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El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, cuestionó este sábado el uso del combate al narcotráfico como justificación para el despliegue militar que Estados Unidos mantiene en el Caribe desde agosto, dirigido contra Venezuela.
En declaraciones difundidas en redes sociales, el canciller afirmó que la lucha contra las redes delictivas es “legítima y necesaria”, pero rechazó que ese argumento se emplee “para agredir a una nación soberana de la región”.
Resulta necesario recordarle a los políticos estadounidenses que América Latina y el Caribe no son el “patio trasero” de #EEUU.
También deben recordarse verdades bien conocidas. Es el inmenso y creciente consumo de drogas diversas en ese país lo que dinamiza el comercio y… pic.twitter.com/5G657ijvB3
— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) November 22, 2025
Según reportó la agencia EFE, Washington ha vinculado públicamente al presidente venezolano, Nicolás Maduro, con el llamado Cartel de los Soles y sostiene que la presencia naval y aérea en el Caribe responde a la necesidad de frenar actividades ilícitas.
Rodríguez devolvió críticas a Estados Unidos al señalar que en ese país se lavan “enormes activos financieros” vinculados al narcotráfico y que la industria armamentista estadounidense alimenta la violencia asociada a esas organizaciones. También recordó que el alto consumo interno de drogas en EE. UU. “dinamiza” la producción y el tráfico en la región.
El jefe de la diplomacia cubana reiteró además que América Latina y el Caribe “no son el patio trasero” de Washington, y alertó sobre los riesgos de emplear “pretextos” para escalar tensiones con Venezuela, un aliado histórico de La Habana.
En un comentario reciente publicado en la revista Foreign Policy, los analistas William M. LeoGrande y Peter Kornbluh consideran que el despliegue militar puede tener implicaciones estratégicas que van más allá de Venezuela.
Según sus señalamientos, Washington estaría aprovechando el contexto de tensiones para reforzar su presencia en la zona y aumentar la presión sobre gobiernos que identifica como adversarios, entre ellos Cuba, en un momento de elevada fragilidad económica y energética para la isla.
Los expertos apuntaron además que una eventual reducción del suministro de petróleo venezolano —del que Cuba continúa dependiendo en parte— podría agravar la ya compleja situación interna en La Habana. En este contexto, interpretan el despliegue como parte de un enfoque más amplio de contención política y militar que busca reconfigurar la influencia estadounidense en América Latina, reavivando dinámicas históricas de confrontación y disputa geopolítica en la región.
EFE/OnCuba










