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Por Lourdes Moreno Cazalla, Universidad Nebrija
Si hay un grito que despierta el orgullo latino, ese es el “¡Azúcar!” de la cantante cubana Celia Cruz.
La “Reina de la salsa” no solo llenó escenarios con su voz y sus trajes deslumbrantes, sino que se convirtió en un símbolo global de resistencia y alegría afrocaribeña. Su éxito durante más de cinco décadas fue una reivindicación tras un caso de discriminación racial y sexista. En sus inicios, una discográfica la rechazó por no encajar en la imagen de “estrella latina” que dominaba el mercado.
Ese canon respondía a un concepto específico de feminidad, belleza, sensualidad y exotismo controlados, representado por figuras como Lupe Vélez, Dolores del Río, Rita Montaner o María Félix.
La exposición Latina, que acoge la Casa de América en Madrid, recupera a esas mujeres que, desde los años veinte, han sido agentes de transformación y afirmación cultural. Y junto a ellas coloca otras voces que no encajaron en esos moldes, como Violeta Parra, Mercedes Sosa, Chavela Vargas, Chabuca Granda y, por supuesto, Celia Cruz, quien terminó siendo una de las figuras más universales de la música latina. De hecho, es la primera mujer afrolatina en aparecer en una moneda estadounidense.
Si existiera un Monte Rushmore de las artistas latinas en Estados Unidos, ahí estaría esculpido el rostro de Celia Cruz. Y aparecería junto a los de Jennifer López, Shakira y Karol G.
J.Lo, icónica
A lo largo de las décadas, los artistas latinos en Estados Unidos han sufrido muchas dificultades para su aceptación en el mainstream debido a la estigmatización cultural, racial y lingüística. De hecho, hasta 1975 no hubo una categoría de música latina en los premios Grammy, a pesar de que superaba en ventas al jazz y a la música clásica. Paradójicamente, es la única categoría que ahora tiene sus propios premios.
La nuyorican (neoyorquina descendiente de portorriqueños) Jennifer López se ha reivindicado en el siglo XXI gracias a otro lema, “Mi gente latino”, que pronunció mal en una entrega de premios de 2011.
La trayectoria de Jennifer López refleja a la perfección cómo ha evolucionado el concepto de la música latina en Estados Unidos en las últimas décadas. Desde la década de los 90 ha sido un referente de la “Latin Explosion”, consolidando su estatus como una figura icónica del entretenimiento latino. En la actualidad es cantante, actriz, bailarina, icono de moda, empresaria y jueza del programa American Idol. En 2001 logró ser la primera y hasta ahora única mujer latina con un número 1 en álbum y película en la misma semana, con su trabajo J.Lo y su papel protagonista, junto a Matthew McConaughey, en Planes de boda. La diva del Bronx es un icono y una leyenda del pop, sin necesidad de adjetivos como latina.
La Reina del pop latino
La colombiana Shakira, que actualmente está inmersa en una gira mundial, desafía los límites del mercado anglosajón desde una identidad cultural firme, bilingüe y multifacética.
Reconocida como una de las artistas más innovadoras del pop global, con más de 95 millones de discos vendidos y numerosos galardones, es la latina más reproducida de todos los tiempos en Spotify y una de las cinco más vistas en la historia de YouTube.
Probablemente Shakira sea en este momento una de las mejores representantes de lo que supone ser una artista global, sabiéndose transformar y adaptar al nuevo modelo de la industria musical basado en el streaming y con su propio gancho: “Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan”.
Precisamente el espectáculo conjunto de Shakira y Jennifer López en la Super Bowl de 2020 fue una declaración de orgullo latino y empoderamiento femenino ante una audiencia global. Un momento histórico donde las artistas dejaron claros sus valores y expresaron crítica social y temáticas que afectan a la comunidad latina. Subieron al escenario desde la desigualdad al clasismo, pasando por la violencia, el edadismo, la migración o el sexismo.
No obstante, y como suele suceder con frecuencia en torno a las muestras de poder femenino, recibieron críticas por su “blanqueamiento” de la latinidad. Ambas artistas entran en el imaginario colectivo específico de los latinos (“güeros” o rubios blancos), en el que se representan estereotipos o modelos aspiracionales, ignorando las diversidades lingüísticas y raciales dentro de la comunidad.
La ‘bichota’
Alejada de ese arquetipo, emerge la actual figura más influyente de la música latina y urbana, la también colombiana Karol G. La cantante recibía en 2024 el premio Billboard Women in Music a la Mujer del Año. Al hacerlo marcó un hito histórico, ya que por primera vez desde la creación de los premios en 2007, una mujer no estadounidense y de un país latinoamericano era reconocida como artista femenina más destacada del año.
Su compromiso con el feminismo, sus raíces y su idioma “han creado un movimiento para las mujeres en todo el mundo por sus empoderadas letras y su inspiradora confianza”, en palabras de Hannah Karp, directora editorial de Billboard.
Con su apodo de “La bichota” y su consigna “MAMIII”, está rompiendo barreras para las mujeres en la industria y estigmas en un género hipermasculinizado como el reguetón. Ha sido la primera mujer en encabezar la lista Billboard 200 con un álbum en español, colabora con grandes nombres y supera a sus contrapartes masculinas en plataformas de streaming y festivales globales.
A lo largo de los últimos 80 años, Celia Cruz, Jennifer Lopez, Shakira y Karol G han moldeado y, a la vez, pulverizado el ideal de la imagen de mujer latina. Lo han hecho controlando su narrativa pública y su voz, en sus propios términos, con sus letras y también con sus negocios. Precisamente este empoderamiento económico les ha dado libertad e independencia financiera y creativa.
Además, han sabido reapropiarse de su cuerpo y del concepto de “latina” como herramienta de expresión y no de subordinación, hasta tensionar estereotipos y resignificarlos con su música y estética. Se han convertido así en símbolos de autenticidad, resiliencia y esperanza.
Este auge de artistas latinas en el mercado global y en Estados Unidos no es aislado, sino parte de una transformación más amplia del papel del español en la industria cultural.
Lourdes Moreno Cazalla es Doctora en Comunicación. Autora del estudio para el Observatorio Nebrija del Español El boom de la música urbana latina y la expansión del español a nivel global, Universidad Nebrija.
Este artículo fue publicado en The Conversation. Lea el original.