Los pandilleros que secuestraron el pasado fin de semana a 17 misioneros en Haití, por los que piden un rescate de 17 millones de dólares, están subiendo la parada al llamar repetidamente a las emisoras locales amenazando con ejecutarlos si su demanda no es cubierta.
Jermie Cherizié, alias “Barbecue”, el líder de la banda 400 Mawozo, confirmó la amenaza en un video publicado este jueves. En el video, publicado en las redes sociales, el pandillero aparece vestido con un traje azul, con un sombrero azul y una gran cruz alrededor del cuello.
“Juro por el Trueno que si no obtengo lo que estoy pidiendo, pondré una bala en la cabeza de estos estadounidenses”, dijo.
El grupo está compuesto por 16 estadounidenses y un canadiense, incluyendo cinco menores. Todos pertenecen Christian Aid Ministries, grupo cristiano con sede en Ohio. “Trueno” es la expresión divina con que se define al santo personal en la tradición sincrética haitiana.
Cherizié también amenazó al primer ministro Ariel Henry y al jefe de la Policía Nacional de Haití, Léon Charles, mientras hablaba frente a los ataúdes abiertos que, aparentemente, contenían a varios miembros de su banda, asesinados recientemente. “Ustedes me hacen llorar. Lloro agua. Pero voy a hacerlos llorar sangre”, dijo.
En una rueda de prensa Weston Showalter, portavoz del grupo religioso en Estados Unidos, dijo que las familias de los secuestrados son de las comuniddes amish, menonitas y otras. Leyó una carta de las familias, en la que manifestaron: “Dios ha dado a nuestros seres queridos la oportunidad única de vivir el mandato de nuestro Señor de amar a sus enemigos”.
El grupo invitó a unirse en oración por los secuestradores, así como por los secuestrados, y expresó su gratitud por la ayuda de “personas que tienen conocimientos y experiencia en lidiar” con esas situaciones.
El gobierno de Estados Unidos ha enviado a Puerto-Príncipe un grupo de trabajo del FBI que está colaborando con las investigaciones.
El mismo día que los misioneros fueron secuestrados, otra pandilla secuestró a un profesor universitario haitiano, según un comunicado emitido el martes por la Oficina de Protección Ciudadana, la real defensoría del pueblo. También reveló que un pastor haitiano secuestrado a principios de este mes no ha sido liberado a pesar de que se pagó un rescate. “Los criminales operan con total impunidad, atacando a todos los miembros de la sociedad”, comentó la oficina.
Mientras tanto, cientos de manifestantes bloquearon carreteras y quemaron neumáticos en la capital para denunciar la grave escasez de combustible, el aumento en la inseguridad y para exigir la dimisión del Primer Ministro. La protesta fue dispersada por la policía en el barrio popular de Delmas, en el centro de la propia capital .
Además de los secuestros, las pandillas también bloquean terminales de distribución de gasolina y atacan camiones de suministros, lo que según las autoridades ha provocado una escasez de combustible. Muchas estaciones de servicio permanecen cerradas durante días seguidos. La falta de combustible es tan grave, que el director ejecutivo de la telefónica celular Digicel Haití anunció el martes que 150 de sus 1 500 sucursales se quedaron sin diésel.
“¡Nada funciona!”, se quejó Davidson Meiuce, quien se unió a la protesta del jueves. “Estamos sufriendo mucho”.