El equipo de béisbol de la Universidad estatal de Pensilvania (Penn State) no ha ganado ninguno de sus partidos amistosos en Cuba y probablemente no les importe salir victoriosos en los que les quedan. No es que los chicos norteños sean poco optimistas, no es que se sientan intimidados ante el caché de los planteles de la Serie Nacional que enfrentan, es que, simplemente, ellos han viajado a la isla no solo a jugar béisbol sino a “conocerla antes del cambio”.
Eso manifiesta la mayoría de la delegación que en los pocos días que llevan en Cuba (menos de una semana), la isla les parece un encanto. “Estábamos tan cerca y tan lejos de alcanzar esas 90 millas que nos separan, que se habían vuelto imposibles de recorrer, nos estábamos perdiendo una preciosura cultural y natural”, nos dice sentado en uno de los palcos del estadio Latinoamericano de La Habana, John Nichols, profesor emérito de Penn State.
Nichols lleva más de 40 años visitando Cuba y la conoce “un poco”. En ese tiempo realizó una importante investigación sobre los procesos comunicativos cubanos. Sobre el viaje, nos agregó: “Cuba es una nación espectacular, de grandes sitios culturales e históricos que recogen los antepasados del país. Los estudiantes podrán conocer la historia deportiva y la calidad de sus peloteros, además de escuchar en conferencias y seminarios a académicos cubanos”.
Dada su experiencia en Cuba, desde un par de meses antes de la visita, Nichols instruyó al equipo de béisbol y les ayudó, entre otras cosas, a comprender el contexto de la pelota cubana. “Hay pequeños detalles que ellos no conocían y debían saber, tenían que estar al tanto, por ejemplo, de que la devolución de las bolas de foul al campo de juego es necesario pues es un esfuerzo por preservar un bien muy preciado en ese país”, nos añadió.
Después de la segunda derrota consecutiva, Rob Cooper, manager de los Nittany Lions de Pensilvania, no está muy satisfecho. Sus discípulos han caído por estrecho margen ante Industriales y Ciego de Ávila, pero su visión del viaje no ha cambiado. “No me gusta perder, pero los rivales son los equipos de primer nivel en Cuba. De todos modos lo principal es el intercambio académico y conocer Cuba por dentro tomando el béisbol como pretexto. Era obligatorio conocer este país antes del cambio, cuando pasen 40 años estos chicos podrán decir que conocieron cuando la historia comenzó a cambiar”.
Los Nittany Lions de Penn State es el tercer equipo universitario de los Estados Unidos que visita Cuba en este año y han podido consumar su viaje gracias a su colaboración con el Centro de Estudios Martianos. Mucho antes del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones el 17 de diciembre pasado, la oficina de Programas Globales de la universidad había acuñado acuerdos para el compromiso académico con la entidad cubana.
“Mucha gente que quería venir quedo en los Estados Unidos, nadie quería perderse este viaje, es algo así como una exploración de una tierra desconocida”, expresa entre risas Judith Clyne, jefa de prensa de la delegación. El grupo está integrado por casi 50 personas y Clyne nos aclara que “debido a las restricciones de viaje a Cuba, estuvimos limitados en la cantidad de personas, entonces solo empacamos con el equipo, entrenadores, instructores, trabajadores de Programas Globales escogidos y ocho estudiantes de Periodismo”.
Después del 17D, esta es la primera ocasión en que elencos de la Serie Nacional enfrentan a un plantel norteamericano en la isla. Si bien lo que espera el aficionado común es la visita de equipos representantes de la Major League Baseball (MLB), muchos toman este tope como el inicio de una fructífera relación en el béisbol.
“Es una buena oportunidad para ver otro béisbol, para ver estos chicos que siendo universitarios tienen un gran nivel. Confraternizar aunque sea en el deporte siempre será provechoso para fortalecer las limitaciones que tienen Cuba y Estados Unidos”, asevera Raúl González, jugador de Ciego de Ávila.
Taylor Lehman, una de las estrellas del plantel de Pensilvania, opina: “hemos podido tocar el talento de los cubanos para jugar al béisbol, son increíble, ahora uno comprende porque triunfan en la MLB”. Además, Lehman nos dice: “Cuba es una perla, que los cambios sean para bien, para que tenga más brillo”.