El expresidente de Bolivia Evo Morales llegó este jueves a Argentina y pidió ser acogido como refugiado, algo que el Gobierno del peronista Alberto Fernández aceptará al considerarlo un “perseguido”, pero con la condición de que no haga declaraciones políticas desde el país.
Apenas dos días después de que asumiera Fernández como jefe de Estado, el exmandatario boliviano arribó al aeropuerto de la localidad bonaerense de Ezeiza procedente de México, país que lo había asilado cuando el pasado 11 de noviembre abandonó La Paz después de que las Fuerzas Armadas lo forzaran a dejar el cargo.
“Hace un mes llegué a México, país hermano que nos salvó la vida, estaba triste y destrozado. Ahora arribé a Argentina, para seguir luchando por los más humildes y para unir a la #PatriaGrande”, escribió Morales en un mensaje de Twitter.
Hace un mes llegué a México, país hermano que nos salvó la vida, estaba triste y destrozado. Ahora arribé a Argentina, para seguir luchando por los más humildes y para unir a la #PatriaGrande, estoy fuerte y animado. Agradezco a México y Argentina por todo su apoyo y solidaridad.
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) December 12, 2019
Según añadió que se siente “fuerte y animado” y mostró su “eterno agradecimiento” al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador: “Me sentí como en casa junto a las hermanas y hermanos mexicanos durante un mes”, agregó el líder indígena, cuyos hijos, Eva Liz y Álvaro, están desde noviembre viviendo en el país suramericano.
Giro en la política exterior argentina
El arribo del exmandatario confirma un giro en la política exterior argentina, ya que mientras Fernández, que ya había ofrecido darle asilo una vez asumiera el poder, reitera que Morales sufrió un golpe de Estado y lo sucedió el “gobierno de facto” de Jeanine Añez, su antecesor, el conservador Mauricio Macri, no reconoció ninguna de esas dos definiciones.
El nuevo canciller argentino, Felipe Solá, fue el encargado de, en diversas entrevistas, explicar los pormenores del arribo del exmandatario, que llegó acompañado de quien fuera ministra de Salud, Gabriela Montaño.
Según especificó, junto a su excanciller Diego Pary, el exembajador de Bolivia en las Naciones Unidas Sacha Llorenti y el exvicepresidente Álvaro García Linera, que arribará el viernes, habían solicitado asilo para entrar en el país, aunque los recién llegados tramitaron ya el pedido de refugio, que es diferente.
“Para pedir condición de refugiado hay que estar en Argentina. La condición de asilado se la di yo para que pudieran entrar en Argentina sin encontrarse con sorpresas, (como) una alerta amarilla (de detención), esas cosas que aparecen de algún juez en algún momento”, afirmó Solá en declaraciones a radio El Destape.
La Comisión Nacional para los Refugiados, dependiente del Ministerio del Interior, deberá determinar si acepta dar ese estatus, aunque el ministro adelantó que será aceptado y que “desde el momento que se pide”, quedarán liberados de “cualquier posibilidad de extradición”.
“Para nosotros es una obligación ética y moral y un derecho humano brindarle asistencia a alguien que es un perseguido político. No tiene condiciones para vivir en Bolivia en este momento”, sentenció.
Más de seis horas después de conocerse el desembarco de Morales, la Cancillería emitió un comunicado en el que confirmó que “los asilados pasarán a tener el estatus definitivo de refugiado” y que “una vez que se complete el trámite, el Ministerio del Interior será el encargado de velar por el cumplimiento de las condiciones de su estatus de refugiado”.
Tanto Morales como Montaño firmaron la petición correspondiente al llegar al aeropuerto de Ezeiza y “en horas más tendrán esa condición”.
¿Dónde vivirá Evo Morales?
De la llegada de Morales, que se produjo sin aviso previo a la prensa, apenas trascendieron unas imágenes tomadas con celular del político caminando por los pasillos del aeropuerto y mientras firmaba unos documentos.
El canal de televisión TN difundió unas imágenes en las que se vieron salir del aeródromo -el más importante del país- varios autos escoltados por dos furgones policiales; aunque en ninguno se le vio desde fuera.
El secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado en Buenos Aires, Daniel Catalano; y el responsable de Comunicación de la CTA de los trabajadores de Argentina, Carlos Girotti, acudieron a recibir a Morales y confirmaron a Efe que le acompañaron para hacer los trámites de ingreso. “Está muy bien”, remarcó Catalano.
Por el momento, ninguna fuente especificó adónde se dirigió el exmandatario ni cuál será su residencia.
También se desconoce dónde viven sus hijos, que llegaron el 23 de noviembre pasado a Buenos Aires y a quienes en ningún momento se ha visto públicamente.
Procedente de México, Morales había viajado la semana pasada a Cuba para una consulta médica, según habían informado fuentes diplomáticas y del entorno del exmandatario, aunque las autoridades cubanas no confirmaron ni desmintieron su presencia en el país ni fue visto en público.
La petición del gobierno argentino
Solá reiteró que el exmandatario será “libre de moverse” durante su estancia en Argentina y defendió la situación de refugio al considerar que el Gobierno “de facto” de Añez –al que Fernández no reconoce– “no le da las condiciones necesarias” para su vuelta al país.
Pero el canciller advirtió que el Ejecutivo argentino no quiere que Morales –que fue nombrado por su formación política, el Movimiento al Socialismo, jefe de campaña para las nuevas elecciones en el país para 2020– ni el resto de su equipo “usen” Argentina para hacer política y hagan “declaraciones públicas” de campaña.
“Se podrán ver con quien quieran, pero no podrán públicamente opinar ni generarle algún problema a Argentina en este sentido. Es un compromiso político, no lo dice la ley”, aclaró, convencido de que la situación de Argentina –en recesión desde 2018– es delicada y no puede “sumar problemas”.
“Sí reconocemos cuestiones de hecho, como que en Bolivia tiene que haber elecciones”, enfatizó.