Vino, vio, habló pero no logró. Aunque se sabia que el presidente Donald Trump tenía su arrastre en Florida, entre las huestes opositoras había la esperanza de que el ex vicepresidente Joe Biden pudiera recuperar el estado.
No sucedió así, el mandatario obtuvo el 51.24% a nivel estatal y Biden 47.85%. esto sitúa la victoria amparada por el voto rural, su tradicional caldo de cultivo. Pero en una zona urbana como el Condado Miami-Dade, fue al revés. Trump perdió por 45.98% y Biden ganó con el 53.31%. Ningún republicano gana la presidencia en Miami-Dade desde 1988.
Pero lo más importante, en términos cubanoamericanos es que la victoria de Trump arrastró la derrota del voto demócrata nivel local. Los demócratas perdieron casi todas las votaciones para concejales, representantes y senadores estatales, jueces, jefes de policía. La única victoria local verdaderamente significativa fue la de Daniella Levine-Cava que siendo una novata comisionada del condado Miami-Dade se impuso al veterano operativo republicano, un viejo zorro de la política local, Esteban Bovo, que también siendo comisionado del condado intentó llegar a alcalde. Fue un momento histórico.
Para el ex alcalde de Hialeah y ahora analista, el demócrata Raúl Martínez, con quien Bovo inició su carrera política hace décadas, la victoria de Levine Cava es el resultado de “la falsedad de su personalidad, que no engaña nada y cuando estuvo en el condado no le importó la vida de la gente. ¿Qué va a hacer en la alcaldía?. Ya no engaña a nadie”, afirmó en una comentario en la emisora Caracol Radio 1260AM.
“A todas las mujeres y niñas a las que les dijeron que sus sueños son demasiado grandes, espero que los resultados de anoche dejen en claro que pueden hacer cualquier cosa que se propongan. Y para todos en nuestra comunidad que han estado esperando demasiado tiempo a que la alcaldía los escuche, espero que puedan estar tranquilos hoy sabiendo que finalmente tendrán una voz en la oficina del alcalde”, comentó la nueva alcaldesa en un comunicado enviado a OnCuba.
Por otro lado, la influencia de Trump en las locales fue tan fuerte, que en estas elecciones lo cubanoamericanos terminaron por recuperar los dos tercios de congresistas federales que perdieron en la contienda de hace dos años.
La comunicadora María Elvira Salazar y el ex alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, conquistaron los distritos 27 y 26, respectivamente. La primera lo logró por un margen de poco más de 4% pero frente a la veterana Donna Shalala, lo cual constituyó una sorpresa porque Salazar es una novata en política y que, a todas luces apostó por su reconocimiento entre el electorado hispano por su trabajo en la televisión.
Con Giménez sucedió algo parecido, poco más de 4% de diferencia y también frente a Debbie Mucarsel-Powell que ocupaba el puesto desde el 2018.
Esta victoria republicana fue atribuida por el analista Mauricio Pasariello al trabajo deficiente que los demócratas hicieron en el sur de Florida y al éxito de la campaña republicana de falsedades sobre la pretensa connotación socialista y comunista de los candidatos demócratas. Esta victoria republicana levanta algunas expectativas sobre si los dos nuevos congresistas van a mantener algún tipo de independencia o se unirán al “hardcore” republicano en la Cámara de Representantes en Washington. Por lo pronto, Salazar ha dicho que no comparte los planes republicanos de acabar con el “Obamacare”, diciendo que cada cual debe tener su plan de salud y hay que buscar “otras alternativas”.
La victoria de Trump fue particularmente incisiva en las zonas rurales, en particular en el noroeste en la zona pegada al sur continental del país, las viejas zonas sureñas de por siglos se violaron los derechos civiles, primó el racismo y la esclavitud y solo a partir de la década del 60 del siglo pasado comenzó a penetrar la sociedad democrática.
Pero, aunque Biden ganó en las zonas urbanas, un fantasma lo perjudicó bastante y eso, según el analista Pasariello, fue lo peor de la campaña en Florida. La campaña republicana de convencer al electorado poco ilustrado de que los demócratas con comunistas y socialistas, caló fondo. “Los demócratas no hicieron nada para combatir esa infamia. ¿Quién puede creer en eso?”, afirmó.
Según la estratega política, Sacha Tirador, con amplia experiencia en el estado y el sur de Florida, que ha dirigido tanto campañas demócratas como republicanas, “cuando un bando lanza una mentira hay que responderle de inmediato y forma contundente. Los demócratas no han hecho nada. Se quedaron parados. Eso es incomprensible”, afirmó.
Al final de la jornada, como Biden no necesitaba ganar en Florida, el estado perdió un poco su atractivo político, no tuvo todo el peso que se le atribuyó en la campaña. Pero se sintió el peso de la influencia de Trump con la debacle de los demócratas en el electorado cubanoamericano y los precintos locales, estatales.