Naciones Unidas establecerá un puente aéreo entre Haití y la República Dominicana para “el flujo de ayuda humanitaria, lo más pronto posible” hacia el país, envuelto en una nueva crisis de gobernabilidad.
La noticia, dada a conocer por la agencia Prensa Latina, llega cuando se fragua un consejo de transición para el país. Una vez establecido, hará efectiva la renuncia del primer ministro, Ariel Henry.
Las negociaciones sobre el consejo fueron mediadas por los líderes caribeños de CARICOM y el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, pero aún no se han realizado nombramientos formales.
La junta será responsable de elegir un primer ministro interino y un consejo de ministros, además de ayudar a organizar elecciones generales, que no se han celebrado en casi una década.
Cherizier, amenazas
Sin embargo la viabilidad del consejo, integrado por conocidas figuras de la política local, no garantizará la remisión de la violencia que ha sacudido a la nación caribeña con más de 1 200 muertos de enero a hoy.
“¿No tienen vergüenza?, se preguntó el jefe de la alianza de pandillas, Jimmy Barbacoa Cherizier.
En un audio distribuido en WhatsApp, Cherizier acusó a los políticos que pretenden integrar la nueva cúpula gobernante de haber llevado “al país donde está hoy“. Y añadió en tono amenazante: “No tienen idea de lo que sucederá”.
Escenario carencial
El director de la agencia alimentaria de la ONU en República Dominicana, Jean-Martin Bauer, afirmó a inicios de esta semana que cuatro millones de personas enfrentan “inseguridad alimentaria aguda” en Haití, y que un millón están a un paso de la hambruna.
Bauer declaró en una conferencia de prensa virtual que el reciente incremento de la violencia de las pandillas ha empeorado la situación.
Según el funcionario, sobre una realidad sumamente “mala”, las acciones de violencia de las pandillas han desplazado a 15 000 personas más tan solo durante el primer fin de semana de marzo en Puerto Príncipe.
Con una población de unos 11 millones de habitantes, el número total de desplazados supera allí los 360 000 y de ese total la mitad son niños, precisó la ONU.
La población civil enfrenta una parálisis de las infraestructuras con hospitales y comercios saqueados, a la vez que es dramática la falta de alimentos, agua y medicamentos.
Más de un millón de niños, niñas y adolescentes, cifra que representa una cuarta parte de la población infantil haitiana, están atrapados por la violencia de las bandas criminales al vivir en zonas controladas o bajo influencia de esos grupos, denunció la organización humanitaria Save the Children.
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Mayor aislamiento
Para agravar la situación, la vecina República Dominicana cerró sus fronteras con Haití por temor a disturbios, imponiendo fuertes restricciones a la circulación de mercancías y bloqueando las vías de escape de los civiles haitianos.
Canadá, por su parte, anunció este jueves una reducción del personal de su embajada que dejará solo a los empleados esenciales.
La medida sucede después de que Naciones Unidas y la embajada de Estados Unidos retiraran sus efectivos en los últimos días.
Mientras tanto, la principal línea de cruceros de pasajeros Royal Caribbean Group suspendió durante una semana sus visitas regulares a Labadee, su centro turístico privado en el norte de Haití.
Ante el temor de que se extienda la inestabilidad en la región, el Reino Unido reforzó la seguridad en las Islas Turcas y Caicos, un territorio de ultramar, al igual que hizo el gobernador de Florida.
Anticipándose a lo que su oficina calificó de “posibilidad de invasión”, el republicano Ron DeSantis ordenó el envío de más de 250 agentes de policía y soldados a los Cayos de Florida para detener los migrantes haitianos que huyen de la violencia, precisó un despacho de la AP.
Aunque durante décadas miles de migrantes haitianos han intentado llegar a Florida en bote desde su país, hasta el momento la Guardia Costera no ha observado un aumento de personas migrantes en las aguas de Florida.