A diferencia del desastroso papel en el torneo universal para menores de 18 años celebrado en Argentina, el voleibol femenino cubano tuvo un desempeño satisfactorio en el recién concluido Campeonato Mundial sub-23 de Eslovenia.
La justa contó con las mismas particularidades del torneo masculino realizado en Egipto en agosto, con sets a quince puntos y la obligatoriedad de conquistar cuatro mangas para vencer.
El pésimo arranque de las antillanas presagiaba otra debacle, pues cayeron en tres partidos consecutivos.
En el debut perdieron por barrida ante las ahora flamantes campeonas turcas, con parciales de 15-12, 16-14,17-15 y un fácil 15-8. La segunda presentación fue igualmente desastrosa con otra fácil barrida a mano de las japonesas: doble 15-12,15-7 y 15-13.
Parecía que el equipo reaccionaba frente a Bulgaria con tres fáciles victorias parciales de 10-15,12-15 y 11-15, pero sobrevino una reacción increíble y las balcánicas remontaron. Fue como si hubiesen quitado a una selección cubana y hubiesen puesto otra. Finalmente, las de la Isla cayeron por un doble 15-10,15-11 y 15-6.
Por suerte para las cubanas el próximo rival fue el débil Kenya. Ante las africanas apareció la primera victoria gracias a una fácil barrida de 15-9,15-10,15-7 y 15-12.
El cierre del grupo puso entonces set por medio a las hasta ahora campeonas brasileñas y se produjo la gran sorpresa. Cuba venció a las auriverdes con cómodo 4-1 aunque lo dos últimos parciales fueron bien cerrados, con triunfo cubano 17-15 y 16-14.
Este éxito devolvió la confianza a las cubanas. Wilfredo Robinson, el director técnico antillano, fue bien claro: “En realidad, Cuba es un equipo muy bueno que necesita ganar, jugar contra equipos difíciles y especialmente que los jugadoras crean en sí mismas, en que pueden ganar un partido contra los equipos fuertes también. Ahora nos sentimos muy bien. La victoria de hoy dio a mis jugadoras fuerza y confianza en sí mismos”.
En la ronda decisiva
Gracias al triunfo ante las brasileñas, Cuba terminó en el cuarto lugar de su llave con dos victorias y tres derrotas, y sumó siete puntos. Tuvo un balance de once sets a favor y trece en contra con 307 puntos a favor y 320 en contra.
La Isla pasó entonces a discutir los puestos entre el quinto y el octavo, y en un primer duelo enfrentó a las favoritas chinas. No obstante, mantuvo la estela ganadora por tercer partido consecutivo y se impuso con cómodo score de 4-1. Solo cayó cerradamente en el primer set 14-16 y barrió en los restantes.
Tras este desafío, Robinson calificó como excelente el resurgir de sus pupilas: “El rendimiento de nuestro equipo mejora de partido a partido. Jugamos contra oponentes muy fuertes aquí en Eslovenia. Nos obligan a dar lo mejor de nosotros en la cancha y por eso nuestra rutina mejora día a día. A veces todavía mostramos falta de estabilidad; sin embargo, estamos trabajando en ello”.
La reacción antillana, con tres victorias consecutivas, situó al equipo en la discusión del quinto puesto, nuevamente ante las brasileñas. Pero esta vez la historia fue diferente.
Las cubanas cayeron por solida barrida 4-0 con fáciles parciales de 15-12,15-6,15-8 y 15-13. En este crucial choque, las sudamericanas sí mostraron la superioridad que los entendidos le otorgaban en el papel. Sin embargo, el sexto lugar resulta una excelente noticia para un equipo Cuba que se situó noveno en 2013 y onceno en 2015 en esta categoría.
Otro aspecto positivo es que el elenco cubano utilizó el sistema 6-2 con dos pasadoras que atacan, el mismo que tantos frutos le dio a las Espectaculares Morenas del Caribe en la década del 90. Aun cuando está en desuso a nivel global, sí a las nuestras le da resultado, ¿por qué no mantenerlo? ¿Podrán regresar los éxitos mundiales de Cuba con dos pasadoras en la cancha?
El campeonato mundial de Eslovenia mostró muy buenas actuaciones de jugadoras llamadas a ser las líderes no ya de esta generación sino de la selección mayor. Son los casos de la capitana Diaris de la Caridad Pérez y la opuesta Heidy Casanova.
El torneo fue también una vitrina de presentación para la jovencita Ailama Cesé, principal figura de Cuba en el mundial para menores de 18 años de Argentina, la que también parece destinada a asumir un gran protagonismo en el futuro cercano.
Este mundial sub-23 demostró cuánto ha cambiado el mapa mundial del voleibol con el podio copado por tres equipos europeos, aunque no los más tradicionales en la categoría superior. El campeón resultó el equipo turco, mientras la medalla de plata fue para las anfitrionas eslovenas y el bronce quedó en manos de las búlgaras, vencedoras de las favoritas dominicanas.
Desde Eslovenia, un esperanzador soplo de aire parece llegar para el voleibol femenino cubano. Parece. Falta por ver, con la sistematicidad en el juego y los próximos resultados, si este campeonato mundial será –por fin– el añorado punto de retorno a la elite.
Cuba no utilizo un sistema 6-2. Solo una pasadora.
fogueo, bastante fogueo y jugar en otras ligas es lo que necesitan estas muchachas, lo demas es muela.
En un mismo juego Dalila Palma asumió diversas funciones.. normalmente lo hicieron con el 5-1, pero en varios momentos aplicaron el 6-2, Dalila pasó y Gretel Moreno atacó… No fue lo habitual, pero si lo pusieron en práctica, también lo hicieron en el sub-18…