Después de semanas de ruidosas protestas callejeras entre un mar de banderas, los puertorriqueños celebraron el jueves la renuncia del gobernador Ricardo Rosselló, incluso mientras debaten la dirección que debe tomar su movimiento y cómo erradicar la corrupción y otros problemas crónicos que avivaron el descontento.
Algunos inconformes apuntaron de inmediato sus baterías contra la secretaria de Justicia, Wanda Vázquez, para impedir que sea la sucesora designada de Rosselló.
La renuncia sin precedentes del gobernador, que éste presentó cerca de la medianoche del miércoles después de varias protestas enormes, fue una gran victoria para las decenas de miles de personas que salieron a las calles.
Para algunos, la dimisión pareció abrir un número infinito de posibilidades para este territorio estadounidense de 3,2 millones de habitantes.
“Es un mundo nuevo”, dijo el experto político Mario Negrón Portillo. “Esto puede ser un cambio y traer consecuencias que no hemos visto antes”.
Rosselló se vio obligado a dejar el cargo tras la filtración a la prensa de mensajes cargados de expresiones vulgares y groseras que había intercambiado con otros 11 funcionarios en un chat, provocando indignación entre los puertorriqueños, ya de por sí hartos de la corrupción y mala administración que contribuyeron a una recesión que ha durado 13 años, acompañada de una crisis derivada de una deuda de 70.000 millones de dólares y una situación equivalente a la bancarrota.
Muchos también están muy molestos por la recuperación lenta e irregular tras el paso del huracán María, que causó devastación en Puerto Rico en septiembre de 2017 y dejó miles de muertos.
Algunos anunciaron que mantendrían sus protestas contra Vázquez, mientras que otros señalaron que ya no votarán de acuerdo con las líneas partidistas en las elecciones generales de 2020.
Sin embargo, la vasta mayoría continuaba saboreando un histórico acontecimiento que para muchos alterará de manera permanente el curso de una isla controlada desde hace mucho tiempo por dos partidos principales, divididos en cuanto a qué estatus político es el más conveniente para Puerto Rico: ser estado o territorio de Estados Unidos.
“Más que política partidista, es un movimiento social”, dijo Ana Olga González, de 62 años, profesora universitaria de ciencias ambientales. “Tenemos que seguir trabajando. Tirarnos a la calle si es necesario. Se supone que eso sea el inicio”.
La maestra y centenares de manifestantes reunidos bajo la lluvia y el sol celebraron el jueves el triunfo de un movimiento que redujo en más de un año la permanencia de Rosselló en el cargo.
La multitud siguió el mismo camino que la que participó el lunes en una enorme manifestación que cerró una de las principales carreteras de la isla. Algunos exhibían carteles de rechazo a Vázquez como la próxima gobernadora: “Wanda, no se vista que no va”.
Vázquez se encontró de inmediato bajo fuego, y censuró el jueves en un comunicado las informaciones de prensa que la acusan de rehusarse a investigar ciertos casos, como el presunto mal manejo de suministros tras el huracán.
“Durante nuestra carrera en el servicio público, hemos demostrado que hemos trabajado de manera íntegra y honesta en beneficio del pueblo”, apuntó.
Vázquez tiene previsto asumir el cargo de gobernadora cuando Rosselló dimita el 2 de agosto, a menos de que sea nombrado un nuevo secretario de Estado, en cuyo caso esa persona sería la primera en acceder al puesto, de acuerdo con la Constitución en la isla.
El secretario de Estado de Rosselló, Luis Rivera Marín, fue uno de los más de 12 funcionarios participantes en el chat que renunciaron debido al escándalo resultante. En las 889 páginas filtradas, el gobernador y 11 funcionarios hicieron comentarios ofensivos sobre mujeres y se mofaron de los electores, incluidos víctimas de María.
Esta semana, las autoridades emitieron órdenes de registro de los celulares de los implicados a fin de determinar si divulgaron de manera ilegal información confidencial del gobierno.
“El chat ofendió a todo el mundo por igual. Por primera vez, todos los sectores se sintieron señalados”, declaró Negrón, quien agregó que el movimiento podría mantenerse vivo debido a las investigaciones federales sobre corrupción y también por los jóvenes que encabezaron las protestas, organizadas principalmente a través de las redes sociales. “Hay que sentarse, cruzar los dedos y ver si se da eso”.
“Esto nos va a dar la oportunidad de que repensemos qué somos y qué queremos ser”, agregó.
A medida que llegaban más manifestantes para festejar lo que muchos describían como un logro histórico, el profesor de economía Pedro Silva, de 59 años, sostenía sin agitar una campanilla de vaca y observaba a la marcha multitudinaria, integrada principalmente por jóvenes.
“Mi generación perdió. Pero los hijos del huracán ya no aguantan. Han cambiado al país. Éstos no se dejan y podemos acompañarlos”, afirmó.