Las intoxicaciones, como cualquier otro tipo de enfermedad, deben ser abordadas en un determinado tiempo y en estas situaciones es importante cuándo el propietario de la mascota acudirá a la clínica.
Por esa razón, en algunas circunstancias una intoxicación puede comportarse como una urgencia; en otras puede ser una emergencia.
Vale aclarar que la toxicología tiene un fuerte componente regional. Lo que sucede en un país quizá no sea tan frecuente en otros. Inclusive en un mismo país, en diferentes regiones o provincias las cosas no son iguales. Por eso en algunos países las etiologías de origen tóxico coinciden, mientras en otros pueden ser diferentes, considerando para esa clasificación no solo el tipo de intoxicaciones, pues en algunas situaciones tristemente la disponibilidad de algunas sustancias que nos permitan el abordaje clínico, ya sea durante la urgencia o emergencia de las intoxicaciones, también incide.
Las etiologías de origen tóxico aparentemente ocupan un porcentaje bajo comparado con las otras posibilidades de enfermedades veterinarias y eso se debe a que las intoxicaciones aparentemente son subdiagnosticadas. En algunos casos también puede ocurrir que sean sobrediagnosticadas, cuando en realidad el cuadro clínico del paciente corresponde a una enfermedad de tipo bacteriana o parasitaria.
Sin embargo, en algunas situaciones hay signos que son muy característicos o patognomónicos y nos permitan hacer el diagnóstico y, de esa manera, iniciar el tratamiento más adecuado.
De todas las etiologías, las intoxicaciones que se ganan el premio son aquellas que son provocadas por los plaguicidas, donde tenemos un 30% para los rodenticidas anticoagulantes y un 22% para el resto de los plaguicidas. Los warfarínicos también son plaguicidas, debemos entender entonces el impacto que tienen en las mascotas, principalmente en los caninos.
La mayoría de las intoxicaciones en todas las regiones del mudo ocurren en caninos, básicamente por los instintos de búsqueda, de juego y de curiosidad que marcan una diferencia sustancial con los felinos, que son mucho más “selectivos” en todas las sustancias que utilizan para jugar o para ingerir. Casi siempre la mayoría de las intoxicaciones en felinos se deben a la intervención accidental del propietario.
Intoxicaciones por medicamentos de uso humano
Intoxicaciones por AINEs:
En el caso de este tipo de intoxicaciones podemos recordar la automedicación que realizan los propietarios en sus mascotas cuando, por ejemplo, obtienen datos totalmente equivocados o erróneos de redes sociales, de grupos de proteccionismo o animalistas que, más allá de las buenas intenciones que puedan tener, toman el conocimiento de las ciencias veterinarias pero de forma errónea.
Los medicamentos llamados Antinflamatorios no Esteroideos (AINEs) existen tanto para animales como para personas. Es muy frecuente encontrarse intoxicaciones producidas por un medicamento de su grupo que es muy conocido por todos y se llama Ibuprofeno. También se tiene conocimiento de profesionales que indican Ibuprofeno a los propietarios. Este fármaco no se debe usar en las mascotas porque se desconoce por completo la farmacotoxicocinética que tiene en los animales, a pesar de que en internet parezca posible y seguro su uso en mascotas.
La intoxicación por Ibuprofeno es accidental. Raramente ocurre porque la mascota ingiere “voluntariamente” un comprimido que cae al suelo, pero sí ocurre frecuentemente por errores del propietario y por su desconocimiento.
Los signos de intoxicación por estos medicamentos son del tipo digestivo como vómitos, diarreas, úlceras. La severidad será de acuerdo a cuántas veces el propietario haya administrado el medicamento, sobre todo si sigue el régimen posológico que está indicado para humanos. Generalmente lo que hacen los dueños de animales es tomar el prospecto y tomar las indicaciones de tipo pediátrica para administrar al animal. En el peor de los casos, las úlceras pueden ser perforantes, generar peritonitis y llevar al animal a una situación de emergencia.
En el mecanismo de acción tóxico de los AINEs hay formación de especies reactivas del oxígeno o radicales libres y eso hace que una especie sea susceptible particularmente el felino. Esto genera la alteración de la hemoglobina que pasa a metahemoglobina y entonces hay formación de cuerpos de Heinz, hemólisis y anemia.
Hay trastornos renales con todos los signos característicos de la enfermedad renal aguda (ERA) también. Estos signos se van a presentar de manera dosis-dependiente, que significa que a mayor dosis va a ser mayor el espectro de signos que comprometen la vida del paciente. Los signos menos conocidos son los asociados al daño hepático que probablemente tienen su origen en la formación de especies reactivas del oxígeno. Obviamente también está la muerte que es consecuencia del daño hepático, pero generalmente se da por la capacidad ulcerogénica que tienen los AINEs. Por ello, es importante recordar que el Ibuprofeno no tiene una dosis terapéutica en caninos ni felinos.
Con 50mg /kg de Ibuprofeno comienzan a aparecer los signos digestivos, con 175mg/kg los renales y con más de 400 mg / kg —que es una dosis extremadamente alta—, se presentan los signos neurológicos sin que medie un daño hepático. La signología que presenta el paciente en este punto es de depresión neurológica.
La descontaminación en estos casos incluye diferentes metodologías. La inducción del vómito, por ejemplo, va a depender del momento en que nos toque recibir al paciente. Si la ingestión ha sido bien reciente —en un periodo menor a los 60 min—, se puede utilizar algún fármaco o alguna sustancia que provoque emesis como el agua oxigenada, que está indicada solo en el animal canino. No obstante, existe una controversia sobre su uso por la erosión gástrica que puede llegar a provocar. La bibliografía sugiere usarla dos veces como máximo y con gastroprotectores de 48 a 72 horas posteriores a la última administración.
En el caso del felino se debe usar la xilazina como antiemético.
En el caso de los absorbentes como el carbón activado, que adhiere a su superficie las sustancias tóxicas, se pueden usar en dosis seriadas cada 4 o 6 horas durante, al menos, un día. El carbón activado repara todas las sustancias tóxicas a excepción de los cáusticos como los derivados del petróleo y los alcoholes básicamente por el hecho de que no los absorbe.
El lavado gástrico está indicado cuando no se puede realizar la inducción del vómito porque el paciente está sintomático tanto en esta como en cualquier otra intoxicación. Luego del segundo o tercer lavado gástrico, cuando el agua sale limpia, sin contenido, o el contenido es mínimo se puede también administrar carbón activado.
La fluidoterapia en estos casos debe ser utilizada para evitar la ERA y la gastroprotección está indicada por la capacidad ulcerogénica que tienen los AINEs.
Intoxicación por Paracetamol:
Loa antipiréticos como Paracetamol y Acetaminophen son muy conocidos en medicina humana. En la medicina veterinaria se puede usar en caninos, pero tiene una dosis con un margen de seguridad estrecho por lo que hay que ser muy juicioso en su uso.
El Paracetamol se transforma a una sustancia que se comporta como un radical libre que produce lisis de membrana pues tiene predilección específicamente por dos membranas. En el caso del canino principalmente a nivel del hepatocito y en el caso del felino, principalmente a nivel de glóbulos rojos. De aquí se desprenden los signos que puede presentar el paciente intoxicado. El felino es mucho más susceptible a la intoxicación por paracetamol y por eso no existe dosis terapéutica.
Como los heritrocitos del felino son bastante susceptibles al efecto de lisis de membrana esto provoca metahemoglubinemia, formación de cuerpos de Heinz y también pueden provocar vasculitis y por tanto hay edema facial y de miembros.
En el caso del canino, la signología asociada en el aparato digestivo son vómitos, cólicos. También falla hepática y encefalopatía. Los signos pueden intercalarse entre caninos y felinos, pero casi nunca los gatos presentan fallo hepático y es menos frecuente la metahemoglubinemia en el caso de los caninos. Aunque sí se han visto pacientes caninos que desarrollen edema facial.
Todo lo antes mencionado en el tratameinto por intoxicación por Ibuprofeno también se aplica en la intoxicación por Paracetamol.
En el caso del Carbón activado se usa una sola vez porque no está demostrada la ocurrencia de circulación enterohepática o quizá no es de relevancia importante comparada con los AINEs.
Lo más específico para el abordaje terapéutico por intoxicación por Paracetamol es que se deben administrar por vía oral dadores del grupo sulfhidrilo como es el caso de la N- acetilcisteína o la metionina. Ambos son aminoácidos azufrados para la síntesis de glutatión. El glutatión se utiliza como sustratos de numerosas enzimas que neutralizan los radicales libres. El N- acetilcisteína es un mucolítico de uso humano que se puede utilizar en medicina veterinaria sin ningún problema. Pero no se debe dar conjuntamente con el Carbón Activado porque este la va a absorber. En caso de administrar el Carbón Activado se espera una hora para dar el N- acetilcisteína.
Se puede utilizar también para el caso de la metahemoglubinemia el Ácido Ascórbico o la Vitamina C. No es tan eficaz comparada con otras sustancias, pero es segura. Otras sustancias que no son seguras son al Azul de Metileno, que se puede encontrar en la bibliografía, pero que es muy difícil de manejar con seguridad, sobre todo en la especie felina, porque tiene capacidad de provocar más metahemoglubinemia.