¿“Dónde están los Derechos Humanos”? se puede leer en inglés, en una bandera blanca. “Somos anti-castristas y esclavos de la ACNUR” (la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados) y firman más abajo unos 100 cubanos solicitantes de asilo en Trinidad y Tobago que acampan desde hace varios días ante la sede la ONU.
El grupo de cubanos y cubanas busca una reunión inmediata con funcionarios de la ONU para discutir sus solicitudes de asilo. Ayer martes, muchos de ellos ataron sus manos en las vallas de hierro de las afueras de la Casa de la ONU. No usaron sogas sino bolsas negras de basura, que según ellos simbolizaban su estatus de “prisioneros” en vez ser declarados “refugiados”.
El diario local The Guardian T&T habló con Aumitza Trillo, una cubana que se definió como una “refugiada emocional”: dijo que durante los últimos trece días habían recurrido a concentrarse fuera de la Casa de la ONU con la esperanza de acelerar sus tramites de asilo político. “Estamos durmiendo en la calle y nadie nos ayuda … nadie se preocupa por nuestras vidas. Estamos aquí con la lluvia mojándonos y sin comida ni dinero. Gracias a Dios que hay algunos trinitarios aquí que nos traen comida”, dijo Trillo. “Nuestros derechos están siendo privados y a nadie le importa nuestro problema”, agregó.
Varias personas del grupo dijeron al medio local que se escaparon de Cuba debido a un “problema político”, pero que han tenido dificultades porque Trinidad y Tobago no tiene leyes que atiendan a los solicitantes de asilo de Cuba. “Sólo queremos una vida mejor. Venimos aquí y nos quitaron nuestros pasaportes en la Oficina de Inmigración, no tenemos permisos de trabajo. Necesitamos la ayuda de la ONU porque el gobierno de Trinidad y Tobago tampoco nos ayuda”.
En septiembre, ocho solicitantes de asilo cubanos fueron arrestados por “acampar ilegalmente” fuera de la Casa de la ONU, aunque fueron liberados rápidamente.
Un funcionario de la ONU, según dijo extraoficialmente a una parte de los cubanos, ha prometido reunirse con el grupo en estas horas. Por el momento no se ha concretado el encuentro. Según pudo averiguar OnCuba, consultando fuentes en las oficinas regionales de la ONU, alguien de la oficina de ACNUR hablará con los cubanos que protestan antes del fin de semana pero para calmar la situación: difícilmente los trámites se destraben pronto.
No hay estadísticas oficiales aunque se estima que al menos 1,000 cubanos están viviendo en Trinidad y Tobago en este momento. También hay unos miles de migrantes provenientes de la vecina Venezuela.
Según la agencia EFE, el procurador general, Fitzgerald Hinds, calificó este martes los hechos de “horribles” y detalló que “el robo no tiene nada que ver con las protestas”. Agregó que “el Gobierno está haciendo todo lo que está en su mano en mantener la seguridad y cumplir con nuestras obligaciones internacionales”.
Esta semana, según Radio Surco, una delegación de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) viajó a Trinidad y Tobago. El grupo fue encabezado por el diputado José Rubiera, quien fue recibido el pasado viernes por la presidenta del senado trinitario, Cristine Kangaloo.
#Cubanos pidiendo asilo son asaltados en #TrinidadyTobago. Más de un centenar continúan en protestas para que les permitan trabajar https://t.co/nAVpNQb0Qt pic.twitter.com/b1yifRe9xY
— Mario J. Pentón (@MarioJPenton) November 13, 2018
Por ahora, Trinidad y Tobago es uno de los pocos países que no le pide visa en América Latina a los cubanos. Aunque, además de un idioma diferente, los cubanos deben lidiar con que los trámites de residencia que excedan la visa de turismo de tres meses, suelen ser difíciles de hacer exitosamente.
Las Naciones Unidas cuenta con una sede con poco personal. La ACNUR, además, a diferencia de lo que sucede con los solicitantes provenientes de países en guerra como Siria o Sudán, suele demorar la resolución de los trámites de solicitud de asilo y en la mayoría de los casos rechaza otorgar el estatus de “refugiado” a los migrantes cubanos: apenas 342 cubanos en el mundo lo han conseguido.
Refugiado, según la Convención de la ONU de 1951, es un estatus que recibe una persona que “debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de su país; o que careciendo de nacionalidad y hallándose, a consecuencia de tales acontecimientos, fuera del país donde antes tuviera su residencia habitual, no pueda o, a causa de dichos temores no quiera regresar a él”.
Si se niega la solicitud de asilo es porque el organismo considera que esa persona es “migrante”, es decir, una persona que vive temporal o permanentemente en un país del cual no es nacional cuya decisión de emigrar ha sido tomada “libremente” y no porque su vida corriera peligro.