En China, una zona remota de la provincia de Xinjiang ubicada en el extremo noroeste, cerca de la frontera con Kirguistán, fue golpeada por un terremoto de magnitud 7,1 en las primeras horas del martes.
La Agencia Sismológica de Xinjiang ubicó su epicentro a unos 50 kilómetros de Wushi, en un área con cinco poblaciones localizadas en un radio de 20 kilómetros.
El fenómeno telúrico afectó especialmente a viviendas situadas en las cercanías del epicentro. Se derrumbaron 47 casas y numerosos establos. Y quedó interrumpido parcialmente el suministro eléctrico.
Según informes, hasta ahora hay tres personas muertas. Y al menos cinco resultaron heridas, dos reportadas como graves.
Las autoridades han desplegado perros y vehículos de rescate, incluidos excavadoras, cargadoras, vehículos de transporte grandes y otros equipos mecánicos, más de cien médicos y decenas de ambulancias.
Casi mil residentes han sido evacuados a un lugar seguro; otros han sido acogidos por familiares y amigos,
También se han enviado suministros para casos de desastre, incluidas tiendas de campaña, camas plegables, ropa de cama, alimentos, kits de higiene, baños portátiles e iluminación.
El domingo un deslizamiento de tierra sepultó a 44 personas en la provincia de Yunnan, al sur de China. Las autoridades han confirmado que 31 fallecieron.
En diciembre, 111 personas murieron y miles de viviendas quedaron destruidas en un terremoto de magnitud 6,1 que sacudió las provincias de Gansu y Qinghai, en el noroeste de China.
Las autoridades de Almaty, la capital de Kazajstán, dijeron que 44 personas habían resultado heridas.
EFE/Xinhua/OnCuba.