La mexicana Norma Piña fue elegida presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Con este nombramiento, se convirtió en la primera mujer en presidir ese máximo tribunal.
En sus primeras palabras como presidenta, Piña agradeció a sus compañeros, los otros diez ministros del pleno de la SCJN, “la congruencia”: “Reconozco la determinación por romper lo que parecía un inaccesible techo de cristal”.
En solo tres rondas de votación, consiguió los seis votos necesarios.
En un país con una inmensa deuda de justicia hacia sus mujeres, el tribunal más importante de México estará dirigido por una. La letrada lleva 34 años de carrera judicial. Desde 2015 es miembro de la Suprema Corte.
“Al ser la primera mujer que preside este máximo tribunal, represento también a las mujeres. Me siento acompañada, respaldada por todas ellas y nosotras. Me siento muy fuerte porque sé que estamos todas aquí demostrando que sí podemos. Agradezco a las que siempre han creído, a las que no se han cansado de luchar para arrinconar a nuestra cultura patriarcal, honro a las que ya no están. Nos esforzaremos todos los días por crear una sociedad más justa, más igualitaria, sin violencia para las mujeres”, dijo.
Durante su conferencia matutina en Palacio Naciona,l el presidente Manuel López Obrador sostuvo que “los ministros eligieron como lo establece el procedimiento y hubo aceptación y acuerdo. Es un poder autónomo e independiente como nunca había existido”. Recordó que desde el porfiriato habia un sometimiento completo de la SCJN, “posteriormente lo mismo, y hasta ahora hay autonomía. Esto no lo van a aceptar nunca nuestros adversarios, pero es la verdad”.
“Nosotros no imponemos nada en la Corte, y es tan evidente, aunque no lo quieran aceptar, que la presidenta Norma Piña siempre ha votado en contra de las iniciativas que nosotros hemos defendido. Es único el momento que estamos viviendo, nadie puede decir que hay subordinación de los poderes al ejecutivo, como era antes, durante décadas, el poder de los poderes era el Ejecutivo, el poder judicial y legislativo eran apéndices, estaban subordinados”, dijo.
Agregó que “desde la Presidencia se daban órdenes y eso ya se terminó, por eso sí estamos en la Cuarta Transformación de la vida pública del país. Me da gusto que esto suceda en México, porque es para bien, para que haya un auténtico estado de derecho, no como antes”.