Como era de esperarse, la reunión en Ciudad México del llamado eje norteamericano se concentró en el tema del momento: la crisis migratoria regional, que ha obligado a Washington a cerrar la frontera sur a indocumentados, a México a comprometerse a recibir los migrantes rechazados y a Ottawa a ser un aliado observador y paciente en una situación que hasta hoy no la perjudica particularmente. Pero, en términos generales, fue un evento un poco gris, como una reunión informal de amigos.
Pero hay otros problemas comunes. De ahí la participación del primer ministro canadiense Justin Trudeau, junto a los presidentes de Estados Unidos y México, Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador.
Decidieron crear una plataforma virtual para brindar a los migrantes un acceso simplificado a vías legales, un nuevo plan migratorio enfocado en un sistema digital en el que los inmigrantes, antes de viajar a la frontera, deberán averiguar las vías legales disponibles y si califican o no para alguno de los beneficios autorizados, bien para ingresar a México, Estados Unidos o Canadá.
El plan incluirá un nuevo centro de recursos para inmigrantes que será instalado en el sur de México, en la frontera con Guatemala, uno de los puntos de mayor tráfico de inmigrantes hacia hacia Estados Unidos.
“Ahora más que nunca, necesitamos identificar y abordar las causas de origen de la migración irregular y el desplazamiento forzado. México, Canadá y Estados Unidos se comprometen en apoyar a los países del Hemisferio Occidental para crear condiciones a fin de mejorar la calidad de vida, especialmente en las comunidades marginadas, que son vulnerables al desplazamiento y a la migración forzada interna y regional”, se afirma en la declaración final emitida el martes.
Y con este fin “continuaremos trabajando juntos y con nuestros respectivos sectores privados para promover prácticas comerciales responsables, implementar obligaciones bajo el T-MEC y los convenios laborales internacionales, así como cooperar para erradicar el uso de trabajo forzado e infantil en nuestras cadenas de suministros”.
Esto se enmarca en un compromiso político basado en “una visión compartida de una Norteamérica más equitativa, justa, inclusiva, resiliente, segura y próspera, así como una responsabilidad compartida para obtener resultados más equitativos que respondan a las necesidades y aspiraciones de nuestros ciudadanos”.
Y para lograrlo, el compromiso que asumieron incluye ayudar a las comunidades de acogida y promover la integración de migrantes y refugiados; brindar protección a refugiados, solicitantes de asilo y migrantes vulnerables; fortalecer la capacidad de asilo en la región; ampliar las vías regulares de migración y protección; abordar las causas de origen y los impactos de la migración irregular y el desplazamiento forzado; y colaborar para contrarrestar la xenofobia así como la discriminación contra las personas migrantes y refugiadas.
Fuera de este punto, la reunión de apenas día y medio manifestó la voluntad de colaborar en el combate al narcotráfico, el tráfico de personas y la protección de las poblaciones. “Se pretende obtener resultados más equitativos que respondan a las necesidades y aspiraciones de nuestros ciudadanos”, afirma la declaración final.
Durante el año fiscal 2022, que finalizó el 30 de septiembre del año pasado, la Patrulla fronteriza dio fe de haber recibido a 2 766 582 extranjeros en la frontera con México, frente a 1 956 519 en 2021.
Washington aseguró que la mayoría de los arrestados fueron expulsados de manera expedita y que el resto fue procesado y referido a los tribunales de inmigración para que un juez decida su futuro en Estados Unidos.