La negativa de la Asamblea de Ecuador a aprobar la despenalización del aborto en los casos de violación e incesto generó duras reacciones entre los defensores de derechos humanos.
La activista feminista de la fundación Pakta, Bernarda Freire, dijo el miércoles a The Associated Press que “el Estado ha mostrado que no le importa torturar a las mujeres y las niñas violadas, que los preceptos machistas y los prejuicios que los asambleístas tienen son superiores a las dignidad de las mujeres y las niñas violadas”.
Añadió que los asambleístas siguen sin entender la agresión que significan la violación y el incesto “a la dignidad humana” y sostuvo que no se siente “representada por esos legisladores, me siento decepcionada”.
La iniciativa había sido rechazada el martes por la noche luego de que los votos a favor sumaron 65, cinco menos de los requeridos para convertirla en ley. Otros 59 diputados votaron en contra y seis se abstuvieron.
#Ecuador mantiene legislación del aborto de 1938.
Las protestas ciudadanas en contra de la votación por la despenalización del aborto continúan. Solo se contempla la moción si la vida de la madre corre peligro o si una mujer con discapacidad mental es violada. [cas]#DWNoticias pic.twitter.com/EnSPnIiB4g
— DW Español (@dw_espanol) September 18, 2019
La influyente ministra de Gobierno, María Paula Romo, fue la primera alta funcionaria en opinar sobre el tema, aunque la posición no refleja la opinión de la administración del presidente Lenín Moreno, quien puede aprobar o vetar la decisión de los asambleístas.
En su cuenta de Twitter aseveró que “a las mujeres nos ha costado siglos que se reconozca y respete nuestro derecho a ser ciudadanas, a votar, a tener propiedad, a decidir si queremos casarnos y con quien. Aun no podemos decidir sobre nuestros cuerpos ni siquiera al ser violadas, pero nunca nos hemos rendido”.
Tras conocer el resultado de la votación las mujeres a favor del aborto lloraron y comenzaron a gritar consignas como “El huevo no es gallina, el cigoto no es un niño” y “Si el Papa fuera mujer el aborto sería legal”.
Enseguida encendieron antorchas y corrieron hasta las barreras que protegían a la Asamblea y las arrojaron. La policía retrocedió pero ante la intención de sacar las vallas metálicas usó gas pimienta para hacer retroceder a las manifestantes.
Los grupos pro-vida, ubicados a unos 50 metros de distancia, estallaron en gritos de júbilo mientras sostenían pequeñas cajas blancas con cruces simulando ataúdes infantiles.
La abogada Cecilia Espinosa señaló que “esto simplemente va a demorar un poquito más, finalmente el aborto por violación será aprobado. Vamos a cambiar la vía, se intentarán nuevas estrategias políticas y jurídicas”.
Espinosa y una decena de mujeres vestidas de negro colgaron el miércoles en las afueras de la Asamblea las fotografías de los diputados que votaron contra la iniciativa y les lanzaron pintura roja mientras los acusaban de tener las manos manchadas con sangre.
Por su parte, los grupos religiosos que se oponen al aborto volvieron a sugerir la entrega de los niños en adopción como una alternativa a la interrupción voluntaria del embarazo.
En los últimos años en Ecuador se registraron 387 casos judiciales contra mujeres que abortaron y diariamente se denuncian al menos siete casos de violencia sexual contra niñas. En Ecuador el aborto está permitido sólo en caso de peligro de muerte de la madre.
El aborto está despenalizado en ciertos casos en Argentina, Chile y en muchos estados de México, mientras que en Cuba, Guyana, Guyana Francesa, Puerto Rico y Uruguay se permite abortar sin restricciones en las primeras semanas de gestación.
En El Salvador, Honduras, Nicaragua y Haití está prohibido sin excepciones.