de los bateadores maquillaron sus números en la paliza 20-11 ante Taipei de China, y muy pocos aportaron algo positivo en la derrota por lechada 0-5 ante Holanda, a excepción del joven toletero industrialista Yasmani Tomás, autor ese día de un doble y par de sencillos en cuatro turnos al bate.
Otro punto valioso para el equipo fue la actuación del prospecto de 20 años Guillermo Heredia (primer bate), tanto ofensivamente–debe mejorar la selección de lanzamientos y, sobre todo, la paciencia en el cajón de bateo- como en la defensa del jardín central, con una movilidad y sentido de colocación bastante desarrollados para un jugador de tan poca experiencia.
También mostraron fiabilidad el inicialista José Dariel Abreu, afianzado en el quinto turno ofensivo, el camarero José Miguel Fernández (segundo), el jardinero Alexei Bell, y el receptor Eriel Sánchez, este último todo un valladar en funciones de octavo bateador, pero muy lento y con serios problemas técnicos al bloquear los lanzamientos y en el mascoteo de las bolas bajas.
El antesalista y tercer madero del equipo Yulieski Gourriel solo bateó con soltura en la paliza contra Taipei, mientras dejó mucho que desear en los restantes partidos, prácticamente anulado por lanzadores de nivel medio.
Tácticamente, los bateadores cubanos se mostraron impacientes a la hora de acometer sus turnos al bate.En demasiadas ocasiones produjeron sobre los primeros envíos de los lanzadores rivales, algo opuesto a las exigencias del Clásico, que impone ‘exprimir’ a los pitchers para que duren la menor cantidad posible de entradas en el montículo (recordemos que hay límite de lanzamientos: 65 en la primera ronda, 80 en la segunda, y hasta 95 en semifinal y final).
Los jugadores del lineup titular de Víctor Mesa, a excepción de Frederich Cepeda, tienden a dejar trabajar poco a los serpentineros adversarios, y sin duda ese será uno de los puntos flacos de la escuadra en el Clásico.
Se extrañará a los Michel Enríquez, Osmani Urrutia, Eduardo Paret, Yandi Garlobo, jugadores del I Clásico habituados a batear sobre el cuarto o quinto pitcheos, con una selección impecable y gran contacto.
Los resultados de Cuba en estos cuatro partidos de preparación fueron división de honores ante Taipei 5-6 y 20-11, victoria contra Australia 5-3 y derrota frente a Holanda 0-5.
Si analizamos los marcadores podemos llegar rápidamente a la conclusión que el pitcheo fue maltratado de manera ostensible, con 25 carreras permitidas en 36 entradas, casi seis limpias por partido, promedio inadmisible en el Clásico para cumplir el objetivo declarado de llegar a las semifinales.
La mayor preocupación radica en la pobre solidez de los abridores, léase Ismel Jiménez, Yadier Pedroso, Freddy Asiel Álvarez y Odrisamer Despaigne, quienes exhibieron rendimientos bastante inestables, sobre todo si notamos que ni Australia, Holanda o Taipei de China forman parte de la élite del béisbol, son apenas equipos de segunda línea, con pocos bateadores de primer nivel.
Los mejores performances desde el montículo lo realizaron los relevistas Raisel Iglesias, Wilber Pérez, y Vladimir García, este último destinado a convertirse en el taponero del equipo.
Por otro lado, la línea central del conjunto (c-2b-ss-cf) continuó la fase de acople y su desempeño cumplió satisfactoriamente sus tareas, salvo en algunas jugadas puntuales.
Esta parte del entramado defensivo tiene tres integrantes nuevos (Heredia, Eriel y Fernández) y, según expertos, pudiera fallar en momentos de alta tensión por inexperiencia o falta de disciplina táctica. Víctor Mesa deberá estar a cuatro ojos porque, estadísticamente, más de 60 por ciento de los partidos transcurren por esta región del diamante.
La agenda de trabajo del equipo cubano contempla otros dos partidos de entrenamiento antes de debutar en el Clásico el próximo día 2 contra Brasil. Esos duelos de preparación están pactados,en Japón, contra dos conjuntos de las Grandes Ligas de ese país, específicamente frente a los Búfalos Orix, en Osaka, y los Halcones de Fukuoka (ciudad sede del grupo A).