El presidente brasileño Jair Bolsonaro, cuya popularidad se ha desplomado en medio de la continua crisis de la COVID-19 por acusaciones de corrupción, nombró a un senador del bloque más grande del Congreso como su nuevo jefe de gabinete.
El senador Ciro Nogueira, líder del Partido Progresista de centro- derecha (PP), tuiteó el martes que había aceptado. Se espera que preste juramento esta semana en sustitución de un general retirado. “Acabo de aceptar la honorable invitación del presidente Jair Bolsonaro”, dijo Nogueira en Twitter.
La movida ocurre mientras el presidente asediado busca aliados para protegerse de los pedidos del Congreso para su juicio político y de una investigación del Senado sobre presuntas irregularidades en la compra de vacunas contra la COVID-19 por parte del gobierno.
Nogueira pertenece al mismo partido que el presidente de la Cámara de Representantes, Arthur Lira, quien se ha negado a aceptar docenas de solicitudes de juicio político presentadas contra Bolsonaro. Durante las últimas semanas, los brasileños han protestado contra el manejo de la pandemia por parte de Bolsonaro: la COVID-19 ha causado la muerte de más de 550 500 personas en la nación sudamericana, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
El senador Nogueira enfrenta varios procesos judiciales por sospechas de corrupción.
Por primera vez desde que comenzó la crisis, una encuesta a principios de este mes mostró que la mayoría de los brasileños apoyaba un esfuerzo legislativo para acusar a Bolsonaro, un escéptico de COVID-19 que habitualmente ha minimizado la gravedad del coronavirus.
El político de extrema derecha ha rechazado los llamados para imponer medidas de salud pública a nivel nacional, insistiendo en que esas restricciones dañarían la economía. “Estamos protestando por muchas cosas: la minimización de la pandemia por parte del gobierno, el rechazo por parte del presidente de las medidas de seguridad sanitaria, el lento lanzamiento de las vacunas”, dijo una manifestante en Río de Janeiro el 24 de julio.
Miles de personas se manifestaron en todo Brasil ese día para exigir el juicio político de Bolsonaro. Una comisión del Senado brasileño inició en abril pasado una investigación sobre el manejo de Bolsonaro de la crisis de la COVID-19, mientras que recientemente también surgieron preguntas sobre supuestas irregularidades en el proceso de adquisición de la vacuna contra el coronavirus y como acusaciones de corrupción en el pasado.
Bolsonaro ha negado las acusaciones, pero su popularidad ha caído. Las encuestas de opinión muestran que Bolsonaro sería derrotado fácilmente por el expresidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva en las elecciones presidenciales programadas para el próximo año, si la votación se realizara hoy.