A pesar de la salida de prisión de 30 personas, unas cuarenta fueron arrestadas el domingo pasado durante una manifestación en Nicaragua. La oposición está exigiendo la liberación de al menos 400 manifestantes aún entre rejas.
Ese día cien manifestantes se reunieron en el estacionamiento de un centro comercial en Managua, donde comenzó el 18 de abril una revuelta de una magnitud sin precedentes contemporáneos, que pide la salida del presidente en el poder desde hace once años, tras haber gobernado entre 1979 y 1990.
Cientos de policías antidisturbios dispersaron a los manifestantes con porras, gases lacrimógenos y granadas. Los periodistas que cubrían el evento también fueron atacados por la policía.
Entre los detenidos del domingo hay varios líderes de la oposición, entre ellos Ana Margarita Vigil, ex presidenta del Movimiento de Renovación Sandinista, un partido político creado en 1995 en oposición al Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Dos horas después, dos feministas prominentes en Nicaragua, Haydee Castillo y Lottie Cunningham, fueron arrestadas en el aeropuerto de Managua justo antes de abordar un avión con destino a Washington.
Cunningham, una abogada que hace campaña contra los proyectos mineros del gobierno y defiende los derechos indígenas, finalmente pudo volar. Pero no sucedió lo mismo con Castillo, también defensora de los derechos humanos, quien estuvo encarcelada en Managua por más de veinticuatro horas.