Desde la Segunda Guerra Mundial ningún fenómeno singular dominó las noticias en el mundo como la pandemia de COVID-19 lo ha hecho este año. Otros sucesos de enorme repercusión internacional han mantenido atentos al mundo, como las elecciones presidenciales y la ola de protestas contra la injusticia racial, ambos en Estados Unidos.
Varios sucesos dramáticos pasaron en cierta forma a un plano secundario en este continente o el otro: una explosión apocalíptica en Beirut; la represión china a la democracia en Hong Kong, la muerte en un accidente de helicóptero del ídolo del baloncesto Kobe Bryant y su hija, entre otros.
Algunos de estos hechos parecen sucesos lejanos en el tiempo, como el juicio político (impeachment) del presidente Donald Trump o el esperado Brexit, la salida formal británica de la Unión Europea.
Mientras la mayor parte del mundo combatía el COVID, estallaron conflictos armados entre Armenia y Azerbaiyán, así como en la región etíope de Tigray. Se prolongó la interminable guerra de Afganistán mientras las partes beligerantes iniciaban cautas conversaciones de paz. Protestas masivas desafiaron los regímenes de Bielorrusia y Tailandia.
El poderoso productor de Hollywood Harvey Weinstein fue condenado a 23 años de prisión y los Boy Scouts pidieron la quiebra, en ambos casos debido a acusaciones de agresión sexual y abuso sexual.
Otros grandes sucesos:
Irán: El año finalizó como comenzó, con las tensiones entre la República Islámica y Estados Unidos acentuadas por el asesinato de un alto funcionario. El 3 de junio, un dron estadounidense mató al general Qassem Soleimani, de la Guardia Revolucionaria. Irán replicó con un misil que hirió a decenas de soldados estadounidenses en Irak. En diciembre, un ataque misterioso cerca de Teherán mató a un científico nuclear que Estados Unidos y otros consideraban el organizador de los intentos de Irán de fabricar un arma nuclear hace 20 años. Irán acusó a Israel.
Inmigración: A lo largo de 2020, el gobierno de Trump impulsó la extensión de un muro en la frontera con México, al tiempo que aplicó políticas que enfurecieron a los promotores de los derechos humanos. Algunos de los afectados eran niños no acompañados que buscaban refugio en el país; cientos fueron detenidos en hoteles antes de ser expulsados. El gobierno intentó suspender el programa DACA que protege a ciertos inmigrantes jóvenes de la deportación. Pero un juez federal sentenció que las nuevas solicitudes de acogerse al programa debían ser aceptadas.
Hong Kong: China impuso una amplia ley de seguridad nacional en Hong Kong. La represión a la disidencia violó la promesa china de respetar los derechos otorgados a Hong Kong por 50 años después de la entrega del territorio colonial británico a la soberanía china en 1997. El arresto de dirigentes opositores y la expulsión de legisladores —ante lo cual renunció toda la oposición, hizo que numerosos países restringieran la cooperación legal con Hong Kong.
Opioides: Purdue Pharma, fabrticante del poderoso analgésico OxyContin, se declaró culpable de tres cargos penales, lo que significó que asumía formalmente su responsabilidad de haber contribuido a la muerte de más de 470 000 estadounidenses a lo largo de dos décadas. Purdue reconoció haber obstaculizado los intentos de combatir la crisis de adicciones. El acuerdo incluyó el pago de 8300 millones de dólares, pero los defensores de las víctimas temieron que la familia Sackler, dueña de Purdue, conservara su fortuna intacta.
Lloran los fanáticos:
Para los fanáticos del deporte en el mundo, 2020 comenzó y finalizó con la muerte de dos superestrellas: el basquetbolista Kobe Bryant, de 41 años, y el futbolista Diego Maradona, de 60. Junto con Bryant murió su hija Gianna, una prometedora atleta de 13 años. Otras personalidades veneradas que murieron son el dirigente por los derechos civiles estadounidense John Lewis; el guitarrista Eddie Van Halen; los actores Chadwick Boseman y Sean Connery. Muchos admiradores de la jueza de la Corte Suprema Ruth Bader Ginsburg no solo lloraron su muerte sino deploraron que la sucesora de la magistrada liberal fuera la conservadora Amy Coney Barrett.
La explosión de Beirut: La capital del Líbano fue remecida en agosto por una de las mayores explosiones no nucleares de las que se tenga conocimiento. Un incendio detonó casi 3000 toneladas de nitrato de amonio en un depósito portuario. La explosión arrasó Beirut, destrozó viviendas y rompió ventanas en kilómetros a la redonda. Más de 200 personas murieron y miles resultaron heridas en una nación ya afectada por protestas masivas y el colapso de la economía.
Francia-Musulmanes: La decapitación de un maestro por un checheno de 18 años en las afueras de París, seguida por el asesinato de tres personas por un migrante tunecino en Niza, llevó a que Francia declarase el alerta máximo. Los ataques se produjeron mientras se desarrollaba el juicio por la masacre en 2015 en las oficinas del semanario satírico Charlie Hebdo, que había publicado caricaturas del profeta Mahoma. El docente, vigorosamente defendido por el presidente Emmanuel Macron, había mostrado las caricaturas a sus alumnos en una clase sobre la libertad de expresión. Países musulmanes llamaron a boicotear productos franceses, y algunos musulmanes franceses expresaron disgusto por las medidas de seguridad.
Huracanes: Hubo tal cantidad de huracanes que se agotó la lista de nombres y los meteorólogos debieron recurrir al alfabeto griego. En Estados Unidos, el estado de Louisiana fue el más afectado, con tres huracanes y dos tormentas tropicales. Varios países centroamericanos sufrieron los embates de dos huracanes de categoría 4. En Tennessee, en marzo, una serie de tornados mataron a 25 personas.
Evacuados por las lluvias del huracán Eta, en Bilwi, costa norte de Nicaragua. Foto: Jorge Torres/EFE.
Israel-Diplomacia: El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu obtuvo una victoria diplomática en septiembre al firmar acuerdos históricos con Emiratos Árabes Unidos y Bahréin en la Casa Banca. Luego Sudán y Marruecos prometieron estrechar relaciones con Israel. Fueron una serie de logros que Netanyahu pudo exhibir en medio de críticas por su manejo de la pandemia y su juicio por corrupción.
Incendios forestales: Miles de incendios forestales en el oeste de Estados Unidos causaron decenas de muertes, destruyeron miles de viviendas y crearon escenas apocalípticas de cielos anaranjados y aire envenenado. Temperaturas extremas y ráfagas de hasta 160 kph alimentaron algunas de las llamas más destructivas de la historia de la región.
Los científicos dicen que el cambio climático es la causa de eventos frecuentes y destructivos como tormentas, sequías, inundaciones e incendios, incluidos los incendios que ardieron durante meses en Australia.
AP/OnCuba