El Gobierno de Venezuela rompió este lunes con siete de los países latinoamericanos que han criticado con más fuerza los resultados electorales del pasado domingo, según los cuales el presidente Nicolás Maduro fue reelecto para un nuevo mandato hasta 2031.
El Ejecutivo chavista exigió a Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay “el retiro, de manera inmediata, de sus representantes en territorio venezolano”. Ello, dijo, en rechazo a sus “injerencistas acciones y declaraciones” sobre los polémicos comicios.
Asimismo, decidió “retirar todo el personal diplomático de las misiones” en estos siete países latinoamericanos, según un comunicado oficial citado por EFE.
El Gobierno de Maduro calificó a sus pares de estos países como “subordinados a Washington y comprometidos abiertamente con los más sórdidos postulados ideológicos del fascismo internacional”, y apuntó que pretenden “desconocer los resultados electorales”.
“Venezuela se reserva todas las acciones legales y políticas para hacer respetar, preservar y defender nuestro derecho inalienable a la autodeterminación”, señala la comunicación, la cual afirma que se enfrentará “todas las acciones que atenten contra el clima de paz y la convivencia”.
De igual manera, el Ejecutivo anunció la suspensión temporal, a partir del miércoles, de vuelos comerciales a Panamá y República Dominicana.
En respuesta, el presidente chileno Gabriel Boric consideró que la decisión del Gobierno venezolano demuestra “una profunda intolerancia a la divergencia, esencial en una democracia” e insistió en la publicación de datos “transparentes y verificables” sobre las elecciones.
A la par, su vicepresidenta Carolina Tohá dijo que el anuncio de Caracas es “vergonzoso e incomprensible” y lamentó que la medida deje “en el abandono” a más de 700 000 venezolanos que viven en Chile, reporta CNN.
La oposición insiste en su victoria
Por su parte, los líderes opositores María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, este último rival de Maduro en los comicios, insistieron en que el candidato de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) se impuso en las urnas y por amplio margen.
Según Machado, los opositores tienen en su poder el 73,20 % de las actas, y las mismas confirman el triunfo de González Urrutia.
“La diferencia fue apabullante, la diferencia fue en todos los estados de Venezuela”, aseguró la líder opositora, según la cual el candidato de la PUD habría obtenido más de 6,2 millones de votos, y Maduro solo 2,7 millones.
De acuerdo con los resultados oficiales, divulgados por el Consejo Nacional Electoral, Maduro alcanzó unos 5,1 millones (51,2 %), mientras González Urrutia sumaba 4,4 millones (44,2 %).
Machado dijo que las actas en poder de la oposición fueron verificadas y digitalizadas, y que serían publicadas un portal web “robusto” que ya “varios líderes globales están consultando”.
Por su parte, el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, dijo en conferencia de prensa que hubo un “ataque al sistema eléctrico y un ciberataque contra el sistema de transmisión de datos del Consejo Nacional Electoral”, y acusó a la oposición de estar detrás del mismo.
William Saab dijo que la Fiscalía investiga lo sucedido y tomará medidas en consecuencia.
Protestas en las calles
Mientras un bando y otro se adjudicaba la victoria, y el CEN proclamaba oficialmente a Maduro como presidente hasta 2031, las calles de varias localidades de Venezuela fueron escenario de cacerolazos y protestas de opositores al mandatario, que consideran que el Gobierno hizo fraude.
Según reportes de prensa, miles de personas salieron a manifestarse en diferentes zonas del país, incluida la capital, y hubo enfrentamientos con la policía, disparos de lases lacrimógenos por parte de las fuerzas del orden, detenciones y actos de vandalismo de manifestantes.
Las Fuerzas Armadas informaron sobre una veintena de heridos entre sus efectivos.
María Corina Machado consideró que las protestas fueron “expresiones espontáneas y legítimas” de un pueblo negado a que “se le robe el futuro”, frente a “un régimen ilegítimo”.
Mientras, Maduro denunció hechos “criminales” y “terroristas” y responsabilizó de ellos a la oposición agrupada en la Plataforma Unitaria Democrática (PUD).
De acuerdo con el mandatario, está en marcha un intento de golpe de Estado “de carácter fascista”, que busca desconocer los resultados de las elecciones y promover una agenda de violencia en el país, como ya ha sucedido con anterioridad.
Maduro dijo que es “la misma película” de lo ocurrido en 2019 y que las acciones en su contra están organizadas por “la misma ultraderecha, los mismos grupos dirigidos por el imperialismo norteamericano, los mismos países”.
Sin embargo, el presidente fue enfático en que “no va a haber ningún tipo de debilidad” con los que llevan adelante estas acciones. “Esta vez en Venezuela se respetará la Constitución, se respetará la ley y no se impondrá ni el odio, ni el fascismo, ni la mentira ni la manipulación”, aseveró.