Los intercambios verbales entre Estados Unidos y México sobre una posible imposición de aranceles dispararon las preocupaciones en el sector empresarial mexicano, para el cual una guerra comercial en la región podría desencadenar efectos “devastadores” en ambas economías.
El enfoque provino de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), una de las principales organizaciones empresariales del país.
Según la entidad, las duras amenazas que lanzó a inicios de semana del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, sobre la imposición de aranceles a México y Canadá, en el orden de hasta 25 %, afectarán la estabilidad económica de toda Norteamérica.
El magnate neoyorkino amenazó con imponer aranceles a los principales socios comerciales de Estados Unidos —Canadá, China y México— en su primer día en el cargo, en un aparente esfuerzo por frenar el flujo de drogas transfronterizas, como el fentanilo, y de migrantes.
Las prometidas acciones punitivas representan un “desafío directo al espíritu de cooperación y entendimiento” que ha perdurado en los últimos cuatro años entre los tres socios del tratado de libre comercial, el T-MEC, estimó Coparmex.
Sheinbaum reacciona
En una primera reacción, la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum dijo el martes que estaba dispuesta al diálogo, pero advirtió en una misiva que envió al futuro gobernante que “a un arancel vendrá otro en respuesta y así hasta que pongamos en riesgos empresas comunes”.
En un intento por contrarrestar las amenazas, Sheinbaum afirmó que un incremento de los aranceles afectaría a un sector clave para Estados Unidos como su industria automotriz, y mencionó a tres de sus empresas insignias, General Motors, Stellantis y Ford Motors Company, que mantienen en México algunas de sus principales plantas de producción.
“No es aceptable y causaría a Estados Unidos y a México inflación y pérdidas de empleo”, sentenció la mandataria.
Por su parte, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, respaldó las palabras de la jefa de Estado y refirió que las empresas automotrices estadounidenses sufrirán un impacto “enorme”.
“Es un tiro en el pie”, apostilló, para luego precisar que las empresas estadounidenses perderían alrededor de 400 mil empleos, mientras el precio de las camionetas pick-up podría elevarse en 3 mil dólares por unidad.
“En una guerra comercial, los aranceles se ponen de los dos lados, México seguramente tendría que responder de la misma manera”, observa, por su parte, Jesús Carrillo, director de Economía del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Trump dijo el lunes, en una serie de publicaciones en su plataforma de redes sociales Truth Social, que aplicaría un impuesto de 25 % a todos los productos que ingresen a Estados Unidos desde Canadá y México y un arancel adicional de 10 % a los bienes procedentes de China.
El gigante asiático contraatacó diciendo que “nadie ganará una guerra comercial”.
Entretanto, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, habló con Trump sobre comercio y seguridad fronteriza tras el anuncio del presidente electo, informó el New York Times.
Tasas de crecimiento afectadas
Las turbulencias desatadas por las palabras de Trump llevaron a la agencia calificadora Moody’s a modificar su perspectiva de crecimiento para México en 2025 y ubicarla de 1% a 0,6%, muy por debajo de los cálculos del Gobierno, que estimó una expansión entre 2 % y 3 %, y de las proyecciones del Fondo Monetaria Internacional y el Banco Mundial, que proyectaron una tasa de crecimiento de 1,3 % y 1,5 %.
En la actualidad el comercio transfronterizo entre México y Estados Unidos pasa por un buen momento con transacciones que superan los 800 mil millones de dólares anuales.