La segunda parada de la campaña de Joe Biden en Florida fue en Kissimmee, localidad ubicada en el condado de Osceola, a unos 35 km de Orlando, con el objetivo de conectarse más con los votantes hispanos, un grupo crítico para ganar en la Florida.
Una elección para nada casual. De acuerdo con el Censo de 2010, entonces Kissimmee tenía una población de 59.682 almas. Un verdadero crisol, pero con fuerte presencia latina/hispana (58,9%), distribuida de la siguiente manera por orígenes nacionales: 33,1% puertorriqueños, 5,1% dominicanos, 4,0% colombianos, 3,9% mexicanos, 2,6% cubanos, 1,4% venezolanos, 0,9% ecuatorianos, 0,7% salvadoreños, 0,7% peruanos, 0,6% hondureños y 0,6% nicaragüenses. El 26,2% eran blancos no hispanos, el 9,6% afroamericanos no hispanos, el 3,4% asiáticos, el 2,8% hispanos negros y el 0,6% nativos americanos.
Biden participó en un evento sobre el Mes de la Herencia Hispana que contó con la presencia de la actriz Eva Longoria y de los conocidos cantantes Ricky Martin y Luis Fonsi. “Este año, por primera vez en la historia, los hispanos serán el grupo minoritario más grande de votantes potenciales en Estados Unidos, los votantes latinos decidirán las elecciones de 2020, eso es un hecho. No solo quiero que Trump sea sacado de su cargo, quiero que la comunidad latina sea el grupo decisivo para sacarlo”, dijo Longoria, quien se desempeñó como anfitriona de la Convención Nacional Demócrata, celebrada el mes pasado. “Y esto”, concluyó, “comienza aquí mismo en Florida”. Por su parte, Ricky Martin pidió a los puertorriqueños votar por Biden y dijo: “Él cree que todos tienen un lugar en este país, sin importar dónde nacieron, cómo se ven o a quién aman”.
En una coreografía cuidadosamente calculada, Luis Fonsi presentó a Biden. Antes de hablar, el exvicepresidente sacó su teléfono y tocó el tema “Despacito” durante unos segundos. “Solo tengo una cosa que decir”, dijo Biden mientras miraba su celular. “Esperen aquí”. Luego acercó su dispositivo al micrófono mientras sonaba el éxito de 2017, moviendo la cabeza y bailando suavemente detrás del podio. “Les diré una cosa”, dijo. “Si tuviera el talento de cualquiera de estas personas, sería elegido presidente por aclamación”.
Pero entró rápido en materia: “Donald Trump no ha hecho más que asaltar la dignidad de las familias hispanas, una y otra y otra vez”, dijo refiriéndose a la separación de familias inmigrantes en la frontera. “La comunidad hispana tiene en sus manos el destino de este país. Es cierto, pueden decidir la dirección de este país”, dijo. “Mírenme de nuevo”, agregó, una indicación de las preocupaciones demócratas sobre la actuación del exvicepresidente entre los hispanos/latinos a menos de dos meses de las elecciones.
Y subrayó: “Me postulo para ser presidente de todos los estadounidenses, incluidos tres millones de estadounidenses que viven en Puerto Rico. No voy a robar el dinero que se necesita desesperadamente para reconstruir la isla con el fin de construir un muro a lo largo de la frontera que no haga nada para mantener seguros a los estadounidenses. No voy a sugerir que vendamos o intercambiemos con Puerto Rico. No voy a arrojar toallas de papel a las personas cuyas vidas acaban de ser devastadas por un huracán”, dijo.
Luego describió cómo rescataría a Puerto Rico, por contraste con lo que ha hecho el presidente Donald Trump: “Incluso después de cuatro años como presidente, Donald Trump no parece comprender que los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses. En Estados Unidos, no hay lugar para la idea de ciudadanos de segunda clase. Punto”, dijo.
Destacó, por otra parte, que su plan crearía un grupo de trabajo federal “que reportará directamente al presidente para asegurarse de que Puerto Rico tenga los recursos y la asistencia técnica que necesita no solo para recuperarse sino también para prosperar”. También incluiría, dijo, “brindar alivio a una deuda insostenible” mediante la reelaboración de la Junta de Supervisión y Gestión Financiera, que controla gran parte de la economía de la isla, así como las iniciativas de infraestructura a raíz del huracán María (2017). Y que condonaría los préstamos de ayuda en caso de desastres, fortalecería el sistema eléctrico y mejoraría la atención médica.
También criticó al presidente por la mala gestión del coronavirus, que ha golpeado desproporcionadamente a la comunidad hispana.
Antes del evento, en una entrevista con Noticias Telemundo –la primera que concede a un medio en español después de ser elegido el candidato demócrata a la presidencia–, Biden prometió abrir un camino a la ciudadanía a todos los inmigrantes indocumentados y ofrecer un estatus de protección temporal a los venezolanos.
Sobre el tema de los dreamers, dijo: “El día en que sea elegido presidente los soñadores serán legalizados”. Además, “le daremos un camino hacia la ciudadanía a once millones de personas. Tenemos que dar la bienvenida de verdad a quienes buscan asilo”, concluyó. “Podemos absorber a mucha más gente”.
“Los estadounidenses ya se han dado cuenta de lo mezquina y fea que esta administración ha sido con los inmigrantes. Ver a ese padre y esa niñita muertos en la orilla intentando… la idea de meter a niños en jaulas, separar familias. Nosotros no hicimos nada de eso”, dijo.