Miles de indígenas acudieron a una marcha este viernes en la capital de Brasil para protestar contra cambios ministeriales implementados por el presidente derechista Jair Bolsonaro, que dicen que perjudican a sus pueblos.
La marcha, en la que participan líderes de unas 300 etnias indígenas de todo el país, es parte de un evento anual de tres días conocido como el acampamiento de Tierras Libres.
“No tenemos miedo. Nuestro lema es ‘El pueblo unido jamás será vencido'”, dijo Marizete de Souza, coordinadora regional del pueblo Macuxi. “Que venga el gobierno de Bolsonaro porque él no va a poder hacer lo que quiera con nuestras tierras indígenas en Brasil porque somos guerreros”.
Indígenas de Brasil protestan contra políticas de Bolsonarohttps://t.co/K3hoteWR3o pic.twitter.com/QoW6MVlDHk
— Pulso Online (@pulso_mx) April 26, 2019
La protesta de este año centra su mensaje en el mandatario de derecha y su decisión de adjuntar la agencia a cargo de asuntos indígenas al Ministerio de Agricultura y a un nuevo ministerio de familia, mujeres y derechos humanos encabezado por un pastor evangélico ultraconservador.
La agencia conocida como FUNAI está a cargo de la designación de tierras indígenas y de otorgar licencias ambientales para negocios en reservas indígenas. Previamente, la agencia era parte del ministerio de Justicia.
Antes de asumir la presidencia, Bolsonaro prometió que si era electo “ni un centímetro más de tierra” sería entregado a grupos indígenas y comparó a los indígenas que viven en reservas con animales enjaulados en zoológicos.
Los activistas dicen que el traspaso de la agencia paralizará virtualmente las asignaciones de tierras y facilitará las operaciones de minería y empresas agrarias.
Esta semana, el presidente de la cámara baja, Rodrigo Maia, dijo que trabajaría para revocar los cambios a la FUNAI cuando la propuesta sea debatida en el Congreso.
Durante la marcha del viernes, los participantes desfilaron por la principal avenida de Brasilia hacia el edificio del Congreso. Un helicóptero policial sobrevolaba la muchedumbre y fuerzas de seguridad monitoreaban su actividad.
Un indígena con un micrófono y parado en una camioneta le recordaba al grupo: “Esta es una protesta pacífica”.
En el mismo evento en 2017, la policía disparó gas lacrimógeno contra los manifestantes indígenas, que respondieron con flechas.
El acampamiento de tres días, en el que representantes de los indígenas cantan y bailan con atuendos tradicionales, tocados de plumas y rostros pintados, concluye el viernes por la noche.