El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, nombró al abogado Ron Klain como jefe de su futuro gabinete de la Casa Blanca, un veterano que ha trabajado con el demócrata a lo largo de los años y un fuerte crítico de Donald Trump en el manejo de la pandemia.
Klain, de 59 años, trabajó en el Congreso como asesor del expresidente Barack Obama y como jefe de gabinete del entonces vicepresidente Joe Biden, a quien asesoró en la década de los años 80, cuando era senador del estado de Delaware.
Durante los primeros años de Obama en la Casa Blanca, participó en la elaboración de un paquete de estímulo económico de más de 787.000 millones, lanzado para enfrentar la crisis financiera de la burbuja inmobiliaria. En 2014 fue elegido para coordinar la respuesta al brote del virus del Ébola, labor que le valió grandes elogios y que ha contribuido a su elección como futuro jefe de gabinete de la Casa Blanca. La lucha contra la pandemia será una de las prioridades, como lo ha señalado el propio Biden.
“Su vasta y variada experiencia y capacidad para trabajar con personas de todo el espectro político es precisamente lo que necesito en un jefe de gabinete en la Casa Blanca cuando enfrentamos este momento de crisis, y para unir al país”, dijo Biden en un comunicado, refiriéndose a Klain como un asesor “invaluable”.
Klain reaccionó en Twitter: “me siento honrado con la confianza del presidente electo y haré todo lo posible para liderar un equipo talentoso y diverso de la administración Biden-Harris. Klain fue también jefe de gabinete del vicepresidente Al Gore y su abogado en el proceso de recuento de votos en Florida durante la crisis del reconteo de las boletas que tuvo el país en vilo durante 36 días.
Se espera que en los próximos días Biden revele algunos nombres de los integrantes de su gabinete, que deberá ser presentado, al menos parcialmente, antes de fin de mes.
El posible gabinete
Aun así, algunos nombres de pesos pesados de los demócratas y con experiencia en la administración Obama están siendo ya barajados por la prensa estadounidense, como el New York Times.
Lo primero que llama la atención es el elevado número de mujeres colocadas en el listado provisional (24 en total) mientras que los hombres ascienden a 26. Hay ocho afroamericanos, la mitad mujeres; e hispanos apenas tres.
En relación con Cuba destacan dos nombres: el abogado cubanoamericano Alejandro Mayorkas, quien fue responsable de dirigir los Servicios de Ciudadanía e Inmigración en el Departamento de Seguridad Nacional (HSD, por sus siglas en ingles) bajo el mando de Obama. También se desempeñó como fiscal federal en el centro de California. Bajo Obama, Mayorkas desempeñó un papel decisivo en la negociación de un memorando de entendimiento con Cuba. El cubanoamericano está siendo considerado para dirigir el Departamento de Seguridad Nacional (Homeland Security Department).
El otro nombre relacionado con la Isla es Karen Bass, la veterana congresista por California, activista proderechos de los inmigrantes y los derechos civiles que desde hace décadas preside el Concilio Negro del Congreso. Ahora pudiera ir al frente del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano.
Bass también le seria útil al presidente electo en otro frente, las relaciones con Cuba, que Biden tiene todo el interés en reparar después del desastre acaecido durante la administración Trump. Desde su juventud, la congresista ha viajado a la Isla, donde estableció contactos con la estructura política, primero como miembro de la Brigada Venceremos y luego como integrante del gobierno de California. Cuando se estuvo barajando su candidatura a vicepresidenta, la posibilidad levantó serias críticas entre los exiliados cubanos de línea dura, aunque jamás escucharan hablar de ella.
Además de controlar la salud financiera del país, supervisar la hacienda y el Servicio Secreto, el Departamento del Tesoro tiene que ver con las sanciones a otros países, entre ellos Cuba, y durante la administración de Trump fue su instrumento favorito en la implementación de sanciones. Para ocupar ese puesto, Biden está pensando en la senadora Elizabeth Warren.
La senadora de Massachusetts, candidata presidencial y exasesora de Obama, ha pasado su carrera abogando por reformas financieras favorables al consumidor y una regulación bancaria más sólida. Encabezó la creación de la Oficina de Protección Financiera del Consumidor.
Ahora, esto es una carrera de larga distancia porque dadas sus posiciones progresistas, su confirmación no está asegurada en un Senado controlado por los republicanos.
Para el Departamento de Estado se están mencionando dos pesos pesados del mundo diplomático. El primero es William (Bill) Burns, actual presidente del Carnegie Endowment for International Peace, considerado uno de los más sagaces y profesionales del servicio exterior. Fue embajador en Rusia y Jordania, subsecretario de Estado y asistente especial de los secretarios Warren Christopher y Madeleine Albright durante los mandatos de los presidentes George W. Bush y Bill Clinton.
La otra posibilidad es Susan Rice, la mujer que Obama mandó a Naciones Unidas y nombró subsecretaria de Estado. Su paso por el Departamento de Estado llevó a un rediseño de las relaciones de Estados Unidos con el exterior, en particular con China y África. Tuvo una gran influencia en la política de Obama hacia Rusia y las relaciones con Vladimir Putin.
Demás aspirantes al gabinete
En el Departamento de Agricultura un nombre sonado es la senadora por Minnesota, exfiscal en Minneapolis y precandidata a la nominación demócrata, Amy Klobuchar, quien en un momento determinado estuvo en la lista de posibles compañeras de fórmula de Biden. Ha abogado por un mayor apoyo a los productos agrícolas, los programas de desastres y el seguro federal de cultivos.
En la carrera para dirigir la CIA, hay al menos dos candidatos de igual calibre: la exsubdirectora de la agencia y exasesora adjunta de seguridad nacional durante la administración Obama: Avril Haines. El otro es también un veterano de la CIA, Michael Morell, antiguo diplomático dos veces director temporal de la agencia y una vez subdirector.
El Pentágono
Si Michéle Flournoy fuera la escogida, sería la la primera vez que al frente del Departamento de Defensa se coloque a una mujer. No es extraña a los militares. Fue subsecretaria adjunta de Defensa y se le considera la mejor opción para este trabajo. Durante la campaña estuvo asesorando a Biden en asuntos de defensa. Sin embargo, sus lazos con el llamado complejo militar industrial pudieran provocar un encontronazo con la izquierda demócrata.
La otra opción es Jeh Johnson, quien fuera Secretario de Seguridad Nacional y abogado general del Pentágono. Aquí también hay una primera vez. Si lo escogen, sería el primer afroamericano secretario de Defensa. También pudiera levantar ronchas entre el ala izquierda porque es miembro del consejo de administración de la empresa militar Lockheed Martin, a la que tendría que renunciar si es nombrado.
Otra mujer, Susan M. Gordon, es una exfuncionaria de la administración Trump. Entre 2017 y 2019 fue la subdirectora principal de inteligencia nacional en la administración Trump. Renunció después de que el presidente no la ascendiera a directora de inteligencia nacional. Comenzó su carrera en inteligencia hace casi 40 años como analista en la CIA., ascendiendo a puestos ejecutivos en la agencia.
Aparentemente, la idea de Biden es volver a traer al Departamento de Energía a Ernest Moniz, un físico nuclear de origen portugués que pasó por el mismo departamento durante la administración Obama, donde desempeñó una tarea clave: ser uno de los diseñadores del acuerdo nuclear con Irán. Además de administrar el arsenal nuclear del país, seguramente será llamado a restaurar el acuerdo que Trump rompió al principio de su presidencia. En estos momentos es director ejecutivo de Nuclear Threat Initiative, entidad sin fines de lucro que trabaja para evitar ataques nucleares, biológicos y cibernéticos.
El Departamento de Justicia será, sin dudas, una entidad a la que la nueva administración demócrata someterá a un profundo escrutinio por los cambios internos que Trump hizo para girarla a su órbita. Para ello hay dos nombres sonando. El primero es Xavier Becerra, quien ha desarrollado una trayectoria como funcionario del estado de California y durante su paso por la Cámara de Representantes bajo la administración Obama. Cuando comenzó el proceso de selección de las primarias republicanas, subsistió a la vicepresidenta electa Kamala Harris como fiscal general de California. Ahora es ampliamente visto como un posible heredero de su escaño en el Senado.
La otra opción es Sally Yates. Fue vicefiscal general, el segundo cargo del Departamento de Justicia. En las primeras semanas de Trump asumió el rol de secretaria de Justicia, pero al cabo de diez días fue despedida por oponerse a la prohibición decretada por Trump al ingreso de ciudadanos de varios países árabes a territorio estadounidense. En una audiencia posterior en el Congreso, Yates explicó que la orden no era legal. De hecho, posteriormente el Tribunal Supremo anuló la orden ejecutiva.
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