Sensación de angustia o temor, provocada por la permanencia en lugares cerrados, es el significado más generalizado de la palabra claustrofobia. Una emoción que todos hemos experimentado en alguna circunstancia de la vida, sin necesitar un espacio físico y real para padecerla.
Ese miedo se enfrenta desde las realidades diversas de quienes lo sienten y la visión personalísima de qué puede ser abierto o cerrado: un sitio, una actividad, una idea, un pensamiento… Para un autor literario, crear puede ser una acción liberadora, una forma de exorcizarse, sacar a la luz esos mundos paralelos con los que convive y que lo obligan a desafiar más de una claustrofobia.
Yunier Riquenes García (Jiguaní, Granma, 1982), es uno de ellos. Licenciado en Letras por la Universidad de Oriente (2006), carece de angustias claustrofóbicas, pues su capacidad creativa le permite moverse por la narración, la poesía, la radio, el audiovisual y la promoción cultural. Con apenas 36 años, su obra ha sido premiada y publicada por diferentes editoriales cubanas y extranjeras. Sus cuentos, poesías, novelas, textos periodísticos y ensayos literarios han sido incluidos en antologías y publicaciones periódicas.
En la “lucha” constante, como llamamos los cubanos a enfrentar los problemas cotidianos y, con ellos, nuestras fobias, Yunier percibe en su contexto (no solo para con su obra) una zona de silencio para con la literatura y sus hacedores. Con la luz larga de Naskicet Domínguez, un amigo matemático, devenido programador y diseñador, surge el Proyecto Claustrofobias Promociones Literarias, como una “plataforma de promoción y publicidad de la literatura hecha en Cuba y sus escritores en todo el mundo”, tal y como se define en su sitio web.
Con este background, acudí al encuentro con Riquenes. La idea inicial era conocer los aspectos de su origen que guiaron el camino hacia el gusto por las letras, hasta que el propio hilo conductor de la clásica entrevista nos llevara hasta Claustrofobias. Sin embargo, la dinámica de la Feria Internacional del Libro, en la Fortaleza San Carlos de la Cabaña, trastocó toda la planificación y hasta a mí misma.
Con La Habana como testigo y muchos adolescentes sin libros en la feria de la literatura, nació una conversación sobre un “proyecto utópico y terrenal”, como dijera el artista a un colega.
“Claustrofobias Promociones Literarias es una multiplataforma que nos hemos inventado en Santiago de Cuba, Naskicet Domínguez, el informático, que lleva también la parte de mercadotecnia del proyecto, y yo, que soy escritor y promotor cultural”, sostiene Riquenes.
“Siempre nos ha interesado cómo narrar, cómo contar la historia de la literatura cubana, desde los soportes tradicionales y también con el uso de las nuevas tecnologías.
“También te puedo contar que narramos estas historias en la radio, desde CMKC. Cualquiera diría “pero bueno, CMKC es en Santiago”. No es así, tuvimos un programa de radio que se llama La Estantería, que salió al aire los sábados en Santiago de Cuba, pero como la radio cubana también entró a internet, se escuchó en cualquier parte del mundo.
“Estamos en momentos donde compartir los contenidos es importante. A veces hay personas a las que todavía uno les pide una información (un escritor, una casa editora…) y tratan de ocultarla. Se quejan de que no existe la promoción, pero no te la brindan para compartirla. No hay conciencia de que, en la medida en que tú compartas tus contenidos, pues llegarán a muchas más personas.
“Este mundo de internet nos deja al desnudo, o sea, que en la medida que los cubanos accedan cada vez más al mundo de las tecnologías, las personas descubrirán si realmente los servicios que estamos prestando son útiles. Si realmente hay transparencia en todos los procesos que estamos ejecutando…
“En Claustrofobias Promociones Literarias estamos interesados en seguir contando todas esas historias: no solo la del escritor, sino también la del librero, el ilustrador, el diseñador, los promotores… Nos concierne también mostrar el rostro de los periodistas que están en contacto con el libro.
“A veces las personas creen que le queremos quitar el lugar a alguna agencia o algo. No; para nada. Entre más sitios y personas promuevan el libro, mucho mejor. Pero ojo, el trabajo periodístico de los libros es una necesidad mantenerlo todo el año. Eso es lo que hace Claustrofobias.
“Nos interesa mantener la información del libro cubano, desde el primer día de enero hasta el último día de diciembre. Nos interesa contar esas historias.
“Claustrofobias viene desde el 2012. Eso quiere decir que no había zona wifi, no había datos móviles, no había Nauta Hogar. En ese momento, se inició un trabajo a partir de las salas de navegación que existían en las instituciones culturales cubanas. Se trabajaba ahí y bueno… Por suerte ha venido un desarrollo que nos ha permitido trabajar un poquito mejor.
“Es un proyecto que autofinanciamos nosotros, a partir de lo que ganemos de los servicios que prestamos. Mis derechos de autor de los libros se van en eso. Diseñamos spots, carteles y publicidad. Eso es lo que mantiene hoy el trabajo de Claustrofobias”.
Retroalimentación…
“El trabajo de Claustrofobias con los públicos y la recepción es muy interesante. Nos gusta que nos elogien. Pero es mejor que las personas nos digan lo que no está llegando, no les gusta o no les interesa. Con eso podemos construir y manejar los contenidos y darles una mayor visualidad.
“Por ejemplo, el programa de radio empezó siendo muy tradicional. Ahora les decimos a los amigos: ‘Este no es un programa tradicional de radio’. Desde CMKC Radio Revolución, La Estantería entró en diálogo con las personas que están conectadas a la red de redes, pero también con los contenidos que están en la web. Eso no quiere decir que una persona desconectada no puede acceder a mis contenidos, porque les brindamos entonces otros espacios físicos y la posibilidad de estar en contacto con nosotros. Trabajamos para los conectados y para los desconectados.
“Hemos tenido experiencias muy hermosas, como una persona que barre la calle y me dice que escuchó los sábados el programa de radio. Varias personas lo comentan, sin estar conectadas a la red. Eso es algo muy hermoso.
“También es muy hermoso encontrarte que personas desde Italia, Estados Unidos, España o Bolivia decidan compartir la señal que está ahí. Nos brindan esa doble recepción, entre lo tradicional y lo que no lo es. Eso te va llenando de satisfacciones. Siempre estamos tratando de llegar a las personas”.
¿Elitismo?
“A nosotros nos interesa no ser elitistas. A Claustrofobias le interesa, como política editorial, contar historias que puedan ser interesantes. No solo para la persona que anda buscando un libro de Filosofía o de Bellas Artes. Nos interesa que venga una persona y nos diga ‘estoy buscando un libro que hable de cómo aprender a bordar’ y que uno pueda ayudar a encontrarlo.
“La vida es diversa, tiene matices. Eso es lo que queremos también que la gente sienta: que el libro te ayuda a ser una persona más libre. El ejercicio de la lectura ayuda a interpretar, a reflexionar, a comprender las realidades que estamos viviendo. Con la política editorial de Claustrofobias, pretendemos contar las historias de los libros, que se parecen a tu vida, como expresa nuestro slogan en la radio”.
Yunier el escritor…
“Como autor, estoy muy contento por varias razones. En la feria de 2020 recibí el Premio del Lector con el libro Tienda de Mascotas. Un libro bellísimo que hizo la Editorial Oriente, ilustrado por Mónica García.
“Con Ediciones La luz, pusimos a circular un libro que se llama Eduardo Heras León, la obra inmensa de la vida. Es una compilación de entrevistas que le han realizado a Heras León, donde se ofrece una diversidad de contenidos y de facetas de Eduardo. Es un libro donde agradezco a las personas que le han realizado las entrevistas en los diferentes períodos. Creo que a veces no le damos el valor al periodista cultural, y a cómo deja las entrevistas para el futuro.
“El texto queda también como una herramienta de trabajo porque, además de las entrevistas, se incluyen las palabras de agradecimiento de Eduardo Heras como Premio Nacional de Edición, Premio Nacional de Literatura y Premio Maestro de Juventudes. Incorpora también la bibliografía del intelectual activa hasta el momento, una ficha de su vida y un índice onomástico.
“Tengo un libro que se llama No apto para mayores, publicado por la Editorial Oriente, que trata de ser un canto al respeto a la infancia. A veces olvidamos que los niños, desde edades tempranas, tienen derecho a escoger y a pensar diferente a nosotros. Los padres a veces lo olvidan y tratan de imponerle al niño sus gustos y preferencias. Tenemos que enseñarles a nuestros hijos que tienen derecho, que hay que aprender a dialogar y a llegar a consenso, incluso en la familia”.
El proceso creativo…
“Yo empecé escribiendo narrativa, cuento. Después descubrí que me gustaba la novela y quería extender un poco las historias de los personajes. Cuando escribo, me gusta contar historias y crear personajes, para que la gente, en la medida que lee, pueda ir viviendo esa otra vida que tienen y llevan los personajes, sus conflictos, sus pasiones, sus añoranzas.
“Después descubrí que estaba trabajando algunas cuestiones que tenían que ver con la narrativa infantil y juvenil, algo que me ha ido apasionando. He ido llegando sin darme cuenta.
“Descubrí el periodismo; no sabía ni tenía conciencia, creo que todavía no la tengo. Llegó como una necesidad de la vida, para promover las historias que hay que contar. Yo aprendí que el periodismo es literatura; por lo menos para mí lo es.
“La poesía llegó también sin imaginarlo. El primer libro fue Claustrofobias. Tengo dos más sin publicar. Pero digamos que los procesos de escritura me van pidiendo lo que voy contando.
“He publicado varios ejemplares de literatura para niños. Por ejemplo, Historia de amor de una perra de pelea, que es un libro que me ha traído muchas alegrías. Luego vino la saga de Tigre, primero Cuentos de Tigre y después Tienda de Mascotas. En total son siete. Así voy descubriendo cómo hablarles a los niños de temas difíciles. Me interesa contarles del cuidado de los animales, otros valores como la familia y el contexto que estamos viviendo, que es muy complejo”.