Una tienda de Christchurch reconoció el lunes haberle vendido armas por internet al supremacista blanco acusado de matar a 50 personas en balaceras en dos mezquitas, que han afectado a la reputación de Nueva Zelanda como uno de los países más tolerantes y seguros del mundo.
En una conferencia de prensa, David Tipple, propietario de Gun City, dijo que su negocio le vendió cuatro armas y municiones a Brenton Harrison Tarrant, de 28 años, a través de un “proceso de pedido por correo en línea verificado por la policía”. La tienda “no detectó nada extraordinario” sobre el comprador, agregó.
La primera ministra del país, Jacinda Ardern, señaló por su parte que la reforma de la ley de armas se anunciará en 10 días y que se investigará a los servicios de inteligencia y seguridad que no detectaron el riesgo que suponía el agresor o sus planes. Había preocupación porque las agencias hubiesen estado demasiado centradas en la comunidad musulmana para detectar y prevenir riesgos de seguridad.
La policía está segura de que Tarrant fue el único autor de la masacre del viernes, pero no descarta que tuviera apoyo, según el comisario de la policía, Mike Bush.
“Me gustaría declarar que creemos absolutamente que solo hubo un atacante responsable de esto”, apuntó en una conferencia de prensa. “Esto no significa que no hubiese otras personas que lo apoyen y eso sigue siendo una parte muy, muy importante de nuestra investigación”.
Ninguna de las armas vendidas a Tarrant eran armas semiautomáticas de estilo militar, según Tipple. No estuvo claro si en los ataques empleó alguna de las adquiridas en Gun City.
En su promesa por endurecer la legislación sobre armas, Ardern indicó que el agresor utilizó cinco armas de fuego, dos de ellas semiautomáticas, que fueron adquiridas con una licencia ordinaria y modificadas.
Tipple declaró que no se siente responsable de la tragedia y se negó a señalar si cree que las leyes de tenencia de armas del país deben cambiar, insistiendo en que el debate debería tener lugar en otro momento.
“Este hombre escribió en su manifiesto que el objetivo de utilizar un arma de fuego era dividirnos”, señaló Tipple. “Si le permitimos cambiar nuestra ideología, nuestro comportamiento, ganó”.
Su tienda ha sido criticada porque tras la tragedia no retiró un anuncio instalado en la calle en el que un padre ayuda a niños a practicar tiro al blanco con un fusil.
Tres días después del ataque, el más letal en la historia moderna de Nueva Zelanda, los familiares aguardaban con inquietud información sobre cuándo podrán enterrar a sus seres queridos. La tradición islámica pide que los cadáveres sean limpiados y sepultados lo antes posible, normalmente en las 24 horas siguientes al deceso.
Aya Al-Umari, cuyo hermano Hussien Al-Umari falleció en la mezquita Al Noor, lloraba mientras decía que era un hombre bueno y ejemplar al que le encantaba bromear con su hermana menor.
La familia seguía esperando el lunes para recibir su cuerpo. “Es muy desconcertante no saber qué está pasando… si tan sólo me dijeran… ¿Aún está en la mezquita? ¿Está en un refrigerador? ¿Dónde está?”, afirmó Aya. “Entiendo que la policía tiene que hacer su trabajo porque es la escena de un crimen, pero tienen que comunicarse con las familias”.
Ardern dijo que las autoridades prevén entregar todos los cuerpos para el miércoles. La policía explicó que las autoridades trabajan con patólogos y forenses para completar la labor lo más rápido posible.
Tarrant, un australiano radicado en Nueva Zelanda, fue presentado en la corte el sábado en medio de estrictas medidas de seguridad, esposado y vestido de blanco. El periódico The New Zealand Herald reportó el lunes que Tarrant despidió al abogado que le asignó la corte y planea defenderse a sí mismo.
Algo que no pasa en Cuba. Donde la vida no es perfecta, pero al menos, de estos crímenes, estamos libres. Y no precisamente gracias al capitalismo.