En este proceso siempre inciden una gran diversidad de factores, unos objetivos (los principales) y también psicológicos. Es obvio que la tasa de El Toque tiene un componente especulativo, pero no es eso lo que define esencialmente su nivel. Esto, pesos más o pesos menos, está determinado por la muy complicada situación de la economía cubana actualmente.
El Estado cubano ni controla ni regula el mercado cambiario porque no participa en él. Ni el Estado central a través del Banco ni las más de 2000 empresas estatales que existen. De esa manera es imposible que ponga bajo control ese mecanismo.
La tasa del dólar frente al peso sube y baja por razones y coyunturas variables. Son movimientos inestables que en pocos días pueden girar en una dirección o en otra, aun cuando las variaciones no sean muy significativas. Por eso su impacto en los precios relativos no es ni inmediato ni estable.
Hay que tener en cuenta que el mercado de divisas se basa en un proceso de oferta y demanda. En ese sector la demanda no es infinita, quiere decir que tiene un techo y, como muchos suponíamos, ya estaba llegando a precios más allá de los que el mercado puede aguantar en estos momentos. Este comportamiento puede variar muy pronto en una coyuntura tan volátil como la actual, más allá de lo que El Toque pueda o no querer.
El problema es de la máxima urgencia. Ese mercado paralelo existe y es dinámico porque hay una parte muy importante de la economía —las mipymes— que no pueden cerrar su ciclo sino pasan por él. También por las necesidades de esa parte menor de la población que obtiene dólares por alguna vía.
La tasa oficial de cambio es también especulativa (a la baja). O sea, tampoco se acerca a la tasa de equilibrio.
El argumento fundamental de los que aseguran que el Estado no puede entrar en ese mercado es que el Estado no tiene reservas en divisas. Se trata de un argumento muy cuestionable. Hago dos observaciones:
1-Es cierto que apenas hay reservas, pero de las divisas disponible sería esencial dedicar una parte a regular ese mercado porque es fundamental, una prioridad que tiene que ver con todo, en primer lugar con la inflación que, como sabemos, tiene implicaciones sociales y políticas tremendas. Basta ver el nivel de inversiones en turismo —y no es la única opción— para saber que de algún lado se podrían obtener recursos mínimos necesarios para actuar en el mercado cambiario y regularlo.
2-Claro que esto es casi un “imposible” como una medida aislada. Tiene que ser parte de un programa integral de reforma de la economía, que venimos reclamando y proponiendo hace años y no avanza en serio.
El Presidente Miguel Díaz-Canel acaba de hablar de un plan de estabilización macroeconómica de aquí a 2030 en la reciente entrevista con Ignacio Ramonet, pero sin dar una explicación clara de a qué se refería exactamente. Parece un plazo inmenso. Insistimos en que el tiempo es una variable crítica.
Luego hay otros factores como las nuevas operaciones anunciadas por Western Union y las expectativas y confusiones que podría levantar, etc. Todo influye, pero lo fundamental es lo que expresé arriba.
Siempre nuestros gobernantes andan por la superficie y las ramas sin entrar en la raíz de los problemas que nos afectan y por lo tanto sin darle una solución efectiva . Una posible solución o parte de ella es disminuir drásticamente el gasto público y realizar lo estrictamente necesario, dejando para después ‘” lo que sería bueno”