El número de fallecidos en el terremoto y posterior tsunami registrados en la isla de Célebes, en Indonesia, superó las 2,000 personas, dijo este martes la agencia de mitigación de desastres del país asiático, mientras las autoridades se preparan para concluir la búsqueda de miles de víctimas que se teme que estén sepultadas entre el lodo y los escombros de los barrios más afectados.
En total, las autoridades confirmaron la muerte de 2,010 personas a causa del doble desastre del 28 de septiembre, apuntó el vocero de la agencia, Sutopo Purwo Nugroho. Las autoridades finalizarán con oraciones la búsqueda en las zonas de Petobo, Balaroa y Jono Oge, donde el sismo hizo que el suelo se licuara, engullendo viviendas y sepultando a sus ocupantes con ellas, dijo el portavoz.
Los esfuerzos para recuperar los cadáveres, muchos de ellos hasta 3 metros bajo el barro y escombros, no continuarán por la dificultad del terreno y el avanzado estado de descomposición que hace que los cuerpos sean irreconocibles y puedan causar contaminación, agregó Nugroho.
“El 11 de octubre, tendremos oraciones simultáneas en Balaroa, Petobo y Jono Oge para concluir con la recuperación de cuerpos”, dijo en la sesión informativa diaria sobre las labores humanitarias. Aunque la búsqueda oficial terminará, Nugroho dijo que las autoridades no evitarán que los aldeanos sigan escarbando entre los escombros en busca de sus seres queridos.
Las zonas, que ahora parecen extensos páramos, se convertirán en parques para recordar a las víctimas, y los sobrevivientes serán reubicados en lugares más seguros, agregó.
Nugroho dijo que la agencia no ha podido verificar los cálculos extraoficiales de los jefes de las aldeas en Balaroa y Petobo, según los cuales hay 5,000 desaparecidos.
Agregó que la región ha registrado 508 réplicas desde el sismo magnitud 7,5, que provocó un enorme muro de agua que destruyó grandes extensiones de tierra en Palu y zonas circundantes.
El desastre destruyó más de 65,000 hogares y edificios, y desplazó a más de 70.000 habitantes. Miles de personas todavía viven en albergues temporales y campamentos en Palu, pero la vida comienza a regresar a la normalidad en algunas áreas, con planes en marcha para la reurbanización, dijeron las autoridades.