La cámara legislativa china, un organismo ceremonial, aprobó el domingo una enmienda constitucional que elimina el límite de mandato, permitiendo al presidente, Xi Jinping, gobernar de forma indefinida.
La enmienda acaba con el sistema instaurado por el exgobernante Deng Xiaoping en 1982 para impedir un regreso a los sangrientos excesos de una dictadura vitalicia, como la caótica Revolución Cultural liderada por Mao Zedong entre 1966 y 1976.
“Esto supone la mayor regresión en el sistema legal chino desde la era de reforma y apertura de la década de 1980”, dijo Zhang Lifan, analista político independiente con sede en Beijing.
“Me temo que todo esto quede escrito en nuestra historia en el futuro”, añadió.
Hasta ahora, la carta magna limitaba a los presidentes a dos legislaturas consecutivas.
Xi abrió la votación a media tarde, seguido por los miembros del poderoso Comité Permanente del Politburó. Colocó su papeleta naranja en una urna roja con el sello del estado, colocada en el centro del escenario del enorme salón.
Después llegó el turno de los demás diputados de levantarse y votar mientras sonaba una alegre música instrumental. El proceso terminó en 10 minutos y se pidió a los delegados que regresaran a sus escaños para contar los votos.
Poco después de las 15:50 los resultados se leyeron a través de un sistema de megafonía y se mostraron brevemente en una pantalla en el salón. El conteo fue de 2,958 votos a favor, dos en contra, tres abstenciones y un voto nulo.
“La enmienda constitucional ha sido aprobada”, declaró un portavoz ante un educado aplauso.
Xi se mostró tranquilo, quedándose en su escaño con otros delegados para escuchar un reporte sobre el trabajo del congreso presentado por el presidente saliente de la cámara.
La deriva a un gobierno unipersonal de Xi ha alimentado el temor a que Beijing esté erosionando los esfuerzos para evitar los excesos de un gobierno autócrata y hacer la regulación económica más estable y predecible.
En un indicio de lo sensible del asunto, los censores del gobierno revisaban con celo los medios sociales para eliminar expresiones como “no estoy de acuerdo” o “Xi Zedong”.
El portavoz de la legislatura ha dicho que abolir el límite de mandatos solo pretende equiparar el cargo de presidente con los otros puestos de Xi como líder del Partido Comunista y la Comisión Militar Central, que no tienen límites de mandato.
La maniobra está ampliamente considerada como la culminación de los esfuerzos iniciados por Xi, de 64 años, cuando fue nombrado líder del partido en 2012, para concentrar el poder en sus manos y desafiar las normas de liderazgo colectivo establecidas en las últimas dos décadas.
Desde luego, el estilo confiado y populista de Xi y su dureza con la corrupción le han granjeado bastante apoyo popular.
Zhao Minglin, de 32 años, vicepresidente de una firma de inversiones en Beijing, dijo que para Xi es más fácil hacer realidad su ambicioso objetivo de subir el nivel de vida en China si tiene más poder.
“Definitivamente apoyaré esta enmienda constitucional y a este gobierno. Este es un gobierno poderoso y fuerte”, añadió Zhao. Sin embargo, señaló que le preocupa que en el discurso público no hay espacio para las voces disidentes.
El responsable del comité de asuntos legales de la cámara, Shen Chunyao, restó importancia a estos temores como “especulaciones sin base”.
Shen dijo a la prensa que el partido ha acumulado una amplia experiencia en sus 90 años de historia, lo que ha llevado a un sistema ordenado de sucesión para “mantener la vitalidad y la estabilidad a largo plazo del partido y del pueblo”.
“Creemos que en el futuro seguiremos por este camino y descubriremos un futuro aún más brillante”, añadió.
AP / OnCuba