El 8 de agosto, el día que Argentina estaría más cerca que nunca de tener una ley de aborto, viajé en tren desde La Plata a Buenos Aires junto a Valentina Castro y sus amigas. Acompañados por cientos de personas, íbamos camino a la Plaza del Congreso, donde sesionarían las discusiones y la votación en el Senado.
Desde hace meses este movimiento me han conducido a desterrar de a poco los rezagos machistas y abrazar y acompañar esta lucha colectiva, que tiene no pocos detractores.
Finalmente todos conocimos que, a pesar del tremendo empuje social, el aborto no será despenalizado. No esta vez. Valentina, de 17 años, estudiante de la Escuela Normal 1 de La Plata, recrea su temprano inicio en el activismo por esta causa, y cómo interpreta este resultado en el contexto argentino y para los reclamos de las mujeres en la calle y todos los ámbitos:
Hace tres años, cuando vivía mis 15, escuché de las primeras y masivas movilizaciones de “Ni Una Menos”. Transcurría 2015 y mientras mis amigas y yo nos permitíamos vivir viajes y fiestas propias de la suerte de pertenecer a una clase media, comenzamos a hablar en voz baja sobre otro tema: el aborto.
Entonces no sabíamos ni un tercio de las cosas que hoy sabemos y vivimos, pero estábamos convencidas de que era nuestro derecho a decidir sobre la autonomía de nuestros cuerpos.
Comenzamos a investigar por nuestra cuenta, y de manera natural el tema pasó a ser prioridad en nuestras casas, en charlas previas de sábados de fiestas, en nuestras redes sociales, en la escuela, con el chico/a que nos gustaba, en un cumpleaños, en las vacaciones.
Y así un día salimos a las calles y nos dimos cuenta de que éramos ciento de miles de mujeres exigiendo un derecho, y organizadas.
Aprendimos de sororidad, luchamos colectivamente sin importar el clima, el gobierno, ni el contexto social. Lo único que nos mantenía unidas en la lucha era y es saber que la clandestinidad mata a miles de mujeres y cuerpos gestantes todos los días en nuestro país por someterse a abortos en condiciones insalubres.
Las ricas abortan en clínicas privadas y luego se van a sus casas, las pobres mueren desangradas en el piso de alguna habitación que se cae a pedazos.
Nunca hubiéramos imaginado que íbamos a llegar tan lejos, en ese momento nos parecía imposible. Tuvimos asistencia perfecta en todos los martes verdes donde se hicieron pañuelazos en pedido de que se tratara la Ley que despenaliza el aborto en el Congreso. El pañuelo verde se convirtió nuestra bandera de revolución en las calles y la consigna “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”, una postura política.
Llegó el día. Aquel 13 de junio donde se llevó el Proyecto por la Interrupción voluntaria del embarazo a la cámara de diputadxs. Nos corría sangre caliente por las venas, el frío nos congelaba los huesos, nuestros puños en alto y los abrazos fueron nuestra resistencia. Nos tienen miedo porque no tenemos miedo.
En la mañana del 14 de junio amanecimos con la noticia más hermosa: habíamos ganado la media sanción de la Ley. Lloramos mucho, nos abrazamos fuerte, pero sabíamos que todavía faltaba un largo camino para que se aprobara la Ley.
Fuimos y somos históricas, aquellas que estamos viviendo la revolución feminista de cerca. Somos las que vamos a aparecer en los libros de historia, somos las hijas de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Luego de meses de organización y lucha llegó el 8 de agosto, fecha crucial: se presentó el proyecto de Ley a la cámara de senadores.
Salieron trenes llenos de compañeras dispuestas a todo por que el aborto legal, seguro y gratuito sea Ley.
Las calles aledañas al Congreso pintadas por un verde revolucionario, y toda la ciudad vestía con pañuelos que pedían por nuestros derechos, mientras dentro del Senado estaban decidiendo sobre nuestros cuerpos. La mayoría de los senadores son hombres, católicos, sin la capacidad de gestar y sin útero. Ellos estaban decidiendo sobre nuestras vidas invocando a Dios sin entender que esta es una causa de salud pública. Las horas pasaban lentamente y la lluvia no ayudaba.
A las 3 am comenzó la votación (habíamos estado más de 12 horas esperando).
38 votos en contra y 31 a favor.
No será Ley hoy. Mas, nosotras ya ganamos el aborto en la sociedad, solo faltan las políticas públicas que lo amparen. Esto recién empieza.
Varias falsedades: La primera decir que el machismo es contrario al aborto, cuando todo el que sabe cómo es el típico machista conoce que para él “la culpa es de ella que no se supo cuidar y tiene que resolverlo ella” El machista clásico no es proclive para nada a asumir embarazos no deseados, para él el aborto siempre ha sido la salida más fácil. Si se defiende el aborto no es por renunciar a ser machista, sino por serlo en el fondo. Segunda falacia: para decirlo con las palabras del articulista: “toda la ciudad vestía con pañuelos que pedían por nuestros derechos”. No toda la ciudad, como mínimo la mitad de la ciudad estaba vestida con pañuelos azules. Me atrevo a decir que si esto se hubiera votado a boca de urna, el “no” gana por un margen mucho más amplio que lo que ganó en el senado. si no se resignan, al menos acepten que perdieron en buena ley. me recuerdan a los demagogos que convocan mil personas a un acto, solo van 50 y hablan “de una gran victoria” porque fueron cincuenta solamente e ignoran a los 950 ausentes. Y, para ser sinceros, una parte de la culpa por esa pérdida la tienen las actitudes bochornosas, las atrocidades, las cochinadas que dijeron e hicieron en la vía pública (Algunas de las cuales están tipificadas como delitos en Argentina y casi donde quiera) las integrantres del feminismo radical. esas sí dañaron su causa, no los machistas
Una última falsedad y verdaderamente risible es la que supedita la capacidad de discernimiento sobre la cuestión que se aborda a la tenencia o no de útero o la capacidad de gestar. Seriedad, por favor, que nadie piensa ni con el útero ni con los ovarios, ni con los testículos ni con el pene. pero esto es lo que pasa cuando se trata de sustituir la realidad por consignas y frases hechas.
Iba a responderte Jorge.. pero evidentemente no entendiste nada
Hola jorgealejandro,
Tu estas en contra del derecho al aborto? O solamente en contra a los excesos del movimiento?
Saludos,
Omar
Omar:
Permíteme rectificarte algo, en ningún documento jurídico está declarado taxativamente el aborto como un derecho, ni siquiera en los de la ONU, ni en el Tribunal de Estrasburgo, ni en los otros tribunales de derechos humanos que existen. Que quede bien claro este punto, el aborto, por lo menos hasta ahora, no está definido como un derecho. Yo me guío por los hechos, gusten o no, no por opiniones personales. La ley argentina adolecía de toda una colección de fallas en lo jurídico y en su propia concepción. Para empezar, siendo Argentina signataria del Pacto de San José, dio a sus artículos rango constitucional. El art 75, inciso 22 de la Constitución argentina declara que la vida humana comienza desde la concepción, luego, una ley que legalice el aborto sería anticonstitucional por definición, si no se enmendara la propia constitución antes de que la ley fuera promulgada, pues estaría legalizando el asesinato. El otro problema fue el alud de datos falsos que se manejaron para promover la ley, empezando por los del propio ministro de salud a quien sus propios profesionales pulverizaron, data dura en mano, públicamente en los debates. Dejo bien claro que aproximadamente el 70 % del Colegio Médico argentino estaba en contra de la ley. Mi posición es la siguiente: Si bien parte del mundo científico sostiene basándose en los últimos aportes de la biogenética, la embriología y la ciencia en general que hay vida desde la concepción, este parecer no es unánime. Ante la duda, yo prefiero siempre abstenerme, más cuando de lo que se trata es de la vida humana, por lo tanto, con muchas reservas lo que apoyaría en última instancia es la despenalización, pero nunca la legalización. Asumo que conoces la distinción jurídica entre ambos terminos, y , por consiguiente no creo necesario explicarla para no extenderme demasiado.
Omar.
Me faltó el otro punto, los excesos del movimiento, yo te recomemndaría que fueras a Youtube para que veas con tus propios ojos las atrocidades que se han cometido en las calles, sobre todo por parte de las feminazis. Dan asco y verguenza y desprestigian al movimiento feminista que tanto respeto y admiración se ha ganado a lo largo de la historia de la reivindicación de los derechos femeninos. No exagero para nada si te digo que una parte del rechazo a la ley por parte de la mayoría de la sociedad argentina (Y esto es real, la mayoría de la sociedad no la apoyaba) viene de los desafueros y las indecencias, incluyendo la violencia física, que estas sinverguenzas protagonizaron en las calles y que les merecieron una repulsa casi unánime, incluso entre quienes eran partidarios de la ley. Por su parte la propia ley pretendía algo que yo, como padre, considero aberrante, y es permitir que niñas entre 13 y 16 años pudieran abortar sin el conocimiento y sin el consentimiento de los padres. Para mí esto es completamente inadmisible
Gracias jorgealejandro. Hay terminos legales de los que no estoy al tanto. De cualquier manera, las leyes son suceptibles de ser cambiadas. Cuantas no lo han sido? Ya si es el debido proceso o no, es otra cosa.
Mas complicado es tomar una postura sobre el aborto. Yo la tengo, creo que no debe ser impedido, quizas dentro de ciertos limites que no soy capaz de definir ahora mismo. Otros que se oponen ferreamente no tienen ningun problema en mandar o apoyar el bombardeo de ciudades, complicando asi la transparencia del supuesto argumento moral.
Saludos,
Omar
Omar:
Para precisar un poco, “legalización” era lo que se pedía, es decir eliminar de los delitos punibles por la ley al aborto y declararlo como acto legítimo de acuerdo a la ley. Actualmente, en la ley Argentina es delito excepto en los casos de violacón, peligro de la vida de la madre o inviabilidad. La despenalización es diferente, es no castigar el acto punible, aunque se reconozca que lo es. Los principales fallos legales de esta ley que se pedía eran, en primer lugar, que se cargaba la Constitución de la nación y de las provincias, pues en la Constitución está declarado con todas las letras que la vida humana comienza con la cocepción, tal como declara el Pacto de San José, del cual Argentina es signataria y al cual dio rango Constitucional, para lo cual se necesitaron en su momento los votos de las dos terceras partes de las dos cámaras. Incluso al firmar la Convención de los Derechos del Niño, que no contempla explícitamenteesto de que la vida comienza en la concepción, Argentina la firma con reserva de que ellos sí consideran que es así. No hubo un solo abogado constitucionalista que no declarara en los debates que, independientemente de la postura que se tuviera ante el aborto, la ley era inconstitucional; y que habría que cambiar la constitución previamente antes de tratar de promulgarla. En resumen, que habría que convocar a una constituyente; y después, para darle el rango, debía ser con las dos terceras partes de los votos de la Cámara de Diputados y del Senado. Este es el principal problema jurídico que tenía. Lo otro fue que no pasó por la comisión de presupuesto, es decir el día 1ro de agosto, todavía no estaba claro de dónde saldría la plata para costear el aborto “gratuito”, aunque a última hora trataron de ponerles algunos parches, tales como eliminar la prohibición de la objeción de conciencia institucional, la despenalización de los profesionales de la medicina que se negaran a practicar el aborto por objeción de conciencia; que el Misoprostol, que es el abortivo que más comúnmente usan sea producido por el estado (Hasta ahora su producción es un muy jugoso negocio que se lleva a cabo en una empresa cuyo dueño es amigo personal del presidente Macri); bajar la libertad para abortar libremente de la semana 14, inicialmente propuesta, a la semana 12. Aún así no la ley fue sin dictamen de mayoría de cada una de las comisiones al senado para ser aprobada o no. Solo fue con la media sanción de la Cámara de diputados. La importancia de esto fue que, sin dictamen la posibilidad de aprobación en el senado bajaba dramáticamente, pues de obtenerse este dictamen, la ley aprobada pasaría de nuevo a la Cámara de diputados para su modificación, pero sin el dictamen y la aprobación, la ley moriría como murió. En cuanto a tu argumento final, recuerda que hasta ahora (Qué bueno que todavía es así) bombardear una ciudad no es un derecho, pero sí el derecho a la vida, a partir del cual se erigen todos los derechos restantes.
“las leyes son suceptibles de ser cambiadas. Cuantas no lo han sido? Ya si es el debido proceso o no, es otra cosa.”
Omar:
Tienes razón, las leyes se cambian, claro que sí, pero la importancia de seguir el debido proceso estriba en que ahí estp´á la base de la legalidad y la democracia. Una ley que tenga rango constitucional no se puede cambiar por otra que diga lo opuesto, sin antes enmendar la constitución, ¿Por qué? Porque esa Constitución fue aprobada por una mayoría reunida en asamblea y es la ley máxima a la cual se supeditan todas las demás leyes, por tanto, todo lo que contradiga la constitución es ilegal por definición. Y, si por una cuestión ideológica, como pasaba en Argentina, tratas de pasar una ley que contradice la Carta Magna, por muy buena intención que tengas; o por muy justa que te parezca esa ley, lo primero que estás haciendo es llevarte por delante el estado de derecho, cuyo principio rector es el de que nada ni nadie está por encima de la ley. Lo irónico de esto, que lo sabe el estudiante más burro de primer año de Derecho, era ignorado olím´picamente por los senadores y diputados proaborto, algunos de los cuales son abogados con años de experiencia, y a pesar- No me canso de insistir en ello- que todas las figuras más prominentes de la jurisprudencia constitucional de la nación, declararon y fundamentaron Constitución en mano, sin dejar lugar a ninguna duda, que la ley que se discutía era inconstitucional.
Por favor, en aras de despejar las dudas sobre el problema de constitucionalidad de la ley y de aclarar las interrogantes que pudieran hacerse los lectores interesados, permítanme sugerirles ver la intervención ante el senado del eminente jurista argentino, el doctor Siro de Martini, que hizo una exposición brillante del aspecto legal de la cuestión:
https://www.youtube.com/watch?v=SfTIG9q6KUE&t=1872s
Para que se observe lo complejo del tema y cuánta doblez hay por medio, después del 8 de agosto en que la ley fue derrotada en el senado, las feministas radicales, las mismas que se desgañitaron, las mismas que dijeron miles de veces que la ley era para terminar la clandestinidad, las mismas que echaban en cara a médicos contrarios a la ley el ser partidarios de la clandestinidad; y por ende de las muertes clandestinas, esas mismas voces son las que hoy a través de internet son las que están difundiendo direcciones de clínicas clandestinas para que las mujeres vayan a abortar; y están estimulando el uso del Misoprostol, medicamento peligrosísimo, si se usa sin la adecuada supervisión médica; y que ,incluso, está vetado por la FDA en EEUU en cuanto al uso vaginal se refiere, lo cual no sucede en Argentina. Para que se tenga una idea, este medicamento, al causar una anaerobiosis en el útero, puede liberar un parásito que suele vivir encapsulado en él y que es inofensivo, pero que , al ser liberado por la falta de oxígeno que ocasiona la pastilla, libera una toxina que puede matar a la mujer en 36 horas. esto, independientemente de las hemorragias cataclísmicas que puede ocasionar