Un cirujano ganador de un Nobel, cuyo hospital en República Democrática del Congo ha atendido a unas 50.000 víctimas de la violencia sexual, creó un fondo para ofrecer compensaciones a sobrevivientes de conflictos en todo el mundo.
El doctor Denis Mukwege dijo el sábado en una entrevista que si bien su equipo y él en el Hospital de Panzi, en la provincia oriental de Bukavu, pueden prestar ayuda física y psicológica a las víctimas de violaciones y otras agresiones, la única forma de sanar de verdad a las sobrevivientes es que la sociedad reconozca el daño que se les ha hecho a través de compensaciones.
Pueden emprenderse acciones legales contra los supuestos agresores, señaló, pero incluso en los casos que ganan las mujeres “no hay compensación”.
Esas compensaciones pueden ser individuales o colectivas, simbólicas o financieras en función de la víctima, el caso y el contexto, dijo Mukwege.
“En algunos casos, las mujeres solo nos piden a los líderes que (…) digamos ‘Siento lo que acaba de ocurrirle, porque quizá yo era el líder en este lugar y no la protegí’”, dijo Mukwege. “Entonces quizá para las mujeres, eso baste”.
Pero en otros casos, las mujeres quieren compensaciones financieras para vivir, pagar la escuela o volver a su actividad anterior o iniciar una nueva, señaló, “de modo que este fondo funciona de diferentes formas, dependiendo de los conflictos”.
“Durante 10 años he luchado para conseguir un fondo global”, dijo Mukwege, “porque (…) lo que ocurre en República Democrática del Congo está ocurriendo en todas partes donde tenemos conflictos”.
El fondo intenta conseguir dinero de gobiernos y sector privado, señaló. En su junta directiva también habrá víctimas de violencia sexual y representantes de la sociedad civil.
Francia fue el primer país en comprometer su asistencia, prometiendo 2 millones de dólares anuales durante tres años en una importante muestra de apoyo, indicó el médico.
Mukwege se encontraba en Nueva York dentro de una gira organizada por Médicos del Mundo, fundadora del Hospital de Panzi. También tenía previsto reunirse con varios líderes mundiales y asistir a actos paralelos a la próxima Asamblea General de Naciones Unidas.
Las mujeres y niñas víctimas de violencia sexual afrontan desafíos similares en todo el mundo, dijo Mukwege, señalando que hace poco vio cómo sobrevivientes de la guerra en Bosnia han superado sus dificultades “y cómo pueden ayudar a las mujeres congoleñas a ayudar a enfrentar este gran problema”.
También viajó a Corea del Sur para visitar a las mujeres utilizadas como esclavas sexuales por soldados japoneses durante la II Guerra Mundial, y fue a Colombia para hablar con víctimas de la larga guerra civil en el país. Tiene previsto iniciar programas para víctimas de la violencia sexual en República Centroafricana y Burundi, señaló.
Mukwege compartió el Nobel de la Paz de 2018 con Nadia Murad, una mujer yazidí que fue violada por milicianos del grupo extremista Estado Islámico en Irak y se ha convertido en una defensora de las víctimas de la violencia sexual.
“Ella y yo trabajamos juntos”, dijo. “Estuve en Irak para ver qué ocurre exactamente allí, y espero empezar este año a apoyar a las mujeres yazidíes”.
El programa funcionará en varios campos donde están esas mujeres, no en la región de Sinjar donde los extremistas del grupo EI arrasaron las comunidades yazidíes en 2014, explicó.
Tras dedicar buena parte de su vida a atender a mujeres víctimas de la violencia sexual, dijo Mukwege, “hoy mi estrategia es trabajar más con hombres porque creo que es muy importante hablar de una masculinidad positiva”.
“Estamos en un sistema patriarcal en el que los hombre lo dominan todo y se trata a las mujeres como objetos”, señaló. “Debemos cambiar nuestra forma de tratar y de ver a las mujeres en nuestra sociedad y (…) dejar que los chicos jóvenes crezcan para respetar a las mujeres y comprendan que las mujeres son iguales a los hombres, y esto tiene que empezar muy pronto”.