El parlamento de Taiwán legalizó el viernes los matrimonios entre personas del mismo sexo. Es el primer país de Asia que legitima los enlaces entre homosexuales, un impulso para los activistas por los derechos LGBT tras más de dos décadas de campaña.
Los legisladores, que estaban presionados tanto por grupos que representan a la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales como por organizaciones religiosas contrarias a la medida, aprobaron la mayor parte de un proyecto de ley presentado por el gobierno que reconoce las uniones homosexuales y da a estas parejas muchos de los beneficios en impuestos, seguros y custodia de hijos que tienen los matrimonios heterosexuales.
Taiwán se convierte así en el primer país de Asia con una ley integral que permite y establece las condiciones de los matrimonios entre homosexuales.
La presidenta del país, Tsai Ing-wen, que respaldaba la norma, tuiteó: “El 17 de mayo de 2019 en Taiwán, el amor ganó. Dimos un gran paso hacia la igualdad real e hicimos de Taiwán un país mejor”.
“Es un gran avance, tengo que decirlo. No podía imaginar que esto pudiese ocurrir en apenas unos años”, dijo Shiau Hong-chi, profesor de estudios de género y gestión de las comunicaciones en la Universidad Shih-Hsin de Taiwán.
Antes de la histórica votación, miles de personas, incluyendo parejas homosexuales, se manifestaron bajo la lluvia en el exterior del parlamento. Muchos llevaban carteles con la bandera arco iris que identifica a la comunidad LGBT y el lema “La votación no puede fallar”. Unos 50 opositores se sentaron bajo una lona en las inmediaciones de la legislatura y pronunciaron discursos defendiendo el matrimonio entre el hombre y la mujer.
En mayo de 2017, el Tribunal Constitucional decretó que la Carta Magna permite los enlaces homosexuales y dio un plazo de dos años al parlamento para ajustar las leyes en consecuencia.
“La acción de #Taiwán hoy debe resonar como un llamado de atención, iniciando un movimiento más amplio en toda #Asia para garantizar la igualdad para las personas LGBT y una protección proactiva de sus derechos por parte de los gobiernos de toda la región”, escribió Phil Robertson, subdirector para Asia de Human Rights Watch, en Twitter. “¡No más excusas!”.
La aceptación de las relaciones entre gays y lesbianas en la nación insular comenzó en la década de 1990, cuando los líderes del hoy gobernante Partido Democrático Progresista defendieron la causa para ayudar a posicionar a Taiwán como una sociedad abierta en Asia.
Aunque China reclama que la isla forma parte de su territorio, Taiwán es una democracia autogobernada con una vibrante sociedad civil.
China, gobernada por el autoritario Partido Comunista, es mucho más conservadora y las autoridades continentales han desalentado en repetidas ocasiones a discutir siquiera la legalización de los enlaces entre personas del mismo sexo.
Pese a esto, la noticia sobre la nueva ley en Taiwán era uno de los asuntos más comentados en las redes sociales chinas, con más de 100 millones de visitas en la red de microblogs Weibo, similar a Twitter.
En la isla, los contrarios a la norma plantearon un mayor temor a los incestos, timos de seguros y a la presencia de niños confundidos por tener dos madres o dos padres. Tanto defensores como detractores celebraron coloridas manifestaciones en las calles y cabildearon a los legisladores.
“Esto va a causar muchos problemas morales”, dijo Lin Shih-min, miembro del grupo taiwanés de acción política Estabilidad del Poder, que está en contra de la nueva ley. “Desde el punto de vista de los niños, tienen derecho a crecer con una madre y un padre”.