Las infecciones por el coronavirus SARS-CoV-2 en especies de la fauna salvaje brasileña, muchas de ellas sin contacto con los seres humanos, están movilizando a la comunidad científica del país, uno de los más golpeados por la pandemia y que teme por los animales ante la incógnita de nuevas cepas.
La detección del virus en un oso hormiguero, un mono sagüí y dos manatíes da indicios de que “más especies estén afectadas, pero esperamos que transitoriamente no desarrollen la enfermedad. Por eso es que no hablamos de COVID-19 en animales y sí de infección por Sars-CoV-2”, dijo a EFE el veterinario Alexánder Biondo.
“Nosotros tenemos una fauna exuberante en Brasil, principalmente por la selva amazónica y, más abajo (al sur), con la Mata Atlántica —ecosistema de bosques— y ya sabíamos de esos animales más susceptibles, como monos pequeños, felinos y comadrejas”, agregó Biondo, profesor de Zoonosis de la Universidad Federal de Paraná.
De acuerdo con el investigador, lo que “causa sorpresa” en el test positivo en esos cuatro animales es que no tenían contacto con los seres humanos y llegaron por otros problemas de salud, como atropellamiento en el caso del oso hormiguero, a hospitales veterinarios del Pantanal (occidente) y la Amazonía (norte).
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“Estamos previendo que ese número de positivos aumente y es por eso que Brasil tiene que cuidar su fauna nativa”, completó Biondo, quien alertó que entre más especies infectadas aumentan las posibilidades de que se desarrollen nuevas cepas del virus.
“El virus puede ocasionar problemas cuando el animal tiene una infección o una morbilidad asociada y esa es nuestra preocupación, porque entramos en una fase endémica con la mayoría de personas vacunadas y los zoológicos, acuarios y parques reabriendo”, subrayó.
El doctor en patología clínica veterinaria de la Universidad de Illinois y con posdoctorado en biología molecular de la de California, ambas en Estados Unidos, recomendó la vacunación de los animales de los zoológicos y el proyecto piloto espera ser implementado en el de Curitiba, capital de Paraná (sur).
Biondo es también el responsable del “PetCovid”, el primer estudio amplio sobre infección de Sars-CoV-2 en perros y gatos en Brasil, que se encuentra en la segunda etapa, la de serología, y comprobó que el 15 % de esas mascotas domésticas con propietarios infectados en seis capitales analizadas dieron positivo.
Los canes y mininos infectados, a pesar del diagnóstico positivo para SARS-CoV-2, no transmitieron el virus para los seres humanos y en el caso de los perros no hubo transmisión entre ejemplares de la misma especie, diferente de lo que sí ocurrió con algunos gatos.
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“Otras especies animales son más susceptibles, como el visón —pequeño mamífero criado para el uso de su piel— que si transmiten para el hombre y por eso haciendas en Holanda y Dinamarca con grandes criaderos hicieron una eutanasia completa con millones de animales”, lamentó.
A partir del estudio brasileño “se demostró que los animales sí pueden ser infectados por las personas, no solo los domésticos sino también animales de la fauna silvestre nativa como los de la fauna exótica, entre ellos tigres y leones, que en Brasil están en zoológicos, o nuestros jaguares y gatos salvajes”, resaltó.
El especialista considera que una vacunación en carácter de emergencia para los animales de los zoológicos y la monitorización de algunos lugares considerados como foco de infección en bosques y selvas, en las que conviven fauna y comunidades indígenas, son acciones necesarias para evitar más contagios.
“Sugerimos que se haga una vacunación piloto no solo en Brasil sino en el resto del mundo, en zoológicos de todas partes, como en Europa, donde los de España ya están considerando eso. Así no haya todavía un brote puntual, que los casos sean aislados y la vacuna no ha sido probada todavía en muchas especies”, concluyó Biondo.