En los climas tropicales la incidencia de la Dirofilariosis es extremadamente alta. La Dirofilaria es un gusano, un nemátodo. Existen varios pero en pequeños animales nos interesan dos: Dirofilaria repens y Dirofilaria immitis.
La Dirofilariosis es una enfermedad zoonósica, es decir, transmisible al hombre.
¿Qué animales pueden tener Dilofilariosis?
EL perro es el hospedador más clásico. El gato, el hurón, otros carnívoros silvestres e incluso mamíferos marinos también pueden tener la enfermedad.
La Dirofilaria repens es mucho menos patógena y más pequeña que Dirofilaria immitis. Tiene una localización subcutánea e incluso ocular. Tiene un verdadero poder zoonósico pero no es tan grave y mortal como Dirofilaria immitis. Se puede encontrar en unos nódulos subcutáneos con un contenido purulento caseoso, donde se puede extraer y es mucho más fina y más lábil. También se puede ver por ecografía.
Dirofilaria immitis: La Filaria o Gusano del corazón y del pulmón (heartworm disease)
Esta enfermedad es mucho más grave y afecta fundamentalmente al perro.
Se le conoce como “Gusano del corazón y del pulmón” porque para llegar al primero va por las arterias pulmonares y lesiona gravemente dicho órgano. El pulmón queda gravemente lesionado antes de que las filarias lleguen al corazón. Y, además, la lesión orgánica y sobre todo la lesión pulmonar, no dependen del número de filarias. Hay animales que con pocas filarias pueden llegar a tener una lesión pulmonar tremenda y otros que tienen muchas; sin embargo no tienen tanta lesión.
Las lesiones del pulmón no dependen del número de gusanos, sino de la reacción del hospedador a este gusano.
Fisiopatología:
El animal llega a tener una insuficiencia cardiorrespiratoria con disnea, deshidratación.
¿Cómo es el Gusano del Corazón?
Las hembras adultas pueden llegar a tener de 25 a 30cm. Los machos adultos son más pequeños, pueden tener de 12 a 20 cm y uno de los extremos lo tienen en forma de espiral. Normalmente hay más hembras que machos.
Cuando hay machos y hembras tienen crías, las microfilarias (L1) que se pueden ver en sangre. Estas L1 son las que son chupadas por el mosquito, en el mosquito se transforman en L3. En el mismo orificio en que el mosquito chupa la sangre, chupa L1 y deja L3, que son las verdaderamente infectantes.
¿Qué es la Wolbachia?
Es una bacteria, una rickettsia que está completamente asociada al a filaria. Es un simbionte obligatorio porque se trata de una bacteria que parasita al parásito. Si no hay Wolbachia no hay filarias. Esta bacteria es importante para la reproducción. No solo están en la reproducción sino también en la vida del otro parásito.
La Wolbuacia pipientis es la responsable de procesos inflamatorios en general en todo el organismo. Tienen un poder antigénico muy grande. Por tanto, cuando se elimina la filaria hay que eliminar también la Wolbachia.
¿Cómo se transmite la enfermedad?
Se transmite por picadura de mosquito. Del perro va al gato vía mosquito y del perro vía mosquito va a otro perro o va también al hombre. Como se producen unas fases de tipo larvaria dentro del mosquito se trata de una enfermedad vectorial. El gato, teóricamente, contagia al hombre pero en la práctica no sucede así. Nos contagiamos de los perros.
Esta enfermedad vectorial depende de los mosquitos hematófagos. Todos los mosquitos hematófagos trasmiten la filaria.
En el perro el ciclo biológico completa todas las fases de la filaria; mientras que el gato es un hospedador accidental: en este animal el ciclo no se completa nunca. Por tanto, el gato sufre la enfermedad pero no llega a convertirse en un problema zoonósico.
En el perro los mosquitos chupan L1 y luego inyectan L3 que luego son las que crecen y se hacen adultas dentro de otro perro, en el gato, en el humano, en el hurón o en un mamífero marino.
¿Hay otras filarias?
Existen otro tipo de filarias llamadas Acanthocheilonema, antiguamente conocidas como Dipetalonema. Se transmiten por garrapatas o moscas (Hippobisca longipennis), no por mosquitos. Son mucho más pequeñas. El problema es que cuando son microfilarias tienen el mismo tamaño pero son muy difíciles de distinguir así.
En un perro pueden convivir incluso varios tipos de filarias. Las autoridades estadounidenses y luego las europeas han determinado que la filariosis es una enfermedad zoonósica emergente.
En América hay muchas zonas con presencia de dirofilarias. Estas ven a los veterinarios pero los veterinarios no las ven a ellas. Es una enfermedad de difusión mundial pero no tiene una distribución uniforme. Ahora mismo hay en todo el mundo. Chile estaba exenta hasta hace poco pero ya hay casos descritos ahí. Las Américas están invadidas. Esto se debe fundamentalmente al cambio climático y a la expansión del mosquito.
Síntomas de la enfermedad:
Los Clase I no tienen ningún síntoma. Se porta la enfermedad, los microorganismos adultos llegan a estar presentes, pero los pacientes están asintomáticos aún así. Sin embargo, con radiografías ya se pueden ver los vasos pulmonares afectados. Si se detecta en esta fase se puede hacer un tratamiento y resolver el problema.
La Clase II es la clase moderada, donde se presenta una tos ocasional o cansancio en el animal. Aquí tenemos los gusanos en arterias pulmonares migrando, no han llegado todavía al corazón. Todavía no hay un cuadro importante; tampoco insuficiencia cardiaca. También estos casos se pueden tratar y quedar muy bien.
La Clase III ya es más grave. El animal ya tiene filarias en corazón derecho y se observa una disnea grave.
En la Clase IV el animal tiene Síndrome Vena Cava. Ya tiene el ventrículo derecho, aurícula derecha saliendo por cava anterior hacia arriba. Llegan a presentar una gran ascitis por insuficiencia cardiaca derecha. Pueden tener incluso 30 o 40 filarias. Aquí hay también una lesión pulmonar severa. Si se logran eliminar las filarias queda el paciente con una lesión pulmonar de por vida. Por el fallo derecho estos animales tienen pulso yugular, un cuadro de insuficiencia cardiaca derecha con hipertensión. En las fases finales entran en una disnea severa. No se levantan. Cuando aparece la hemoglobinuria o hematuria el animal se muere.
Es importante saber que solo un 10-20 % de los portadores son sintomáticos. Significa que tienen antígenos porque tienen la filaria y pueden estar en fase I, II o III sin presentar síntomas. Como mucho, pueden presentar una fatiga.
¿Cómo se detecta?
Se puede detectar con una gota gruesa de sangre con anticoagulante. Esto es para detectar la L1, una microfilaria.
También se puede hacer el Test de Knott que se hace con 1 ml de sangre con 9 ml de formol al 2%, se centrifuga y se fija el sedimento con azul de metileno. Esto también sirve para contar el número de microfilarias.
Para saber la especie de microfilaria hay que hacer una técnica de fosfatasa ácida. Aquí se puede detectar la Dirofilaria immitis porque tiene dos puntos, uno en el poro anal y otro en el excretor. La Dirofilaria reppens, por su parte, tiene solo un punto en el poro anal.
Esto es una técnica parasitológica muy laboriosa que tarda mucho en hacer y por ser complicada los clínicos la hacen muy poco.
En cachorros se pueden encontrar microfilarias porque estas pasan por la placenta si la madre la tiene. Aunque no se hacen adultas. A los 6 meses se mueren porque, para persistir, tienen que ser chupadas por un mosquito y vueltas a inyectar.
Esto puede ser un hallazgo porque si no sabemos que la madre tiene filarias, al hacer cualquier examen de sangre al cachorro podemos ver microfilarias y sacar conclusiones.
Vale aclarar que solo un 60-80% de los positivos son microfilarémicos es decir, que tienen microfilarias. Por eso no verlas no quiere decir que no tengan la enfermedad.
Esto pasa porque los parásitos o son muy jóvenes o muy viejos, y no se reproducen. También porque son del mismo sexo todos. Depende también de la respuesta inmune del hospedador porque él mismo puede destruirlas. Depende también de que sean parásitos ectópicos, porque si están en el abdomen es posible que los tengan en ese local apenas, y no en circulación. También depende del tratamiento, porque muchas filarias se pueden eliminar fácilmente con tratamiento. Otro elemento muy importante es que dependen de la extracción. Los mosquitos suelen picar en la hora de la tarde noche y si se hace la extracción en esas horas se pueden ver.
¿Cómo se trata la Dirofilariosis?
Definitivamente hay que eliminar las microfilarias y la bacteria Wolbachia. También hay que eliminar los adultos. Cada parte tiene un tratamiento diferente.
Las microfilarias se eliminan con microfilaricidas, que son las tonamacrosílica; la Wolbachia se elimina con Doxiciclina y los adultos oslo con Melaesomina.
A las filarias entre los dos y los cinco meses no las combaten ni el microfilaricida ni el adulticida tampoco. Son adolescentes y son prácticamente intocables.
Si hay sospechas entonces se repiten las pruebas a los 3 meses, que ya han pasado a adultos y pueden ser eliminados.
El proceder para el tratamiento se puede encontrar en la American Heartworm Society que comprende un tratamiento de varios meses. Es un tratamiento muy eficaz y menos peligroso, porque va matando las microfilarias y las filarias progresivamente y al organismo le da tiempo a limpiar esos cadáveres.
La Dirifilariosis puede causar daños como tromboembolismos por los gusanos muertos que nadan contra corriente cuando mueren. Por eso hay que irlos matando progresivamente. Porque si se matan todos a la vez se hace un tromboembolismo masivo. El tromboembolismo también se puede producir por fragmentos de las proliferaciones de la pared, la llamada endarteritis proliferativa. Esta reacción de la pared se suelta y es la causa de que se forme un tromboembolismo.
Para prevenir el tromboembolimo no se usa aspirina ni corticoides porque se ha demostrado que los corticoides pueden actuar como protrombóticos. Por tanto, no se usa como preventivo, se usa solo si el animal tiene sintomatología de tromboembolismo.
Si el animal después del tratamiento adulticida viene jadeando entonces está haciendo tromboembolismo. En esos casos se hace reposo en jaula, oxigenoterapia, tratamiento de soporte y se usa prednisona a razón de 1–2 mg por kg cada hora.
Prevención de la enfermedad
Lo más importante siempre va a ser la prevención. En este caso desde las 4-6 semanas de edad del animal. No más de 6 meses, porque eso es lo que tarda la microfilaria en crecer. Si un cachorro es picado en las primeras semanas de visa con L3 estas se desarrollan y a los 6 meses ya son adultas.
Con la prevención no se evita la picadura del mosquito, por lo que hay que hacer la prevención doble, es decir, usar microfilaricidas e insecticidas.
En nuestras condiciones en Cuba podemos usar la Ivermectina oral para el tratamiento preventivo microfilaricida.
Lo otro importante es examinar al animal anualmente. A pesar de todo lo que vimos anteriormente, la Dirofilariosis felina tiene una incidencia alta, la profilaxis es escaza y la sensibilización es nula.
Hay que decir que un solo microorganismo adulto puede llevar al gato a la muerte, a diferencia de lo que sucede con los perros. Los gatos se contaminan aunque estén dentro de casa. Los síntomas respiratorios empiezan a los 3 meses, aunque en lo perros empiezan al año. En gatos la enfermedad se confunde mucho con asma. También existen preventivos para gatos.
Buenos días, pero para la prevención es necesario usar las pastillas todo el año, eso no le causa daño hepático al perro .Gracias