China impuso nuevos aranceles a productos estadounidenses el lunes y acusó a Washington de hostigamiento.
La Administración General de Aduanas dijo que a partir del lunes comenzó a recaudar impuestos adicionales de 5% y 10% en una lista de 5.207 productos estadounidenses valuados en 60.000 millones de dólares, desde miel hasta productos químicos industriales. Eso coincidió con el momento en que el aumento tarifario planeado por el presidente Donald Trump sobre 200.000 millones de dólares en importaciones chinas entraría en vigor, aunque no hubo una confirmación inmediata del gobierno estadounidense que ya estuviera cobrando más aranceles.
El conflicto se deriva de las quejas de Washington de que Beijing roba o presiona a las compañías extranjeras para que entreguen su tecnología.
Autoridades estadounidenses dicen que los planes chinos de ser competidor global en robótica y otras tecnologías violan las obligaciones de China de apertura de mercado y podrían erosionar el liderazgo industrial de Estados Unidos.
El alza de aranceles del lunes sigue a un informe de The Wall Street Journal de que funcionarios chinos se retiraron de una reunión para discutir posibles conversaciones propuestas por Washington. El gobierno chino no dio ninguna indicación pública de si aceptaría la invitación.
Los enviados se reunieron por última vez el 22 de agosto en Washington, pero no informaron ningún progreso.
Sin un acuerdo a la vista, se prevé que el conflicto entre las dos mayores economías recorte el crecimiento económico mundial hasta 2020.
El lunes, la agencia calificadora Fitch recortó sus pronósticos para el crecimiento económico chino y mundial del próximo año en 0,1 puntos porcentuales a 6,1% y 3,1%, respectivamente.
“La guerra comercial ahora es una realidad”, dijo el economista jefe de Fitch, Brian Coulton, en un informe. “Los riesgos a la baja para nuestras previsiones de crecimiento global también han aumentado”.